Los Rolling Stones felicitan a Bob Dylan por su Premio Nobel mientras el cantante guarda silencio

Si bien el cantautor Bob Dylan mantuvo su silencio sobre su recién concedido Premio Nobel de Literatura, en su segundo concierto en el festival Desert Trip, los Rolling Stones aprovecharon la oportunidad para felicitar al cantante por el “merecido” reconocimiento.
“Nunca habíamos compartido escenario con un Premio Nobel”, bromeó el cantante Mick Jagger al entrar al escenario que minutos antes había ocupado Dylan.
Según recoge el diario Press Enterprise, Jagger aplaudió el repertorio de Dylan, al que comparó con el escritor y humanista estadounidense Whalt Whitman.
“Bob es como nuestro propio Walt Whitman”, agregó, desde Indio, Colorado, donde este fin de semana se celebra la segunda edición del festival Desert Trip.
El guitarrista Keith Richards también quiso sumarse a los halagos a Dylan.
“Felicidades al sr. Dylan por todo su trabajo”, dijo, “no se me ocurre nadie que lo merezca más”.
La Academia Sueca concedió este jueves el premio por "haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense".
Desde entonces, no sólo no ha hecho mención al premio, ni siquiera durante el concierto que ofreció el mismo jueves en Las Vegas, sino que la Academia tampoco ha logrado hablar con el cantante.
"La Academia ha hablado con el agente de Dylan y también con el responsable de su gira", explicó a la agencia AFP el canciller de la institución, Odd Zschiedrich, pero no se había podido ar directamente con el galardonado.
Según Zschiedrich, la situación no es completamente extraña. "Ya ha sucedido varias veces, incluso en la época moderna, el hecho de no poder hablar inmediatamente con el laureado", aseguró.
Aunque no es la primera vez que la Academia tiene que tratar con premiados de carácter difícil, la actitud de Dylan podría ponerla en aprietos ya que tendrá que defender una decisión que ha sido muy celebrada por sus seguidores pero también ha sido criticada por algunos intelectuales.
El cantante, símbolo de la generación de la protesta pacífica en los sesenta, ha mostrado una actitud un tanto indiferente con su público en sus últimas giras. No suele interactuar con los asistentes a los conciertos, incluso prohíbe que se le fotografíe, aunque sus seguidores siguen al pie del cañón como el primer día.