Steve Scalise se retira de la carrera para ser presidente de la Cámara tras no conseguir apoyo suficiente entre los republicanos
El congresista republicano Steve Scalise se retiró este jueves de la carrera para suceder a Kevin McCarthy como presidente de la Cámara de Representantes, tras no conseguir apoyo suficiente entre los de su partido.
El republicano anunció su decisión de dejar la contienda tan solo un día después de que los de su partido lo eligieran como candidato este miércoles en una votación secreta y a puerta cerrada.
Scalise obtuvo 114 votos, mientras que el representante de Ohio Jim Jordan, 99 votos. Un puñado de republicanos se negó a votar por ninguno de los dos.
El legislador de Louisiana planeaba tener una serie de pláticas para convencer a otros de su partido de votar por él para obtener el puesto de la portavocía.
Los motivos por los que varios republicanos no votaron por Scalise
Scalise esperaba poder someter a votación su candidatura inmediatamente en sesión plenaria en el hemiciclo, un paso necesario, pero una decena de conservadores aseguraron que se opondrían a ella por varios motivos: las posiciones presupuestarias del congresista, el hecho de que padece cáncer, además de un discurso pronunciado hace dos décadas en una convención sobre un exjefe del Ku Klux Klan.
"Steve es un hombre que tiene graves problemas a causa de su cáncer", declaró Trump en una entrevista, y aseguró que haría mejor evitando "el estrés" que implica el cargo.
La Cámara de Representantes está inmersa en un caos
La Cámara de Representantes quedó en un punto muerto tras la destitución de su presidente anterior, Kevin McCarthy, el 3 de octubre debido a disputas entre congresistas republicanos moderados y los partidarios del expresidente Donald Trump.
EEUU no puede votar a favor de una nueva ayuda para Israel, un aliado histórico, en plena guerra con el movimiento islamista palestino Hamas en la Franja de Gaza. Ni tampoco puede votar una nueva partida de fondos para Ucrania, que los legisladores llevan semanas debatiendo.
También está pendiente la votación sobre un nuevo presupuesto para el estado federal pese a que el último expira dentro de pocas semanas, lo que deja de nuevo a la primera potencia económica mundial en peligro de parálisis istrativa.
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