Jefe de la policía de Uvalde renuncia tras el polémico reporte que exime a los agentes que respondieron a la masacre
El jefe de la policía de Uvalde, Daniel Rodríguez, renunció este martes a su cargo, pocos días después de que se presentara un nuevo informe de la masacre en la escuela primaria Robb Elementary que eximía de culpa a los agentes que estuvieron en el lugar.
Rodríguez no estaba en la escuela el 24 de mayo de 2022, cuando un adolescente armado abrió fuego en contra de los estudiantes, pero asignó al teniente Mariano Pargas como jefe en funciones ese día. De acuerdo con reportes en medios, la renuncia será efectiva el 6 de abril.
La respuesta de los agentes en el lugar ha sido duramente criticada. Un informe publicado en enero por el gobierno federal indicó que los policías cometieron una "cascada de errores", desde fallos en la comunicación y el liderazgo hasta tecnología y formación inadecuadas, que, según los funcionarios federales, contribuyeron a que la crisis durara mucho más de lo que debió.
Pero la semana pasada, una nueva investigación que ordenó el gobierno de la ciudad defendió la respuesta de la policía local a ese tiroteo en el que 19 alumnos y dos maestras fueron asesinados.
El nuevo informe reconoció una serie de errores durante la fallida respuesta al ataque y reiteró los traspiés en cadena que ya habían quedado expuestos en investigaciones del Departamento de Justicia.
Sin embargo, encontró que los agentes de la ciudad no infringieron las políticas y, en algunos casos, elogió sus acciones durante una de las peores masacres escolares en la historia de Estados Unidos.
El exalcalde de Uvalde, Don McLaughlin, que ordenó una investigación sobre las acciones de la policía local durante el tiroteo, que dejó 21 muertos, dijo el viernes que estaba sorprendido de que el informe defendiera a los oficiales y cree que el jefe interino en la escena falló.
"Lo que he visto hasta ahora no es exactamente lo que esperaba", dijo Don McLaughlin, que dejó la alcaldía de la pequeña ciudad texana el año pasado y ahora es candidato republicano a un escaño en la legislatura estatal.
¿Qué dice el nuevo informe de la masacre en Uvalde?
Jesse Prado, investigador residente de Austin y exdetective policial que realizó el informe para el Consejo Municipal de Uvalde, presentó el informe el 7 de marzo describiendo las fallas en la respuesta de los agentes locales, estatales y federales en el lugar aquel día.
Casi 400 agentes policiales, incluidos elementos del Departamento de Policía de Uvalde, se presentaron en el lugar, pero esperaron más de una hora para confrontar al agresor, un adolescente armado con un fusil de asalto tipo AR.
Coincidió en que hubo problemas de comunicación, entrenamiento deficiente para enfrentar situaciones donde hay un hombre armado activo, falta de equipo disponible y retrasos en la irrupción en el aula.
“Hubo problemas todo el día con la comunicación y la falta de ella. Los agentes no tenían forma de saber lo que se planeaba, lo que se decía”, dijo Prado. “Si hubieran tenido un escudo antibalas, éste habría bastado para que llegaran hasta la puerta”.
Pero Prado dijo que su revisión indicaba que los agentes mostraron “fuerza inconmensurable” y “pensamiento sensato” mientras se enfrentaban a los disparos del agresor y se abstenían de abrir fuego hacia un aula que estaba en la oscuridad.
“Les estaban disparando a ocho pies de la puerta”, subrayó Prado.
Prado dijo también que los familiares que se presentaron al lugar obstaculizaron los intentos para establecer una cadena de mando, ya que los agentes policiales tenían que controlar a los padres que intentaban ingresar al edificio o que les rogaban a los policías que entraran.
“Por momentos fueron difíciles de controlar", dijo Prado. “Querían pasar a través de las barricadas de la policía”.
¿Cuál fue la respuesta de las familias de las víctimas?
Tras escuchar las conclusiones de la investigación algunos familiares de las víctimas expresaron su indignación cuando Prado dejó el lugar al terminar su presentación sin quedarse a escuchar lo que los padres de los niños querían decir.
Prado volvió, tomó asiento y escuchó cuando los familiares de las víctimas rompieron en llanto y criticaron el informe, al ayuntamiento y a los agentes que acudieron al lugar del tiroteo aquel día.
“Dieron a mi hija por muerta”, señaló Rubén Zamorra. “Estos policías fueron contratados para hacer un trabajo. No lo hicieron”.
Héctor Luévano, un concejal de Uvalde, dijo que el informe de la ciudad lo hizo sentirse “avergonzado” e “insultado”.
“Estas familias merecen más. Esta comunidad merece más”, declaró. “No acepto este informe”.
Desde la masacre al menos cinco agentes que estuvieron presentes en la escuela han perdido sus empleos, incluidos dos del Departamento de Seguridad Pública y el comandante en jefe en el lugar, Peter Arredondo, exjefe de la policía escolar. Ningún agente ha enfrentado cargos penales.
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