El nuevo pacto comercial para América del Norte, ¿rehén del acuerdo migratorio entre México y EEUU?

El nuevo tratado de libre comercio Estados Unidos, México y Canadá (USMCA para los estadounidenses, T-MEC para los mexicano o CUSMA para los canadienses) ha sufrido ataques de todos los frentes mientras espera su ratificación legislativa en Washington, México y Ottawa.
Este miércoles el Congreso mexicano aprobó el acuerdo, justo al día siguiente que el gobierno de Manuel López Obrador hizo oficial las siglas T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), al final de una votación popular que convocó vía Twitter en la que se impuso porque era más fácil de pronunciar en español.
Antes de que Donald Trump llegara a la Casa Blanca con su discurso sobre el “daño” que la globalización y la liberación comercial había hecho a EEUU, el destino del Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) estaba sellado.
El magnate lo describía como el “peor acuerdo comercial en la historia de Estados Unidos”, e insistiera en mejorar las condiciones para Washington. Finalmente, tras amenazar con retirarse del grupo ygenerar un caos en el comercio regional, la renegociación del esquema vigente desde 1994 con México y Canadá comenzó en agosto de 2017.
Luego de incontables amenazas y disputas públicas el 30 de noviembre de 2018, los tres socios lograron el nuevo acuerdo y cuando muchos esperaban que eso ayudara a que las tensiones comerciales se rebajaran, siguieron los problemas con la imposición y eventual suspensión de aranceles decididos por Trump contra sus dos principales socios comerciales.
El broche de oro lo puso Trump con su amenaza a finales de mayo de mponer nuevos aranceles del 5% a las exportaciones mexicanas, si no frenaban los flujos de inmigrantes en la frontera, amenazando nuevamente el tratado.
Finalmente, México se comprometió a desplegar 6.000 efectivos de su recién creada Guardia Nacional en su frontera con Guatemala. Además, planteó ampliar el programa Protocolos de Protección a Migrantes que permite a Estados Unidos enviar a migrantes (que entraron por México) a su territorio mientras tramitan sus solicitudes de asilo.
La compleja ruta hacia la ratificación
En Estados Unidos la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes es el mayor obstáculo. Dentro de las principales objeciones están las leyes laborales en México, el tema que más molesta a los sindicatos estadounidenses, que son una base importante del Partido Demócrata.
Estos grupos alegan que los salarios bajos y las malas condiciones de trabajo en México evitan que los salarios aumenten en Estados Unidos y repercuten en que la fabricación sea menos competitiva.
La semana pasada la líder demócrata en la Cámara Baja, Nancy Pelosi, nombró un grupo de trabajo comercial de nueve legisladores encargado de resolver las demandas demócratas y lograr la ratificación. En la agenda están áreas como precio de medicamentos, mano de obra y empleos, normas medioambiente y cumplimiento.
Analistas como Christopher Wilson, subdirector del Instituto México de Woodrow Wilson Center, insisten en que no está claro si el Congreso estadounidense logrará ratificar el tratado antes del receso de agosto, pero insistió en que a nivel político no se lograrán avances si no se comparte el crédito.
“Ahora estamos en un punto en que los demócratas necesitan demostrarle a su base que obtuvieron algo del nuevo tratado, que lucharon por algo. Más protecciones para los trabajadores, más empleos, etc. Hasta el momento en términos de imagen política todo ha sido un triunfo para Donald Trump, quien ha logrado llevarse el crédito por un acuerdo que es casi igual al que tanto criticó cuando era candidato”, explicó a Univisión Noticias.
En México el presidente López Obrador no tuvo problemas para la aprobación, confiado en la amplia mayoría entre los legisladores conformada por el bloque de Morena, su partido formado apenas cuatro años atrás y que cuenta con un 61% del Congreso y un 54% de la Cámara Alta (247 diputados y 58 senadores).
Costo para México
Después del reciente acuerdo sobre inmigración, López Obrador ha recibido duras críticas por su posición “débil” con respecto a Trump para el gusto de algunos mexicanos.
Jaime Hernández editor de la publicación La Jornada sin fronterasen México, aseguró a Univisión Noticias que la base de apoyo del mandatario se está debilitando, en parte por la manera como se evitó que Washington impusiera aranceles del 5% a las exportaciones mexicanas.
“Muchos de los simpatizantes de López Obrador no lo entienden y aunque aún goza de un apoyo importante (más del 70%), hay muchos que se sienten decepcionados. Las razones que ha ofrecido no convencen. Creen que se ha claudicado ante Trump y que se pudo haber puesto más firme con medidas de represalia”, explicó a Univisión Noticias.
Obrador debe enfrentar ahora problemas sobre cómo cumplir con las condiciones establecidas en su acuerdo con Trump, además de un creciente sentimiento anti inmigrante en México en contra de los centroamericanos.
Ya se ha hecho común que ciudades fronterizas como Tijuana enfrenten diversas protestas, donde los locales reclaman en contra de la inmigración masiva y exigen límites a las autoridades federales.
“Si esto no funciona (el acuerdo), le podría costar mucho apoyo de su base y posiblemente ponga en riesgo la propia continuidad de su presidencia, porque en el 2021 viene el voto con la posibilidad de revocación de su mandato”, comentó Hernández a Univisión Noticias.
En menos de 40 días los gobiernos de México y Estados Unidos volverán a evaluar la meta de reducción sobre el flujo migratorio, como parte de la evaluación suscrita en el acuerdo sobre inmigración. Un momento perfecto para asignar responsabilidades sobre los éxitos o fracasos en cada lado de la frontera, a la hora de enfrentar a sus respectivos votantes.
Y aunque el canciller Marcelo Ebrard dijo tras las negociaciones que encabezó en Washington con las que lograron evitar la amenaza de los aranceles que el tema migratorio y el tema comercial habían quedado desvinculados, el estilo del presidente Trump bien podría hacer que la ratificación del T-MEC quede de nuevo rehén en el pulso para controlar la llegada de indocumentados.