"Merece un nuevo juicio": habla la presidenta del jurado que condenó a muerte a Melissa Lucio en Texas
La presidenta del jurado que en 2008 condenó a muerte a Melissa Lucio pidió este martes que se le permita a la hispana un nuevo juicio. Su solicitud es parte del documento de clemencia que los abogados defensores introdujeron ante la Junta de Perdones de Texas para exigir que se frene su ejecución por inyección letal que se aplicará el próximo 27 de abril.
"Con la evidencia que fue presentada en el juicio, sentí que había tomado la decisión adecuada. El juicio me dejó pensando que Melissa Lucio era un monstruo, pero ahora la veo como un ser humano que fue mostrado como el demonio porque no tuve toda la evidencia que necesitaba para tomar mi decisión", se lee en la carta que se sumó al documento de más de 200 páginas que sustenta el pedido de clemencia y que fue revisado por Univision Noticias. Junto a ella, otros cuatro jurados del caso han pedido que se revise el caso y que se frene la ejecución.
"No sentí que el abogado de Melissa Lucio presentara una defensa. Ellos no mostraron una explicación real para las heridas de Mariah", agrega.
Melissa Lucio fue condenada a muerte en 2008 por el fallecimiento de su bebé de dos años, Mariah. El 15 de febrero de 2007, la niña había caído por una larga escalera, con más de 10 peldaños. Cuando los servicios de emergencia llegaron dos días después a asistir a una niña inconsciente, Melissa les explicó que dos días antes se había caído por la escalera de entrada a la casa. Lo que no les precisó la madre, es que ella se refería a la de la vivienda anterior, de la que justo se habían mudado el día que ocurrió la tragedia. Tenía 14 escalones.
Por eso el paramédico se extrañó cuando vio una casa de un solo piso con solo tres escalones en la entrada y una niña con moretones por todo el cuerpo y rasguños, muriendo. Y así, confundido, explicó su versión a la policía: "Pensaron que esas heridas no eran posibles tras una caída por esas escaleras y asumieron que su testimonio no era cierto. Eso hizo que el asunto evolucionara desde ese punto", dijo a Univision Noticias Adrienne Larimer, una de las abogadas de Melissa Lucio.
Después de eso, la policía le realizó a Lucio un interrogatorio "agresivo", consideró Larimer, que sonaba como si ya hubieran decidido su condena. Aturdida por la muerte de su bebé y presionada para que itiera el supuesto abuso a Mariah —que ya había negado más de 100 veces— Melissa Lucio dijo, ya entrada la madrugada: “No entiendo lo que usted quiere que diga. Me imagino que soy responsable”. Aunque los expertos que han revisado el caso aseguran que eso no puede ser considerado como una confesión, la Fiscalía usó la frase como prueba de isión en el juicio.
Para entonces, su abogado defensor, Peter Gillman, no presentó a expertos forenses para rebatir a los fiscales y demostrar que la muerte de Mariah provenía de un accidente y no porque su madre la hubiera golpeado. Ella no tenía antecedentes de violencia contra ninguno de sus 12 hijos.
"Hubiera querido escuchar una explicación sobre las heridas de Mariah", dice Quintanilla en su declaración jurada al referirse a las evidencias no presentadas por el abogado de Lucio ni por el estado de Texas. "Recuerdo a la médico decir que los moretones de Mariah eran los peores que había visto y que no podían haber sido causados por ninguna otra causa sino abuso. Eso tuvo un impacto en la forma como vi a Melissa Lucio desde ese momento", agrega. "Si yo hubiera sabido que los moretones podían haber sido causados en un accidente, como una caída por unas escaleras, y que tenía una infección y fiebre después de que murió, esas cosas hubieran cambiado mi decisión".
La jurado asegura que hubiera querido escuchar la versión de los hijos de Melissa que vieron la caída de Mariah. "Quedé descorazonada al saber que había evidencia adicional que no fue presentada en su momento. Creo que la señora Lucio merece un nuevo juicio y que un nuevo jurado escuche esta evidencia. Sabiendo lo que sé, no creo que ella deba ser ejecutada".
