Scott Lloyd, el devoto funcionario del gobierno que busca impedir que las menores indocumentadas aborten

El gobierno de Donald Trump sorprendió a muchos activistas y abogados de inmigración al nombrar en marzo a una persona sin apenas experiencia en temas migratorios para liderar la Oficina de Reacomodo de los Refugiados (ORR por sus siglas en inglés).
En el résumé de Scott Lloyd sí aparecen sin embargo numerosas evidencias de haber dedicado su carrera a la cruzada en contra del aborto. Ahora en ORR está haciendo todo lo posible por dar continuidad a su misión, como prueba la batalla judicial para impedir el aborto de la menor indocumentada Jane Doe, embarazada de 16 semanas.
Una corte de apelaciones ordenó este martes al departamento de Lloyd que permita de inmediato que se cumpla la voluntad de la menor de interrumpir su embarazo por el riesgo para su vida. La ORR aún puede recurrir a la Corte Suprema.
Doe no es la única niña menor indocumentada que se ha visto afectada por la cruzada contra el aborto iniciada por Lloyd. Su agencia es la encargada de gestionar la respuesta ante la llegada masiva de menores no indocumentados de Centroamérica y tiene a menudo bajo su custodia a menores embarazadas. En el año fiscal 2016 59,170 niños fueron remitidos a ORR por las autoridades de inmigración.
ACLU tiene conocimiento de cuatro casos de menores afectadas, incluyendo el de Doe.
Según emails obtenidos por la organización de derechos civiles ACLU (que representa judicialmente a la menor), el nuevo director de ORR ordenó al llegar a la agencia que en adelante todos los abortos de menores indocumentadas debían ser aprobados por él, caso por caso, en esencia otorgándose un poder de veto sobre las decisiones de las niñas.
"¿No es eso contrario a la ley estatal?", respondió en un email un empleado de ORR cuyo nombre aparece oculto en el email adjuntado por ACLU a los documentos judiciales.
Los jueces han dictado que esa política no solo es contraria a las leyes estatales, sino a la Constitución de EEUU, que garantiza el derecho al aborto de cualquier mujer, en este caso una menor, con independencia de su situación legal en el país. Aunque los indocumentados y no ciudadanos carezcan de algunos derechos (como el voto), eso no los priva de muchas garantías fundamentales.
La postura del gobierno federal "no solo es inconstitucional, es inhumana", valora en conversación con Univision Noticias Brigitte Amiri, una de las abogadas de ACLU que representan a Doe. Univision Noticias solicitó una entrevista por correo a Lloyd y al departamento de prensa de la istración de Niños y Familias (ACF por sus siglas en inglés) pero al tiempo de publicación de esta nota no había obtenido respuesta.
Lloyd también ha ordenado que las niñas embarazadas acudan a "centros de crisis de embarazo" gestionados por organizaciones religiosas, que según los activistas son notorios por usar información falsa sobre el aborto para convencerlas.
Doe fue llevada a uno de estos centros donde fue obligada a hacerse un sonograma y donde incluso se le preguntó qué nombre estaba pensando ponerle a su bebé, según testimonios facilitados por Jane's Due Process, una organización sin fines de lucro en Texas que ayuda a menores que deciden practicarse un aborto.
El director de ORR llegó a visitar en abril a una de las menores embarazadas para disuadirla de su aborto, según los correos revelados por ACLU.
"Lo que es preocupante es la combinación de esta agenda de Lloyd con el intento más general del gobierno de Trump de mantener a los niños en custodia durante más tiempo", dice Michelle Brané, una de las directoras de Women's Refugee Commission.
Lloyd no necesitó la confirmación del Senado para ocupar su puesto al frente de ORR, que tiene un presupuesto de $1,500 millones. Algunos han visto en su elección la prueba de que el gobierno de Trump y su vicepresidente, el devoto Mike Pence, están devolviendo el favor a los grupos religiosos que le dieron su respaldo a pesar de que el mandatario no responde al ejemplar cristiano.
"Los políticos que se oponen al aborto suelen comenzar por los grupos más vulnerables en su intento de obstruir este derecho", dice Amiri, la abogada de ACLU.
"Un padre adoptivo"
A los activistas de inmigración les llama la atención la brevedad y escasez de detalles como fechas en el perfil oficial de Lloyd en la web de ORR.
Su mayor o con los refugiados lo tuvo durante su trabajo como coordinador principal de políticas de Knights of Columbus, una organización benéfica católica antiabortista. En Knights of Columbus se concentró en asistir a refugiados cristianos y otras minorías perseguidas por Estado Islámico en Medio Oriente.
Durante sus estudios de derecho en Catholic University, ayudó en 2005 a los padres de Terri Schiavo, una mujer en estado vegetativo, en una batalla legal para evitar que su esposo y tutor retiraran su sonda de alimentación.
Bajo la istración de George W. Bush, Lloyd fue coautor en 2008 de la "norma de conciencia" que tenía como objetivo permitir a los médicos, enfermeras, hospitales y compañías de seguros la posibilidad de negarse a ofrecer anticonceptivos, abortos u otros cuidados que violaran una "creencia religiosa o convicción moral".
La norma permitía a los profesionales de emergencias omitir la anticoncepción de emergencia en la atención de crisis por violación.
En 2010, fundó un bufete de abogados, LegalWorks Apostolate, que se especializó en brindar asesoría "informada por las inquietudes particulares de las familias y las instituciones que deben navegar por los 'matorrales de la ley' sin dejar de ser fieles a la enseñanza de la Iglesia".
A lo largo de los años, Lloyd ha promovido sus ideas en artículos publicados en la web. En el blog católico Ethika Politika ha publicado escritos en los que se ha opuesto al matrimonio gay y ha descrito los métodos anticonceptivos como una forma más de aborto.
Lloyd, que tiene seis hijos, vive en Virginia. Según asegura en uno de sus artículos titulado "TV: No gracias", trata de educarlos apartándolos de la corrupción moral que percibe en el mundo moderno.
"Una familia que se desprende de la televisión protege a sus niños de innumerables ejemplos de violencia, vulgaridad, sangre, contenido sexual, consumismo y estupidez", escribió.
Con las menores bajo custodia en sus centros, Lloyd sigue aplicando la misma autoridad. Según le dijo un portavoz al diario Wall Street Journal, las niñas tienen en él a un "padre adoptivo".