Mete un extraño en tu cama, escucha cuentos sosos y otras técnicas para que duermas como un bebé
Si tienes hijos o sobrinos pequeños estarás familiarizado con el ritual nocturno del cuento, un requisito imprescindible antes de apagar la luz. Estos días asistimos al florecimiento de un nuevo género literario que promete convertirse en la versión adulta de los cuentos para dormir.
Lejos de buscar atraparnos y engancharnos, el éxito de estos relatos radica en que no consigamos llegar al final. Son bálsamos narcóticos para desviar la atención de las preocupaciones cotidianas y llevarnos a un lugar de fantasía, seguro y alejado de problemas laborales, de salud o financieros. Es decir, lo más apartado posible de nuestros particulares ogros y monstruos vinculados al estrés y a la ansiedad.
Cuando la mente está desocupada, se evalúa y explora a sí misma (sin importar que sean las tantas de la mañana). Los cuentos funcionan porque dan a la mente una tarea.
El insomnio ocupa un lugar destacado en la lista de los múltiples trastornos que hemos padecido en 2020 y lo que va de 2021. Un estudio de la Kaiser Family Foundation mostró que el 36% de los estadounidenses estaban teniendo problemas para dormir debido al estrés relacionado con la pandemia este verano.
Era un problema latente ya antes de la pandemia, cuando entre un 15 y un 20% de la población padecía episodios de insomnio, mientras que un 10% padecía insomnio crónico (dificultad para conciliar el sueño o volverse a dormir tras despertar en medio de la noche al menos tres noches por semana durante al menos tres meses).
Si los cuentos no son lo tuyo, aquí van otras recomendaciones: