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    Por qué Trump se equivoca cuando dice que aranceles como los suyos habrían evitado la Gran Depresión

    Qué llevó y qué vino después de la Ley de Aranceles Smoot-Hawley en 1930, una época que ahora parece replicarse con los aranceles del presidente Donald Trump.
    Publicado 13 Abr 2025 – 02:26 PM EDT | Actualizado 13 Abr 2025 – 02:26 PM EDT
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    En los primeros días de la Gran Depresión, el representante republicano de Oregon Willis Hawley y el senador republicano por Utah, Reed Smoot, pensaron que habían dado con una estrategia para proteger a los agricultores y fabricantes estadounidenses de la competencia extranjera: los aranceles.

    El presidente Herbert Hoover firmó la Ley de Aranceles Smoot-Hawley en 1930, cuando muchos economistas advirtieron que los gravámenes provocarían represalias de otros países, lo que precisamente sucedió.

    Con esos aranceles, la economía de Estados Unidos se hundió más todavía en una devastadora crisis financiera de la que no saldría hasta la Segunda Guerra Mundial.

    La mayoría de los historiadores considera que la ley Smoot-Hawley fue un error que empeoró un clima económico. Sin embargo, los aranceles tienen un nuevo defensor en el presidente Donald Trump.

    Al igual que Trump, Hoover fue elegido en gran medida por su perfil empresarial. El ingeniero minero y experto en finanzas asumió el cargo en 1929 como un enérgico director ejecutivo, con ganas de promover asociaciones público-privadas y utilizar los mecanismos del gobierno para promover el crecimiento económico.

    “Todo el mundo no solo puede ser rico, sino que debería ser rico”, declaró en su discurso de investidura, antes de convocar una sesión especial del Congreso para proteger más a los agricultores estadounidenses con aranceles.

    Lo que obtuvo con ellos el presidente número 31 de Estados Unidos fue la Gran Depresión.

    La mala interpretación que Trump hace de la historia y los aranceles

    Trump, que ahora defiende sus propios aranceles que han hecho tambalear los mercados globales, argumenta que Estados Unidos se fundó sobre los altos impuestos a los bienes del extranjero y que hacia 1913 los dejaron de lado.

    “En 1929, todo llegó a un final muy abrupto con la Gran Depresión. Y nunca habría sucedido si hubiesen mantenido la política arancelaria”, dijo Trump al anunciar su plan la semana pasada.

    Refiriéndose a la ley Smoot-Hawley, agregó: “Intentaron traer de vuelta los aranceles para salvar a nuestro país, pero (...) era demasiado tarde. No se podía hacer nada: tomó años y años salir de esa depresión”.

    Sin embargo, la historia de altos aranceles de Estados Unidos continuó mucho después de 1913 y la interpretación de Trump sobre lo que provocó la Gran Depresión, así como la respuesta de Washington en la era de Hoover, no reflejan lo que realmente sucedió.

    Gary Richardson, profesor de economía en la Universidad de California, Irvine, dijo a la agencia AP que Estados Unidos mantuvo altos aranceles durante mucho tiempo, lo que “ayudó a trasladar la industria al país. Pero nos deshicimos de ellos porque, como el país que estaba a la vanguardia de la tecnología, no pensábamos que fueran útiles”.

    “Cuando éramos más poderosos, justo después de la Segunda Guerra Mundial, impusimos un régimen de bajos aranceles a la mayor parte del mundo porque pensábamos que nos beneficiaría”, dijo Richardson, también exhistoriador del Sistema de la Reserva Federal. “Ahora, estamos volviendo a algo diferente”, consideró.

    ¿Cómo surgieron los aranceles en Estados Unidos?

    George Washington firmó la Ley de Aranceles de 1789, que fue la primera legislación importante aprobada por el Congreso, la cual impuso un gravamen del 5% sobre muchos bienes importados a Estados Unidos.

    Como no existía un impuesto federal sobre las rentas, la política consistía en encontrar fuentes de ingresos para el gobierno al tiempo que se protegía a los productores estadounidenses de la competencia extranjera.