Este martes vence el plazo para que la jueza Gabriela García y el fiscal del Distrito del condado de Cameron, Luis Saenz, se recusen del caso. Si eso ocurriera, quedaría sin efecto la fecha de ejecución que está planteada y que fue solicitada por Saenz y aprobada por la jueza para el 27 de abril de 2022. Los abogados de Lucio introdujeron en marzo una petición para remover a la jueza y al fiscal en la causa de Lucio al alegar que hay conflicto de intereses: el abogado defensor de la hispana en el juicio de 2007 trabaja desde la sentencia como asistente del fiscal; y su esposa es la a de la corte para la jueza Gabriela García, a cargo de esa corte.
Hoy también se reunió en el Capitolio de Austin un grupo de representantes de ambos partidos para discutir el caso de Melissa Lucio. En la sala, pidieron al fiscal del condado de Cameron, Luis Saenz, que solicitara a la corte detener la ejecución al alegar que estaba dentro de sus capacidades pues fue él quien pidió la orden. Él respondió que no estaba seguro de que pudiera hacerlo porque Lucio aún tenía peticiones pendientes. "Aún cuando tenga la autoridad no voy a hacerlo", dijo Saenz a los representantes.
"Le suplico, le pido en el nombre de los abogados de Lucio y de la justicia (...) qué daño hace dar vuelta atrás", le dijo el representante republicano Jeff Leach y le advirtió que estaba "decepcionado" con su respuesta. "Cuando pienso en el sistema y que el sistema le falla, no solo a Melissa sino a todos (...) es muy preocupante". Leach le pidió que no se lavara las manos y el fiscal prometió no hacerlo.
"Creo que la ejecución no va a realizarse el 27 de abril", dijo Saenz bajo la presión de los representantes para que revirtiera su petición para una orden con la fecha de ejecución. Le insistían en que el caso no fue defendido adecuadamente en 2007 y que las evidencias incluidas en el pedido de clemencia lo demuestran. Según Saenz, la ejecución podría ser detenida esta semana o la que viene, cuando las cortes cierren los recursos legales que Lucio tiene pendientes.
Leach le recordó al fiscal Saenz que una pronta decisión sacaría a Melissa Lucio del confinamiento en solitario en el que se encuentra actualmente, sin posibilidades de salir al ambiente exterior y ni siquiera de volver a su celda en el corredor de la muerte. "Le pedimos que tenga el coraje, cuando así lo sienta, de tomar una decisión por Mariah".
El juicio de Melissa Lucio
El día que Melissa Lucio escuchó la palabra "culpable" de boca del jurado recuerda que quedó en shock. Salió de la sala, la llevaron a su celda y durmió para olvidarlo todo, cuenta en el documental de Hulu 'The State of Texas Vs. Melissa Lucio'.
"Me sacaron de esa sala, me llevaron a mi celda y recuerdo que dormí. Traté de bloquear todo lo que había pasado en esa sala de corte", cuenta. "Estaba confundida".
Ese era el fin de un juicio que sus abogados actuales aseguran había sido construido sobre la base de "testimonios falsos" presentados por los fiscales y no rebatidos por su abogado, y una "confesión falsa" presionada por los detectives de la Policía de Harlingen, quienes tomaron el caso y la interrogaron por horas a base de intimidaciones y prejuicios.
Lucio cuenta en el documental que nunca había sido arrestada, hasta ese 17 de febrero de 2007, cuando muere su bebé de dos años, Mariah. Se presentó en la corte días después para que le leyeran los cargos: "Aún no había conocido a mi abogado, ni siquiera sabía si tenía uno", recuerda. Ella se sentó sola en la mesa y unos 15 minutos después llegó Peter Gilman, el defensor público a cargo de su caso.
En ese momento, cuenta en el documental, el fiscal de distrito Armando Villalobos se acercó a ambos y les ofreció 30 años de prisión si ella se declaraba culpable: "Le dije que no de inmediato porque no era culpable. Sentí que por qué debía cumplir 30 años de prisión si yo no había sido la culpable de la muerte de mi hija". La respuesta fue: "'A ver, señora Lucio, ¿qué edad tiene ahorita?'. Yo le dije que 38. Me dijo: 'Mire el lado bueno, le tomará 30 años. Tendrá 68 cuando salga y podrá volver a ver a sus hijos'. Le dije que no lo iba a aceptar porque no era culpable". Tras esa conversación se dio paso al juicio.
