Viaje a Middletown, la pequeña ciudad de Ohio que ayuda a entender la victoria de Trump

MIDDLETOWN, Ohio.- Como en el resto del país, en esta pequeña ciudad del Medio Oeste, muchos están leyendo con avidez el libro de moda, 'Hillbilly Elegy', la memoria escrita por el joven criado aquí, J.D. Vance.
La directora de la escuela de secundaria, su antigua maestra de historia, el alcalde, medio Middletown está hablando sobre si el duro relato que hace el autor sobre su antigua comunidad es justo o no. Al menos aquí nadie parece disconforme con el hecho de que 'Hillbilly Elegy' ha puesto en el mapa a esta decadente ciudad de unos 50,000 habitantes que como muchas otras del Cinturón Oxidado llevaba décadas sufriendo su lento declive en el anominato.
La causa de buena parte del éxito del libro tiene un nombre bien conocido: Donald Trump.
Aunque el presidente electo no es mencionado ni una sola vez en este bestseller, es imposible leer 'Hillbilly Elegy' sin pensar en él en un momento en que todavía es difícil entender las causas de su inesperada victoria.
La revista londinense The Economist lo valoró como "el libro más importante sobre Estados Unidos este año" y el The New York Times dijo que es un "análisis con amor severo de los pobres que respaldan a Trump".
En realidad, Vance no tenía ese propósito que le atribuyen las élites de la costa Este y el extranjero, pero accidentalmente se ha convertido en un experto en la materia.
Vance, que comienza el libro advirtiendo que encuentra ridículo publicar una memoria con solo 31 años, escribe sobre cómo para los pobres blancos el Sueño Americano ha desaparecido. Mucho se ha escrito sobre el declive industrial del interior de Estados Unidos pero Vance pone el foco en un problema menos conocido: cómo la cultura de los blancos pobres sin educación ha dejado de promover la superación personal.
Los estudios muestran que este grupo social es el más pesimista sobre Estados Unidos, más que los latinos y negros pobres. Vance pone su vida como ejemplo de que el esfuerzo permite el progreso social. Consigue graduarse de la prestigiosa facultad de Derecho de Yale con casi todo en su contra: una madre drogadicta, violencia doméstica, la ausencia de una figura paterna y con la economía de Middletown y el resto del Cinturón del Óxido cuesta abajo.
Cansado de que atribuyan su éxito a un talento innato, Vance describe con lujo de detalles los problemas de su familia, venida de los Apalaches, la tierra pobre de los hillbillies, descendientes de inmigrantes escoceses e irlandeses. Vance explica que él fue capaz de salir adelante gracias a que creyó en sí mismo y a la suerte de que tuvo el amor y el socorro de sus abuelos, su hermana y otros mentores.
"Fui capaz de escapar de lo peor de la herencia de mi cultura", escribe el autor. Vance, que ahora vive entre la élite (se describe como "emigrante cultural"), pinta un retrato severo sobre los suyos. Los personajes de Hillbilly Elegy son presas del consumismo, las drogas, la vagancia y la picaresca.
Vance se define como conservador pero el libro lanza un mensaje opuesto al de Trump. El autor les pide a los suyos que dejen de culpar a otros por sus males y crean en sus posibilidades.
Pasado glorioso, presente desesperanzador
Pero Trump ha sido visto como un salvador en Middletown y el resto de la región. En lugares donde las fábricas y comercios abandonados son el paisaje de cada día, el mensaje "Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo" evocaba a un añorado pasado glorioso.
Para ver el deterioro en Middletown no hace falta más que dar un paseo por Central Avenue, la calle principal. Vance describe cómo en los '80 el centro de la ciudad era "orgulloso y casi idílico: tenía un centro comercial rebosante, restaurantes que habían operado desde después de la II Guerra Mundial".
Hoy muchos de los edificios de Central Avenue llevan largo tiempo abandonados aunque el ayuntamiento ha conseguido mediante un programa de incentivos para pequeños empresarios devolver cierta vida a esta arteria.
En una antigua tienda de muebles de esta calle, abre sus puertas un centro de tratamiento para heroinómanos y otros enfermos mentales, CDC Mental Health Services.
"Middletown está tratando de levantarse pero la heroína está empujando al suelo a mucha gente", dice la directora del centro, Sue Lawson, de 51 años. "Hay muchos pobres y mendigos por las calles. No era así cuando yo me crié".
La epidemia de heroína ha causado en Middletown casi 70 muertes y unas 500 sobredosis en lo que llevamos de año, según cifras oficiales de la municipalidad.
Por la calle central abundan las tiendas de empeño con grandes carteles amarillos con letras negras prometiendo efectivo a cambio de oro. Las antiguas mansiones victorianas, abandonadas durante años, fueron divididas en apartamentos para acoger a familias de recursos menores.
