El peso del testimonio de Pence en la acusación contra Trump
Mike Pence batalló en tribunales contra el Departamento de Justicia para evitar testificar contra su antiguo jefe. Sin embargo, ahora el exvicepresidente juega un papel central en la acusación federal contra Trump anunciada el martes, por sus esfuerzos para revertir el resultado electoral de 2020.
En la acusación del fiscal Jacks Smith y su equipo, de 45 páginas, se incluyen anotaciones que realizó Pence de sus conversaciones con Trump en los días previos al ataque del 6 de enero en el Capitolio de EEUU, cuando el exmandatario lo presionaba para que aceptara su desesperada trama que buscaba mantener a ambos en el poder, y que la fiscalía ha calificado como ilegal.
Entre esas conversaciones contempladas en la acusación, destaca un episodio en el que Trump le habría dicho a Pence que era "demasiado honesto" por rechazar sus afirmaciones falsas de que él como vicepresidente tenía el poder de anular la votación.
Pence, que se encuentra entre la larga lista de republicanos que aspiran a la nominación presidencial de 2024, ha pasado gran parte de su incipiente campaña defendiendo su decisión de desafiar a Trump. Lanzó su candidatura con una firme denuncia a su dos veces compañero de fórmula, diciendo que Trump había “exigido que eligiera entre él y nuestra Constitución. Ahora los votantes se enfrentarán a la misma elección”.
Pero a pesar de ello, Pence dijo el mes pasado que no creía que Trump hubiera violado la ley en relación con el 6 de enero y ha cuestionado repetidamente las motivaciones del Departamento de Justicia para investigarlo.
Pence: Trump le exigió elegir entre él y la Constitución
El martes por la noche, tras conocerse la acusación, el exvicepresidente volvió a insistir en su creencia de que Trump no está en condiciones de volver a servir en el cargo.
“La acusación de hoy sirve como un recordatorio importante: cualquiera que se ponga por encima de la Constitución nunca debería ser presidente de Estados Unidos”, dijo Pence en un comunicado. “Nuestro país es más importante que un solo hombre. Nuestra Constitución es más importante que la carrera de cualquier hombre”, agregó.
En una parada de campaña el miércoles en la Feria Estatal de Indiana, Pence, quien anteriormente se desempeñó como gobernador de ese estado, dijo que "esperaba que no se llegara a esto", pero creía que había "cumplido con su deber" ese día.
“Lamentablemente, el presidente estaba rodeado por un grupo de abogados chiflados que seguían diciéndole lo que sus oídos querían escuchar”, dijo. “El presidente finalmente continuó exigiendo que lo eligiera a él por sobre la Constitución”.
La campaña de Pence sigue sin despegar
A pesar de su posición alguna vez prominente como el número 2 de Trump, Pence ha tenido problemas para ganar terreno en su campaña presidencial. Muchos de los partidarios más leales del expresidente todavía lo culpan por la pérdida de Trump, creyendo las afirmaciones falsas del exmandatario de que Pence podría haber usado su papel ceremonial supervisando el conteo de votos del Colegio Electoral el 6 de enero para evitar que el demócrata Joe Biden se convirtiera en presidente.
Los críticos de Trump, por otro lado, culpan a Pence de ser cómplice de las acciones más controvertidas de Trump y de estar a su lado durante tantos años. Hasta la insurrección, Pence había sido un defensor extraordinariamente leal de su antiguo jefe.
Con solo tres semanas para el primer debate presidencial republicano de 2024, no está claro si Pence calificará para subir al escenario. Todavía tiene que cumplir con el mínimo de donantes establecido por el Comité Nacional Republicano, pero les dijo a los donantes durante una llamada el miércoles que espera alcanzar esa marca en los próximos siete a 10 días.
“Nos sentimos muy animados por el progreso que estamos logrando. … Sin embargo, todavía no hemos llegado allí”, declaró, antes de alentar a sus seguidores a pedirles a sus amigos y familiares que contribuyan. Steve DeMaura, el manager de campaña de Pence, informó que hasta el miércoles por la mañana el exvicepresidente había tenido más 30,000 donantes y que estaba añadiendo una media de una media de más de 1,000 nombres nuevos al día.
