Régimen cubano frustra la marcha por la liberación de centenares de detenidos desde las protestas de julio
Las marchas callejeras convocadas para el lunes en Cuba no llegaron a efectuarse después de que los organizadores denunciaran que simpatizantes del gobierno les impidieron salir de sus casas y recibieran citaciones de la policía desde días antes.
Tampoco se vieron las acciones opositoras que los propios activistas habían sugerido a la población a manera de protesta si no deseaban salir de sus hogares, como la colocación de sábanas blancas en balcones o ventanas y aplausos a la 3 de la tarde, la hora prevista para la manifestación.
En La Habana, el cruce de las céntricas calles de Prado y Malecón, el punto acordado de concentración, lució vacío y bajo control policial, reportaron varias agencias.
Algunos cubanos postearon en redes sociales sus fotos vestidos de blanco, de acuerdo con la convocatoria, pero en general no respondieron al llamado.
El gobierno cubano había denegado el permiso para esa marcha, la cual generó expectativas afuera de la isla y fue señalada por las autoridades de estar impulsada y financiada por Estados Unidos.
La convocatoria a las acciones de protesta coincidió con la jornada en que las autoridades dispusieron la reapertura de la isla al turismo internacional y un cambio en el protocolo sanitario contra el covid-19, que permitirá mayores vuelos comerciales, así como retomar las clases presenciales.
La marcha fue convocada para exigir la liberación de presos, sobre todo aquellos que fueron detenidos en julio en otras protestas, mayor respeto a los derechos humanos y un diálogo nacional.
La fiscalía advirtió hace algunas semanas que quienes participaran en la manifestación serían encarcelados.
Arrestos, cortes de internet y líneas telefónicas, intimidación: las tácticas contra los disidentes
La manifestación fue convocada por el dramaturgo Yunior García y su grupo Archipiélago, un foro de debate en internet que ya alcanzó los 35,000 .
La convocatoria ocurre cuatro meses después de las históricas y espontáneas manifestaciones del 11 de julio, que dejaron un muerto, decenas de heridos y 1,270 personas detenidas, de las cuales 658 siguen en prisión, según la ONG de defensa de derechos humanos Cubalex.
En septiembre los organizadores solicitaron permiso para realizar la marcha, primero en La Habana y luego se sumaron casi una decena de ciudades, lo cual fue rechazado por las autoridades por considerarla ilegal y anticonstitucional, pues a su entender va en contra del precepto de que el socialismo es irrevocable.
La víspera García intentó hacer una caminata en solitario como protesta por la denegación del permiso para la protesta del lunes, pero le fue impedida por grupos progubernamentales de personas que bloquearon la puerta en su edificio y su calle. Desde la azotea le colocaron banderas cubanas tapando las ventanas de su apartamento.
Este lunes los teléfonos de García y de otros coordinadores de Archipiélago permanecían interrumpidos.
Otros disidentes cubanos también fueron arrestados, entre ellos Manuel Cuesta Morúa, de 58 años, vicepresidente del Consejo para la Transición Democrática, dijo a AFP su esposa, Nairobi Scheri.
La líder del movimiento disidente Damas de Blanco, Berta Soler, y su marido, el expreso político Ángel Moya, también fueron detenidos, según anunció en Twitter la disidente Martha Beatriz Roque.
La historiadora de arte y activista Carolina Barrero, impedida de salir de su casa desde hace 200 días, también fue arrestada, anunció el movimiento 27N al que pertenece.
Otro disidente, Guillermo Fariñas, está detenido desde el viernes.
Varios opositores denunciaron que f ueron víctimas de actos de repudio, manifestaciones de simpatizantes del gobierno usadas desde hace años para increpar a los disidentes. También denunciaron que les cortaron la conexión a internet.
La Habana y Washington se cruzan acusaciones
El gobierno cubano calificó como una "operación fallida" de Estados Unidos la convocatoria a movilización de disidentes.
El presidente Miguel Díaz-Canel, que asistió el lunes a una ceremonia de la reinauguración del ciclo escolar en Ciudad libertad, al oeste de La Habana, había denunciado el domingo la intención de "subvertir el orden interno" y "campañas mediáticas contra Cuba".
En una transmisión en vivo por Facebook, el canciller Bruno Rodríguez dijo que "algunos de mis colegas en Washington parece que se quedaron vestidos para nada, para la fiesta suya que no ha ocurrido".
Rodríguez ironizó diciendo que "el guión no ha sido bueno y la puesta en escena ha sido peor". En cambio calificó la jornada del lunes como "festiva" con la llegada de "decenas de vuelos" que "ha reanimado el turismo internacional".
Más tarde, Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, señaló en un comunicado que el gobierno cubano recurrió "a duras penas de prisión, a detenciones esporádicas y a técnicas de intimidación (...) en su intento de silenciar la voz del pueblo cubano".
Francia también urgió el lunes en un comunicado a La Habana a "garantizar el derecho de la población cubana a reunirse y manifestarse pacíficamente", señalando que sigue "con preocupación" la situación.
La isla vive su peor crisis económica en casi 30 años, con una grave escasez de alimentos y medicinas, así como un creciente descontento social y la polarización entre defensores y críticos del gobierno.