El alcalde, el republicano Larry Mulligan Jr., defiende su labor tras nueve años en el cargo durante una conversación en uno de los nuevos restaurantes del centro, Murphy's Landing, que el ayuntamiento donó a los nuevos dueños por un dólar con el compromiso de que renovaran el edificio en ruinas. "Como ha dicho la gente, siempre va a haber un segmento de la comunidad que va a estar pasando apuros. Tenemos segmentos a los que les va muy bien y otros que tienen muchos problemas y creo que su memoria refleja esas pugnas y esos desafíos".
Poco después de que Mulligan Jr. llegara al cargo, la revista Forbes incluyó a Middletown entre las diez ciudades de Estados Unidos que más rápido están muriendo.
La Gran Recesión fue devastadora aquí. Las pequeñas ciudades del Cinturón Oxidado solían evitar los picos y bajadas del ciclo económico, pero la crisis que comenzó en 2007 se convirtió en una tormenta perfecta. Se sumó a otros problemas de largo recorrido como el descenso de población y la falta de mano de obra cualificada para los nuevos trabajos que demandaban las industrias locales.
"Ha sido una recuperación tan larga y lenta que mucha gente ha perdido la fe", lamenta el alcalde. A pesar de que la mayor fábrica local, AK Steel, ofrece ahora unos 100 puestos de trabajo, las plazas llevan largo tiempo vacantes porque los jóvenes locales no tienen los títulos para manejo de la maquinaria o sencillamente porque muchos de los desempleados han caído en la espiral del abuso de las drogas.
En la escuela de secundaria a la que asistió Vance, Middletown High School, también sobran los problemas. "Tenemos un número de estudiantes tremendo viviendo en la pobreza", dice la directora, Carmela Cotter. El 75% de los estudiantes recibe subsidios para el almuerzo a precio gratuito o reducido. Un gran número son hijos de madres solteras o padres divorciados; algunas alumnas abandonan las clases al quedarse embarazadas.
Cotter sin embargo irradia optimismo durante una conversación en su oficina. Señala por la ventana a las obras de un nuevo auditorio y más clases para la escuela. Una de las medidas del éxito de las escuelas en lugares problemáticos, la tasa de abandono, ha caído al 10%. Además, Cotter confía en el valor inspirador del libro de Vance. Estos días el libro se pasa de mano en mano entre profesores y alumnos.
Cotter dice que los docentes tienen que explicar el significado del libro a unos adolescentes aún incapaces de razonar sobre asuntos complejos. Espera que Vance acepte una invitación próximamente para ayudarles con esa tarea. "Son demasiado jóvenes. Entienden lo que hizo J.D., pero aún no entienden su mensaje. Cuando él venga y les hable lo comprenderán mejor que si se lo explicamos nosotros".
Trump, un héroe local
En las aulas de Middletown el héroe del momento es otro antiguo alumno, el beisbolista de los Chicago Cubs, Kyle Schwarber, que hace unos días visitó la escuela tras su triunfo del mes pasado en la Serie Mundial. Por las calles de Middletown hay carteles celebrando a un hijo de la ciudad que ha hecho orgullosos a todos.
Otra figura popular es Donald Trump. Los estudiantes también le adoran, según la profesora de historia Angela Bogenschutz. Los mayores de 18 años ya pudieron votar por él y en clase tanto ellos como los menores no esconden sus simpatías.
En una pared del aula de Bogenschutz, junto a los mapas del mundo y otros materiales lectivos, luce un mural de carteles con los rostros de los 44 presidentes. Ahora los alumnos, deseosos de tener un retrato de Trump en clase, le preguntan a su maestra a qué espera para añadir al presidente electo. Ella, que detesta a Trump y desearía no ver su cara mientras da la lección, les explica que hasta el 20 de enero no será presidente y por tanto deberán esperar.
Bogenschutz también puso sobre la pared una de sus frases preferidas, del comediante George Carlin: "Los ciudadanos ignorantes eligen a líderes ignorantes. Tan simple como eso". La profesora explica que colocó el cartel antes de que surgiera Trump y que no le aplica a él ese mensaje.
"Trump no es ignorante. Es muy listo. Habla de una manera que la gente aquí entiende y dice lo que quieren oír", dice. Su marido y sus hijos votaron por Trump pero ella optó por el libertario Gary Johnson porque Trump le parecía un machista y un extremista al oponerse al aborto en cualquier
Bogenschutz, que dio clases a Vance, preferiría que en lugar de dejarse engatusar por las promesas de grandeza de Trump, la gente en Middletown prestara atención al mensaje de autosuperación de Vance.
"No creo que el el libro de J.D. tuviera la intención de ser una incriminación de la gente en Middletown o de la gente en otras comunidades similares", dice la maestra. "Creo que se supone que es un estímulo para que la gente obtenga una educación y vuelvan para contribuir a restaurar sus comunidades".
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