Merrick Garland al fin tiene audiencia en el Senado... con 5 años de retraso
Casi cinco años después de que los senadores republicanos le desbarataran sus planes de confirmación como magistrado de la Joe Biden.
Ha sido una larga espera de confirmación para Garland, aunque al final se presentará al Senado para ser itido a otro puesto.
Garland fue Antonin Scalia en febrero de ese mismo año.
Pero los republicanos que controlaban el Senado bloquearon su confirmación argumentando que era año electoral y se debería de esperar hasta después de las elecciones para que el siguiente presidente nominara al reemplazo de Scalia.
Los demócratas pusieron el grito al cielo, pero no inmutaron al entonces líder de la bancada mayoritaria del Senado, Mitch McConnell y la audiencia de confirmación de Garland nunca se llevó a cabo.
Esta vez la historia será diferente. La confirmación de Garland parece inminente dado que ahora los demócratas controlan ambas cámaras. Aunque el Senado está dividido 50-50, los demócratas cuentan con el apoyo de la vicepresidenta Kamala Harris como voto de desempate.
"Me alegra poder anunciar que el comité va a seguir delante de manera bipartidista”, dijo el presidente del , el demócrata Dick Durbin a Politico. “El juez Garland servirá al Departamento de Justicia y nuestro país con honor e integridad. Él es un nominado apoyado por todos que debe de ser confirmado rápidamente debido a sus méritos".
Garland, de 68 años, solo participará en el primer día de su audiencia. El Senado entrevistará a testigos en el segundo día. Los senadores luego podrán entregarle preguntas escritas el miércoles y Garland tendrá hasta el 28 de febrero para responder, según el calendario del Comité Judicial del Senado. La votación de confirmación del comité está prevista para el 1 de marzo.
Atrás quedará el recuerdo de 2016. Y el que, una vez en la presidencia, Neil Gorsuch como reemplazo de Scalia.
Garland, nacido en Illinois, se graduó de abogado en la Universidad Harvard. Es nieto de inmigrantes que llegaron a Estados Unidos en busca de una mejor vida tras ser perseguidos, según una biografía de la Casa Blanca.
Garland, nominado por el presidente Joe Biden al puesto de secretario de Justicia el 7 de enero, fue presidente del Circuito Federal de Cortes de Apelaciones para el Distrito de Columbia. El magistrado dejó este puesto en febrero del año pasado pero sigue siendo juez del circuito.
Fue elevado a juez de circuito federal por el expresidente Bill Clinton en 1997. Antes de esto, Garland fue un alto fiscal federal que supervisó las investigaciones del ataques con bombas en las Olimpiadas de 1996, que dejó dos muertos y más de 100 heridos, así como la masacre con bombas de Oklahoma City, que dejó más de 160 muertos y cientos de heridos en 1995.
La sombra de Trump
De ser confirmado, quizás la tarea política más difícil que tendrá Garland será decidir si investigará y llevará ante la justicia a Trump. Biden ha dicho que esta decisión recaerá en el Departamento de Justicia y que él no intervendrá en nada.
“Tú no eres el abogado del presidente o vicepresidente. No me debes lealtad. Se lo debes a la ley, a la Constitución, al pueblo de este país”, dijo Biden aludiendo a Garland al anunciar la nominación
Los republicanos del Senado probablemente aprovechen la audiencia de Garland para preguntarle por su postura hacia las investigaciones que el Departamento de Justicia podría realizar sobre el 6 de enero.
Muchos demócratas creen que el Departamento de Justicia debe de ir tras Trump por instigar a la insurrección a sus seguidores el 6 de enero, cuando cientos de atacantes irrumpieron en el Capitolio con el fin de frustrar la certificación del Colegio Electoral que se llevaba a cabo. Trump fue llevado a juicio político por su papel en el asalto a la sede legislativa pero fue absuelto por el Senado con apoyo republicano.
La arenga de Trump a sus seguidores poco antes del ataque ya ha dado pie a investigaciones pero queda por ver si el Congreso creará un comité especial como el formado después de los ataques del 11 de septiembre para realizar una investigación exhaustiva y de largo aliento sobre el ataque.
Pero el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, al final del juicio político, prácticamente invitó a que se investigue penalmente al expresidente, de quien dijo que era "moral y prácticamente" responsable de la violencia de aquel día (aunque él votara contra su condena).
Cinco años despúes de bloquearle el paso al Tribunal Suprema, el mismo McConnell parece haberle puesto sobre la mesa un asunto delicado al inminente futuro fiscal general.