Un estudio dirigido por UCLA señala que incendios, sequías y el calor extremo impactan negativamente el suministro de agua. Investigadores determinaron que en áreas donde se había quemado más de una quinta parte del bosque el flujo de agua aumentó en promedio un 30% en años posteriores. “Entre más alta la temperatura, más se daña el suelo, queda como esterilizado y cuando esto pasa y llueve, más agua llega a ríos, causando inundaciones”, dijo Javier Sierra, director asociado de Sierra Club. Más noticias aquí.