    Después de que la Guerra de 1812 interrumpiera el comercio de Estados Unidos con Reino Unido, Estados Unidos aprobó más aranceles en 1817 para proteger las industrias nacionales contra las importaciones potencialmente más baratas, especialmente las textiles.

    Los altos aranceles se mantuvieron durante décadas, particularmente mientras el gobierno buscaba aumentar sus ingresos y pagar la deuda en la que incurrió durante la Guerra Civil.

    La Ley de Aranceles de 1890 elevó los impuestos al 49.5% sobre más de 1,500 artículos. El 'Napoleón del proteccionismo', William McKinley, un congresista republicano de Ohio que sería elegido presidente en 1896 y uno de los héroes de Trump, defendió la medida.

    Pero esa acción hizo que los precios subieran y que la economía de Estados Unidos se contrajera. Empeoró después del llamado 'Pánico de 1893', cuando el desempleo alcanzó el 25%. Los historiadores se referían a ese período como la “gran depresión” hasta que lo que sucedió entonces fue superado por la verdadera Gran Depresión.

    Un impuesto nacional sobre las rentas no se volvió permanente hasta que el Congreso aprobó la Enmienda 16 en 1909, la cual fue ratificada cuatro años después.
    A pesar de lo que sugiere Trump, lo que siguió fue un crecimiento económico continuo, impulsado por avances tecnológicos como el teléfono y un aumento del gasto del consumidor después de la Primera Guerra Mundial.

    Un auge de la construcción y un aumento de la fabricación, particularmente de bienes de consumo entre los que estuvo el automóvil, ayudaron a desencadenar los “locos años 20″. El índice industrial Dow Jones de Wall Street se disparó de 63 puntos en agosto de 1921 a casi 400 en septiembre de 1929.

    Fue la era de la Ley Seca y del jazz, un período en el que crecieron las zonas urbanas aun cuando la agricultura seguía siendo un motor económico clave. Las condiciones laborales solían ser malas, pero la calidad vida mejoró para la clase media.

    La política de altos aranceles también persistió, y el Congreso aprobó la Ley Fordney-McCumber de 1922, que elevó los gravámenes sobre muchos bienes importados a su nivel más alto en la historia de Estados Unidos, en un esfuerzo por fortalecer aún más a los productores del país.

    Eso provocó que socios comerciales clave de Estados Unidos respondieran con tarifas a modos de represalia, lo que en la actualidad parece replicarse con los aranceles que han impuesto China y otros países ante los nuevos gravámenes de Trump.

    El “Martes negro” y la Gran Depresión

    La economía comenzó a desacelerarse cuando la Reserva Federal elevó las tasas de interés en 1928 y al año siguiente. La idea era principalmente desacelerar una burbuja en el mercado de valores al reducir los préstamos a corredores y empresas que compraban acciones.

    Pero eso llevó a que subieran también las tasas de interés en Reino Unido y Alemania, lo que desaceleró el gasto y la producción a nivel global e inició una recesión en Estados Unidos en el verano de 1929.

    La Gran Depresión comenzó con el llamado “Martes negro” el 29 de octubre de 1929, cuando una ola de ventas desplomó el mercado de valores. A medida que la demanda de los consumidores caía, las empresas despedían a trabajadores y cerraban sus fábricas.

    En los años siguientes, la tasa de desempleo en Estados Unidos alcanzó el 25%, mientras que la producción económica se hundió casi 30%. Hubo miles de quiebras bancarias y cierres generalizados de negocios. Millones de estadounidenses perdieron sus hogares.

    Las diferencias entre la Ley Smoot-Hawley y los aranceles de Trump

    Hoover representaba en su momento un perfil diferente al Trump. Había hecho fortuna por sí mismo y era bien visto alrededor del mundo.