La batalla legal de Pence para no testificar y cómo se vio implicado
En Washington, Pence se negó a testificar ante el comité de la Cámara de Representantes que investigó el ataque del 6 de enero y desestimó la investigación alegando que estaba politizada. Tambén luchó contra una citación que exigía que testificara ante un gran jurado, argumentando que, debido a que se desempeñaba el 6 de enero como presidente del Senado, estaba protegido por la cláusula de "discurso o debate" de la Constitución para no ser obligado a testificar. Esa disposición tiene por objeto proteger a los del Congreso de cuestionamientos sobre actos legislativos oficiales.
Pence finalmente cumplió cuando un juez se negó a bloquear su aparición, pero dijo que no se vería obligado a responder preguntas relacionadas con su papel como presidente del Senado.
Los abogados de Trump también se opusieron, citando preocupaciones sobre los privilegios ejecutivos.
La nueva acusación de Trump describe los frenéticos esfuerzos suyos y de sus aliados para permanecer en el poder. Después de tratar primero de persuadir a los legisladores estatales para que rechazaran la certificación de la victoria de Biden, se enfocaron en el 6 de enero y “trataron de reclutar al vicepresidente para que usara su papel ceremonial en la certificación para alterar de manera fraudulenta los resultados de las elecciones”.
Intentaron persuadirlo para que aceptara listas de electores falsos o rechazara los votos electorales de los estados y los enviara de vuelta a las legislaturas estatales para una revisión adicional, dice la acusación.
Las llamadas telefónicas y las presiones de Trump a Pence
El esfuerzo de Trump porque Mike Pence se uniera a su trama incluyó una serie de llamadas telefónicas a fines de diciembre y principios de enero, incluida una llamada de felicitación el día de Navidad que hizo Pence al expresidente y que este rápidamente aprovechó para tocar el tema de la certificación del 6 de enero.
“Sabes, no creo que tenga la autoridad para cambiar el resultado”, dijo Pence durante una llamada con Trump, según la acusación contra el exmandatario.
En otro, el día de Año Nuevo, Trump reprendió a Pence y le dijo: “Eres demasiado honesto”, un episodio que también se relata en el libro de Pence 'So Help Me God'.
Algunas afirmaciones de Trump fueron vistas como peligrosas. Durante una reunión privada el 5 de enero, "se frustró" con Pence y le dijo al entonces vicepresidente que tendría que criticarlo públicamente. Preocupado por la seguridad de Pence, su jefe de gabinete, Marc Short, alertó al jefe del Servicio Secreto de Pence.
La acusación también describe cómo Trump trabajó para convencer falsamente a sus partidarios de que Pence tenía el poder de anular los resultados.
Inmediatamente después de su conversación final antes de los disturbios, en la mañana del 6 de enero, la acusación alega que Trump revisó el discurso que iba a dar en el Ellipse, "reintroduciendo un lenguaje que él personalmente había redactado esa mañana, alegando falsamente que el vicepresidente tenía autoridad para enviar votos electorales a los estados, pero los asesores habían abogado previamente con éxito por su eliminación”.
En ese discurso Trump repitió sus afirmaciones falsas de fraude electoral y volvió a dar falsas esperanzas a sus seguidores de que Pence tenía el poder de cambiar el resultado.
No mucho después, cientos de simpatizantes de Trump atravesaban barricadas, luchaban con la policía e irrumpían en el edificio del Capitolio. Algunos de ellos gritaban "cuelguen a Mike Pence" mientras el exvicepresidente y su familia eran trasladados a un lugar seguro.
Incluso después de que los alborotadores fueran expulsados del Capitolio y el Congreso se volviera a reunir para certificar los resultados, los aliados de Trump seguían presionando a Pence, enviando correos electrónicos a su abogado para instarle a buscar formas de aplazar la sesión por 10 días. Pence, en cambio, certificó la elección, formalizando su derrota y la de Donald Trump.