Margaret Schmucker, una de las abogadas de Lucio, explica en el documental que duda de que Gilman haya tenido una estrategia de defensa para Melissa. "Creo que dejó mucha evidencia sobre la mesa que hubiera podido presentar".
Entre ella, la declaración de Robert Lucio, uno de los hijos de Melissa que vio el accidente. "Ellos no nos preguntaron a ninguno de nosotros qué pasó (...) Si hubieran investigado, mirado qué fue lo que pasó, no estaríamos aquí sino con mi mamá. Todo pudo haber sido diferente", dice en el documental.
Daniella, la hija mayor de Lucio, cuenta que en una ocasión ella y su tía Sonya fueron a hablar con el abogado para contarle que habían visto a otra de sus hermanas, Alexandra, golpear a Mariah en la cabeza: "Estoy segura de que el señor Gilman lo anotó, pero no hizo nada. Mariah le tenía miedo a Alex, porque ella era realmente mala con ella. Así que sé que muchos de los morados y marcas eran por Alexandra", dice.
Ese detalle de Alexandra había sido documentado por una especialista en mitigación contratada por la propia defensa. En uno de los documentos del caso, reporta que la niña había asegurado que estaba molesta ese día porque Mariah lloraba y que ella "había sido la razón por la que Mariah se había caído por las escaleras". Según el reporte, esta información fue compartida con Gilman en una reunión del equipo del Consejo de Defensa. Asegura que su respuesta fue "que no se alertara a nadie". Y así, esto tampoco fue presentado al jurado.
Gilman, de su parte, dijo en el documental que no llamó a los hijos de Lucio a declarar porque eran "indisciplinados" y molestarían al jurado: "Ella no era una buena madre", dice el defensor público, que poco después de la condena, comenzó a trabajar en la misma oficina de la fiscalía que acusó a Lucio. "¿Mató a su hija? No lo sé. Había niños que dijeron que la niña se había caído por las escaleras. La pregunta es: ¿la empujaron? ¿Dónde estaba mamá? ¿qué pasó?", asegura. "Recuerdo haber hablado con todos los hijos mayores y tuve la sensación de que ninguno me podía decir qué pasó. No sentí que ninguno de los niños iba a ser de ayuda. Los niños no tenían ninguna disciplina mientras crecían (...) Intentar tener a estos niños sentados el tiempo suficiente para hablar contigo y darte una idea de lo que pasó, no podían hacerlo. Creo que el jurado hubiera estado molesto (...) y no quieres molestar al jurado con cualquier cosa que estás haciendo”.
Para Sonya, una de las hermanas de Melissa, el juicio de su hermana fue "un circo", precisa en el documental. "El jurado se reía de la acusación, se reían con el juez y Melissa estaba sentada allí, llorando. Nosotros estábamos ahí viendo todo. Era bizarro. Celebraban cuando a Melissa le dieron la pena de muerte". La otra hermana, Diane, recuerda que se chocaban las manos: "Todo el mundo estaba contento de que le habían dado la pena de muerte".
"Pienso en mis hijos"
Cuando el documental de Hulu fue filmado, Melissa Lucio tenía 11 años en el corredor de la muerte de Texas. Para entonces, contaba que pensaba con frecuencia en su hija Mariah. "Sueño con ella, sueño que estamos afuera, que ella corre por ahí con su pequeño vestido, que quiere que la peine, que le ponga ganchos en el cabello, que le pinte las uñas de las manos y los pies; que le pinte los labios", dice.
Asegura que solo quiere salir de la Unidad Mountain View, en Gatesville, donde cumple su sentencia, para reunirse con Mariah y "pedirle perdón porque no pude protegerla". Cuenta que le diría que le falló "de muchas formas".
Melissa Lucio señala que también sueña con el resto de sus hijos, pero luego se despierta y se da cuenta de dónde está: "Deseas que no hubiera sido un seuño, que hubiera sido la realidad". En la pieza lamenta los años que ha perdido con sus hijos, que algunos de ellos la recuerdan, pero otros no.
"Es difícil despertarse cada mañana y no escucharlos llamarme (...) Me confunde porque no entiendo cómo el sistema de justicia me hizo esto a mí. El estado de Texas quiere matarme y todos los días me pregunto: 'Dios, ¿por qué?'".