    Hoover quedó huérfano a los nueve años y encabezó esfuerzos de ayuda alimentaria humanitaria durante la Primera Guerra Mundial mientras vivía en Londres. También fue secretario de Comercio antes de postularse para presidente. Era sociable en grupos pequeños, pero reservado en público.

    “No había teatro en Herbert Hoover”, dijo David Hamilton, profesor de historia de la Universidad de Kentucky.

    Tratando de cumplir su promesa de campaña de proteger a los agricultores, Hoover presionó al Congreso para obtener aranceles agrícolas más altos. Un objetivo principal era alentar a los agricultores a producir nuevos tipos de cultivos. Hoover no consideraba que el alza de los aranceles de Estados Unidos fuera incompatible con el comercio global, dijo Hamilton.

    “No convirtió el comercio en un arma de la manera que vemos hoy”, dijo Hamilton, autor de ‘From New Day to New Deal: American Farm Policy from Hoover to Roosevelt, 1928-1933’.

    Hawley, presidente del comité de arbitrios de la Cámara de Representantes, originalmente buscó protecciones para la agricultura. Pero el proyecto de ley final fue mucho más allá y utilizó los elevados aranceles para proteger la manufactura. Fue aprobado en la Cámara Baja en mayo de 1929.

    Smoot, quien presidía el comité de finanzas del Senado, ayudó a supervisar su aprobación en marzo de 1930. La legislación final que se convirtió en la Ley de Aranceles Smoot-Hawley fue aprobada por el Congreso en junio de ese año.

    Hoover dudó, sobre todo cuando más de 1,000 economistas estadounidenses firmaron una carta pidiendo que la vetara. Sin embargo, aprobó la ley junto con un comunicado en el que expresó: “Ninguna ley arancelaria que haya sido promulgada o que sea promulgada bajo el sistema actual será perfecta”.

    Todo ello difiere de Trump, otro empresario convertido en presidente, quien creció en la riqueza y fue un magnate inmobiliario y estrella de ‘reality shows’ que nunca había trabajado en el gobierno antes de ganar la Presidencia por primera vez en 2016.

    Trump ha defendido durante mucho tiempo los aranceles como una forma de proteger la economía y la manufactura de Estados Unidos a expensas de sus socios comerciales globales. Y eludió al Congreso mientras amplió el alcance de sus objetivos políticos al declarar una “emergencia económica” para imponer aranceles de forma unilateral.

    La Ley Smoot-Hawley elevó los aranceles, en promedio, en un 20% sobre miles de bienes, lo que provocó que muchos de los principales socios comerciales de Estados Unidos tomaran represalias.

    La cooperación internacional en asuntos no comerciales también disminuyó, incluso en temas de defensa, lo que ayudó a allanar el camino para el ascenso de Hitler, dijo Richardson.

    Un impacto arancelario que podría repetirse

    “Hubo algunas industrias que btuvieron ganancias”, dijo Richardson sobre la Ley Smoot-Hawley. “Pero, en general, las personas en Estados Unidos y las personas de todo el mundo salieron perdiendo".

    Los fabricantes estadounidenses vieron cómo se evaporaban los mercados extranjeros para sus bienes, y la producción y el gasto del consumidor se hundieron más.

    En 1932, Hawley perdió las primarias republicanas de Oregon en su distrito, y Smoot fue derrotado en noviembre, cuando el demócrata Franklin D. Roosevelt le ganó a Hoover en la contienda presidencial.

    En los años siguientes, Smoot, Hawley y Hoover siguieron defendiendo en gran medida sus políticas arancelarias culpando las políticas comerciales internacionales y las fuerzas monetarias externas, así como a los demócratas, por los problemas económicos de Estados Unidos.

    La economía no comenzaría su recuperación hasta que el estallido de la Segunda Guerra Mundial aumentó la demanda fabril en 1939.

    “La depresión económica no puede curarse con una acción legislativa o pronunciamiento del Ejecutivo”, dijo Hoover en diciembre de 1930. “Las heridas económicas se deben sanar con la acción de las células del cuerpo económico: los productores y consumidores”.

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