Tener buena salud depende de lo que digas en el censo

La información que se recopila en el censo impacta la salud de los habitantes del país en todos los niveles. Además de definir cómo se distribuyen los fondos para Medicaid y Medicare, el censo influye en la ubicación de hospitales, en programas de educación de profesionales del sector, en el financiamiento de centros de salud comunitaria o para inmigrantes y en programas de alimentación como los almuerzos escolares.
“El impacto en las comunidades locales de un conteo insuficiente sería realmente severo” –afirma Vanita Gupta, presidenta de la la Conferencia de Liderazgo sobre Derechos Civiles y Humanos en entrevista con Univision–. “No contar a las comunidades afectaría directamente el nivel de recursos que se destinaría a las escuelas y hospitales”.
El al cuidado de la salud de muchas personas latinas también se relaciona con el censo, afirma Sandra Celedón, presidente de Fresno Building Healthy Communities, organización que trabaja por la organización y el bienestar de las comunidades en Fresno. “Sabemos que en el estado de California hay muchas personas latinas que no tienen a doctores de cabecera. Debería haber un médico por cada mil personas, pero si no estamos contando a la población estamos perdiendo la oportunidad de que las clínicas y centros de salud pública recluten más doctores”.
Los estados reciben dinero para sus programas locales de los fondos federales. Lo que se asigna a cada estado por década depende de las características de su población, según los datos que suministra el censo. En 2015, los fondos federales fueron de 675,000 millones de dólares. En 2017, los fondos superaron 1.5 millones de billones de dólares, según señala el investigador Andrew Reamer, de The George Washington University.
Lo que el censo significa en programas de salud
De una forma directa, las respuestas del censo impactan los fondos que tendrán los estados para programas de la salud como:
- Medicaid y Medicare.
- El programa de asistencia nutricional suplementaria, también conocido como los cupones de comida de (SNAP).
- El programa especial de nutrición suplementaria para mujeres, bebés y niños (WIC).
- Almuerzos escolares gratis o con precios reducidos.
- Programas de centros de salud (centros de salud comunitarios, centros de salud para migrantes, atención médica para personas sin hogar y atención primaria de vivienda pública).
- Programa de seguro médico para niños (CHIP).
- La capacitación en odontología general, pediátrica y de salud pública.
- Los servicios de prevención de enfermedades para personas de edad avanzada.
- Los programas para optimizar la salud y la calidad de vida de los residentes en la región fronteriza, a través de la Comisión de Salud Fronteriza México-Estados Unidos.
- Desarrollo y coordinación de servicios y centros de investigación en salud rural.
- Becas para educación en salud mental y del comportamiento.
- Programas de prevención de enfermedades cardíacas y derrames cerebrales y prevención de la diabetes.
- Programas de educación y apoyo para el autismo.
- Subvenciones para proyectos de ayuda de emergencia para el VIH.
- Programa de reembolso de préstamos para enfermeras.
El censo permite asegurarnos que las madres y los niños crezcan sanos, afirma Celedón. “El programa que provee asistencia de alimentos para mujeres y niños (WIC) es muy popular y está basado en el conocimiento que se logra con el censo de la cantidad de mujeres que están en edad de estar embarazadas, las que acaban de dar a luz y a los niños menores de 5 años”, explica.
Estadísticas que influyen en el desarrollo de la Medicina
Con los datos de población se definen las estadísticas de cada enfermedad y las necesidades para el desarrollo de nuevos medicamentos. “Cuando escuchamos porcentajes de enfermedades como diabetes o problemas del corazón, las cifras se derivan del número total de la población” –comenta Celedón. “Esto puede determinar cómo se implementa el cuidado de la salud”.
Por eso, el censo es fundamental en el desarrollo de la Medicina. Otro importante impacto social es su influencia en el monitoreo de las desigualdades en la salud, tal como lo menciona Nancy Krieger, profesora de la Escuela de Salud Pública Harvard T. H. Chan School, en su análisis " El censo de Estados Unidos y la salud de las personas” publicado en American Journal of Public Health.
La Oficina del Censo analiza las respuestas por secciones censales, que son pequeñas unidades geográficas que van de 1,200 a 8,000 personas. Estas “secciones censales” se usaron por primera vez en el censo de 1910 y se llamaron “áreas sanitarias” porque tenían como objetivo principal mejorar los datos y programas de salud pública, sin depender de los límites geográficos de los distritos, vulnerables a la manipulación política.
Al tener una delimitación geográfica permanente se comenzaron a registrar y analizar de una manera local y consistente los cambios demográficos en el tiempo. Krieger explica que gracias a las secciones censales se pueden identificar y analizar las inequidades en el servicio de salud. “Los datos del censo también proporcionan denominadores para cuantificar las tasas de enfermedades y lesiones, monitorear las inequidades en salud y crear marcos de muestreo para innumerables encuestas de salud pública y sociales”.
Desde 1940 comenzaron a desarrollarse estudios que aprovechaban la información de las secciones censales, para relacionar condiciones económicas con datos de salud, como tuberculosis y mortalidad infantil. Diferentes estudios con estadísticas vitales (de nacimiento y muerte) permiten comprender si hay factores en las áreas rurales o de la ciudad que puedan influir en la salud y mortalidad, como la contaminación del aire, el clima, el a los seguros médicos o los servicios públicos.
El censo nacional que se realiza cada diez años sirve de base para otros estudios de mayor profundidad que ejecuta la Oficina del Censo con más frecuencia pero en menor escala, como la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense. En otros dos estudios, la Encuesta de Población Actual y la Encuesta de Ingresos y Participación en el Programa se recopilan datos sobre el seguro de salud.
Las estadísticas del censo permiten dar contexto a cualquier información recabada en estudios a menor escala. La tasa de enfermedades como el covid-19, la seguridad alimentaria de determinadas áreas geográficas, las disparidades de la salud entre las zonas rurales y las urbanas, son algunas de las aplicaciones de la información que se recopila.
“La comunidad latina tiene diferentes problemas de salud –comenta Adriana Pinedo, especialista de Participación Comunitaria de la organización ActiveSGV–. Por eso es importante el censo”. Por ejemplo, los hispanos tienen 10% más de probabilidad de tener diabetes que el resto de la población en Estados Unidos, mientras que las mujeres hispanas presentan 20% menor incidencia de cáncer de mama.
“El censo de Estados Unidos y la salud pública son interdependientes”– afirma Krieger. “Los datos censales inadecuados y los fondos insuficientes para el censo son amenazas para la salud de la nación y para la equidad en salud”. Los datos de las secciones censales contribuyen a comprender las barreras económicas y geográficas de la atención médica.
Cuando alguien responde al censo –o dejar de responderlo– puede modificar los programas que puedan ser asignados al espacio geográfico donde vive. Lo que se dice –o se deja de decir– en el censo afecta la salud propia y la de su familia.