Escribir tres páginas cada mañana para cambiar tu vida o, por lo menos, mantener la cordura

De todos los trucos de autoayuda que he probado o sobre los que he escrito a lo largo de los años destaco el de las páginas matutinas. ito que no es para todos los públicos, pero si consigues vencer las reticencias, puede marcar un antes y un después en tu vida.
El método, creado por la gurú de la creatividad Julia Cameron, es de una sencillez desconcertante. Para empezar, no se necesita apenas nada: puedes invertir en un cuaderno y bolígrafo o pluma que te gusten (mi preferencia), pero no es necesario. La versión más austera solo requiere usar tres páginas en blanco (tamaño ‘carta’) y un bolígrafo normal y corriente.
¿En qué consiste? Cada mañana, nada más levantarte (en mi caso, mientras tomo un café), escribe tres páginas, sin parar, sobre cualquier cosa que se te pase por la cabeza. Si no sabes qué escribir, escribe justamente eso. “No hay forma de hacer mal las páginas matutinas”, escribe Cameron, que introdujo el ejercicio en su súper ventas El camino del artista, en 1992, y lo revisó hace unos años en su librito corto El milagro de las páginas matutinas.
Escribe sobre lo que surja: no tengo nada en la nevera; mi sueño es convertirme en trapecista; deseo la muerte del perro de mi vecina.
El qué es irrelevante, lo que sí importa es el cómo: debe ser a mano, y tienen que ser tres caras. Comienzas con banalidades, pero si continúas, puedes encontrarte con pepitas de oro dentro de ti o, como poco, calmar ansiedades o resolver dilemas. Lo importante es seguir adelante con el ritual, sin esperar ningún resultado en particular.
Crear un santuario con las páginas matutinas
Pronto descubrirás que estas tres páginas, este espacio, se convierte en una especie de santuario, en tu propia terapia, una meditación. Y observarás lo poderoso que es situarse en el papel de testigo de los contenidos de tu mente. ¿Te has dado cuenta de cómo es siempre más fácil ver los problemas de otros que los propios? Eso es lo que se consigue con las páginas matutinas.
" Las páginas matutinas dibujan nuestro mapa interior. Sin ellas nuestros sueños podrían seguir siendo terra incognita", escribe Cameron. “Las páginas nos rescatan a menudo de la desesperación y nos empujan hacia salidas con las que ni siquiera habíamos soñado".
Salvo que vengas de otra galaxia observarás, si no lo habías hecho ya, que tu mente es caótica, repetitiva, que le encanta quejarse de todo. Y, sin embargo, quizá surjan también rayos de luz por las grietas y queden registrados pequeños placeres que quedan enterrados en la rutina del día a día. Para mí es muy gozoso, por ejemplo, observar mientras escribo los dibujos del sol de la mañana a través de las cortinas de mi dormitorio, o el sonido de la pluma en o con el papel.
No necesitas escribir bien. De hecho, lo ideal es no tener ninguna pretensión; tratar de que tu texto alcance cualquier estándar de calidad es un obstáculo.
Y, por supuesto, es crucial que las páginas sean completamente privadas y estén a salvo de miradas indiscretas. Cameron recomienda tirarlas y no revisitar lo que se ha escrito durante las ocho primeras semanas. Yo he desobedecido un poco, pero a cambio he conseguido una pizca de claridad en un par de asuntos que me estaban volviendo loca.
El poder curativo de la escritura
Los beneficios de externalizar pensamientos a través de la escritura están más que probados; yo he experimentado su poder curativo muchas veces, como cuando falleció mi padre por covid-19 al inicio de la pandemia, en circunstancias muy dolorosas. Entonces escribí un texto que me ayudó a encontrar un poco de consuelo.
Las páginas matutinas son, también, una práctica que puede constituirse en soporte para otros hábitos constructivos. Por citar un ejemplo, a mi me sirvió para dejar la copa de vino con la que acompañaba las cenas y desde entonces duermo mejor.
Dicho lo cual, la paradoja de esta propuesta es que, a pesar de ser intencional (necesitas reservar esos 30 minutos cada mañana, y eso no siempre es fácil) no aspira a ningún resultado en concreto, a diferencia de los propósitos tradicionales de cambio de hábitos, que suelen ser muy concretos: perder peso, hacer más ejercicio, aprender un idioma.
¿Será por eso, precisamente, que es tan efectiva? Prueba y me lo cuentas.
Por qué escribir a mano es una buena idea
Los seres humanos escribimos desde hace 5,000 años. ¿Qué pasaría si dejásemos de hacerlo? No tenemos respuesta a esa pregunta, pero sí algunas observaciones que nos hacen temer que quizá no sería muy buena idea: