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    El congresista de los gritos y los carteles “inapropiados” que pide a los demócratas más agresividad para enfrentar a Trump

    Juan Vargas, legislador por California, considera que la coyuntura política exige que sus colegas demócratas del Caucus Hispano sean más radicales para enfrentar la agenda del gobierno republicano, sobre todo en inmigración.
    23 Jun 2018 – 09:41 AM EDT
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    El congresista Donald Trump y a sus colegas republicanos.

    Esta semana protagonizó una inusual protesta dentro del Capitolio de Washington DC, donde la separación de familias indocumentadas en la frontera.

    Cuando finalmente el mandatario salió del encuentro, Vargas le increpó con voz potente: “¿Le gustaría que los separaran de sus hijos?”.

    “Ese no es el Estados Unidos que conocemos. Eso no es bíblico. ¿Dónde dice eso Cristo? Muéstrame dónde. Deje de separar familias, señor presidente. ¿No tiene hijos?”, gritó el congresista por California mientras cinco colegas del Caucus Hispano protestaban junto a él.

    Alguien podría decir que ese no es el clima que conocemos dentro del edificio del Congreso, en el que suele haber una respetuosa manera de comportarse. Las manifestaciones, los carteles y los gritos, son frecuentes, pero fuera de las paredes de Capitolio. Nunca adentro.

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    "Señor presidente, ¿usted no tiene hijos?": Confrontan a Trump a la salida del Congreso


    Esa no fue la única explosión de la semana. En un momento en el que el representante republicano de Florida Carlos Curbelo estaba frente a las cámaras dando entrevistas, Vargas arremetió nuevamente.

    “Tú eras en quien teníamos esperanza para ayudarnos. No lo has hecho. Está mal”, le dijo. A lo que Curbelo contestó: “Me hubiera gustado que estuvieras así de enojado cuando (Barack) Obama encerró a los niños”.

    Vargas le respondió: “No estaban haciendo esto. Ustedes están mintiendo”.

    Por ese tipo de cosas, Vargas se ha ganado las críticas de “inapropiado” en su propio Partido Demócrata y su respuesta ha sido: “Ni modo”.

    De misionero a congresista

    Pero Vargas no siempre se comportó así. Cierto que se caracteriza por estar en el ala progresista del partido, pero no al extremo de buscar peleas con quien se le cruce en los pasillos del Capitolio.

    Al contrario, cuando llegó a Washington DC, varios de sus colegas elogiaron su buen temperamento, una buena impresión que reforzaban tras revisar su biografía.

    El hoy congresista fue misionero jesuita, un camino que dejó para luego entrar a la escuela de leyes de Harvard, donde fue compañero del entonces futuro presidente Obama. Desde entonces comenzó una carrera política en ascenso, primero en San Diego y luego a nivel estatal en California.

    Cuando Trump inició su gobierno, Vargas estuvo entre los legisladores que no asistieron a la inauguración. “No quiero ser un hipócrita (…) Pretender que tengo respeto por él”, dijo entonces.

    Tampoco estuvo presente en el discurso del Estados de la Unión en febrero pasado.


    Aun por esos días parecía estar lejos de tener pancartas y gritar en los pasillos. Ahora el congresista suena diferente.

    “Actúo así en respuesta al cambio que han hecho los republicanos. Normalmente me gusta trabajar en los dos partidos”, dijo Vargas a Univision Noticias al explicar el porqué ese cambio de comportamiento.

    “Poner a los niños en jaulas, separados de las mamás de un modo tan bárbaro es increíble. Entonces nosotros debemos cambiar cómo estamos hablando y comportándonos. Si no estas pobres madres van a seguir sufriendo. Yo ya dije que, si ellos van a tratar a la gente así, nosotros también tenemos que tratarlos a ellos diferente”, afirmó.

    “Inapropiado”

    En una conversación con medios políticos, el segundo en la jerarquía demócrata de la Cámara de Representantes, Steny Hoyer, representante de Maryland, llamó a Vargas “inapropiado”, apelando al respeto por la figura del presidente sin importar el partido.

    Entre los círculos de Washington Hoyer es considerado el siguiente en el camino al liderazgo demócrata que actualmente tiene Nancy Pelosi y, posiblemente, a la presidencia de la Cámara de Representantes, si el partido recobra la mayoría en el Capitolio tras las elecciones de noviembre.

    Hoyer se enfocó en los cinco congresistas que se pararon en el camino de Trump.

    Según contó Vargas, el incidente no sólo se limitó a increpar al mandatario. Antes el Servicio Secreto había intentado interceptarlos e impedir su paso. Fue entonces cuando los legisladores dijeron que los tendrían que arrestar si querían impedirles estar ahí y finalmente fue la policía del Capitolio quienes les aclaró que eran legisladores del Congreso y podían circular libremente.

    “Yo pienso que quizás yo soy el más gritón ahorita, pero todos tenemos que gritar. Ya nos han dicho que no fue apropiado lo que dijimos e hicimos, que debemos actuar de diferente modo”, dijo Vargas al rememorar lo ocurrido.

    “No quiero ser parte del gobierno que hace eso. Tengo que responder de un modo que es más agresivo. Por eso, si piensan que no está apropiado, bueno ni modo, no me importa. Creo que todo el Caucus Hispano piensa así y ahora tenemos que ser más agresivos. No de un modo físico, pero sí diciéndoles que vamos a proteger a nuestra gente”, explicó Vargas.

    Problemas hispanos

    Una postura tan radical no siempre favorece la posición de un legislador en el Capitolio. Cuando sus colegas lo ven como un extremo o como alguien capaz de increparlos frente a las cámaras de los medios, la confianza y el poder de negociación puede disminuir.

    Pero a Vargas eso no le preocupa. “Quizás ocurra, quizás no. En el Caucus Hispano nos llevamos bien con Carlos Curbelo. Hemos trabajado con él. Normalmente somos un poco más partidarios, pero dejamos que entrara a todo lo que estábamos haciendo para que trabajáramos juntos. Pero al final no hizo nada, él ayudó a su partido, a su política y no a la gente”, comentó Vargas en relación a la postura de Curbelo en la reunión con Trump y frente a las propuestas de ley migratorias.

    El año pasado, el Caucus Hispano no aceptó la incorporación del republicano por Florida a su grupo, pese a que este es de origen cubano y representa un distrito predominantemente latino del sur de la ciudad de Miami.

    Aunque el caucus no se define como una organización partidista, los 30 que tiene actualmente pertenecen al Partido Demócrata, por lo que Curbelo habría sido el único republicano del grupo que promueve una agenda legislativa que cuide los intereses de la comunidad hispana, algo que, de acuerdo con los del CHC, no estaría representando el republicano.

    “Normalmente yo no haría eso. Nunca lo he hecho, pero sí estoy corajudo porque veo que le pusimos confianza, no sólo yo sino nuestro caucus, creo que nos dejó plantados completamente, no ayudó para nada”, aseguró Vargas, sobre su pelea con Curbelo.

    De cara a las elecciones de noviembre Vargas está en una posición cómoda para ser lo más ruidoso que pueda. Más de un 70% de los residentes del distrito 51 de California son hispanos y un tercio de ellos nacieron en el exterior. En 2016 ganó la reelección con un 73% de los votos.

    Vargas sabe que, al hablar así, con ese nuevo tono, no arriesga nada en su distrito, donde solidifica su base de apoyo. Aunque sabe que cruzó una importante línea en el Congreso, asegura no se arrepiente.

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