El secretario de Asuntos de Veteranos, David Shulkin, se sumó a la lista de colaboradores de alto rango que han abandonado la istración en 14 meses de gobierno. El presidente Donald Trump ha tenido una rotación de personal del 43% en la Casa Blanca.
Se espera que al menos seis funcionarios de la Casa Blanca de Trump, actuales o relevados, sean entrevistados por su conocimiento de hechos relevantes para la investigación sobre la relación entre el presidente y el Kremlin.
"Estos Emmys tendrán la mayor audiencia que se haya visto, punto. Tanto en persona como alrededor del mundo", afirmó el es ex secretario de prensa desde un ficticio estrado presidencial. Algunos advierten que esta desenfadada aparación no borre su historial de polémicos comentarios.
El diario 'Político' revela que ha sido fichado por la compañía WorldWide Speakers Group para impartir conferencias, como han hecho anteriormente otros funcionarios de alto nivel. Su primera intervención será el próximo 11 de septiembre en Nueva York.
Cuatro meses después de que el presidente lo dejara fuera de la comitiva que visitó al Sumo Pontífice en El Vaticano, Spicer, un católico practicante, conoce al jefe de la Iglesia católica.
De los seis hombres de la foto, solo quedan dos en la Casa Blanca: el presidente y su vicepresidente. Solo ellos han resistido. El resto fue víctima del caos que ha caracterizado a esta Casa Blanca.
El ahora exdirector de comunicaciones de la presidencia pasó como un verdadero huracán por la casa de gobierno. Aquí, un repaso de nueve escenas en sus cortos pero intensísimos 10 días.
Este viernes renunció el secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, el funcionario más visible del gobierno y que siempre defendió a Trump. Algunos dicen que esta acción supone un cambio de imagen y de estrategia en la istración.
La salida del portavoz presidencial, su sustitución por Sarah Huckabee y la llegada de Anthony Scaramucci como director de comunicaciones presagian cambios en la política comunicacional de la Casa Blanca, la que en seis meses no está funcionando como debería.
El secretario de prensa de Donald Trump renunció por estar en desacuerdo con el presidente ante la designación de un nuevo director de comunicaciones. Pero en los meses que duró en la Casa Blanca el asesor sumó tal cantidad de desaciertos que su renuncia pudo ocurrir hace mucho tiempo.
Spicer le comunicó su renuncia a Donald Trump luego de que le manifestara al presidente que estaba profundamente en desacuerdo con la designación del banquero neoyorquino Anthony Scaramucci como el nuevo director de comunicaciones.
El funcionario dimitió tras indicarle al presidente Donald Trump su desacuerdo con la designación del banquero de Nueva York Anthony Scaramucci como nuevo director de comunicaciones.
Por tercera vez en una semana, los estadounidenses no pudieron ver en vivo y directo uno de los rituales informativos más comunes de la política nacional: la rueda de prensa del portavoz presidencial.
El portavoz presidencial regresó al podio de la sala de prensa a más de una semana de su última aparición ante las cámaras y un día despúes de una polémica rueda de prensa sin audio ni video que causó molestia y extrañeza entre los periodistas que cubren la presidencia.
El portavoz de la presidencia de Donald Trump dejaría sus actuales funciones y pasaría a integrar el departamento de estrategia comunicacional, al parecer, lo que busca Spicer es estar menos expuesto ante los medios de comunicación.
Sean Spicer poco a poco ha ido alejándose de la vocería del gobierno, mientras se define quiénes y cómo se manejará la relación con los medios. De acuerdo con reportes, pasaría a integrar el equipo de estrategia comunicacional.
Al día siguiente del estallido de la peor crisis de las muchas que ha enfrentado el corto gobierno de Donald Trump, su portavoz optó por no mostrar su cara en vivo durante la rueda de prensa diaria.
Melissa McCarthy vuelve a interpretar al vocero de la presidencia, en una versión súper picante en la que aprovecha los insumos políticos que le proporcionó la actividad política de la semana.
El ‘Rusiagate’ no es el Watergate (aún) pero con el despido del director del FBI y la sugerencia-amenaza de que hay conversaciones grabadas en la Casa Blanca el presidente refuerza el vínculo que muchos hacen entre ambas investigaciones.