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    Tras una "semana infernal", los demócratas empiezan a acercar posiciones para aprobar la agenda de Biden

    Tras una serie de conversaciones que continúan en marcha, y que incluyen en muchos casos al propio presidente Biden, progresistas y moderados del partido han rebajado sus demandas, paso indispensable para concretar un acuerdo. Queda un complejo camino por delante.
    6 Oct 2021 – 08:14 AM EDT
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    Tras plan de infraestructura, liberales y conservadores del partido parecen estar más dispuestos a ceder para buscar una posición común que permita hacer realidad la ambiciosa agenda de Joe Biden.

    Parece ser el rebote lógico tras una semana intensa en la que el debate sobre los planes de infraestructura, de gasto social, unidos a la necesidad de aprobar fondos para evitar el cierre del gobierno y el todavía pendiente tema del aumento del techo de la deuda, constituyeron lo que la representante demócrata por Michigan Debbie Dingel calificó de "una semana del infierno" justo cuando estaba por empezar.

    Esta vez parece haberse impuesto un talante más dialogante. Tras una serie de conversaciones privadas que continúan en marcha, y que también incluyen en muchos casos al propio presidente, las dos partes han rebajado en alguna medida sus demandas a sabiendas de que es i ndispensable para el partido que logren concretar un acuerdo, con vistas a las elecciones intermedias.

    El resultado de estas negociaciones, que buscan establecer el monto del llamado paquete social de Biden por $3,5 billones (trillions, en inglés), también permitirá llevar a cabo el plan de infraestructura de $ 1,5, que parmanece detenido, ya que los liberales han puesto como condición para votarlo el que se apruebe primero la legislación social.

    Un punto intermedio

    Este lunes, Biden se reunió de forma virtual con cerca de una docena de demócratas liberales, a los que sugirió una reducción del proyecto inicial de $3.5 billones a un rango de entre 1.9 y 2.2 billones, según fuentes con conocimiento de la discusión, citadas por el diario The Washington Post.

    Esta nueva cifra, mucho más baja que la propuesta inicial, busca sumar a los conservadores a dar su aprobación final, especialmente a los senadores demócratas Kyrsten Sinema, que han manifestado su objeci´on, y cuyos votos son necesarios para pasar la ley, en un Senado actualmente dividido a partes iguales entre ambos partidos.

    En una entrevista este martes, Manchin, senador por Virginia Occidental, dijo, por primera vez, que no descartaba aprobar un paquete en un rango de entre 1.9 y 2.2 billones, cuando hasta el momento él se había mantenido firme en que no rebasara los $1.5 billones.

    "No descarto nada, pero la conclusión es que quiero asegurarme de que somos estratégicos y hacemos el trabajo correcto y básicamente no agregamos más a las preocupaciones que tenemos en este momento", dijo Manchin a la prensa.

    Por su parte, la representante por Washington, Pramila Jayapal, líder del influyente caucus progresista del Congreso, también rebajó sus demandas iniciales en la reunión con Biden y fijó un rango aceptable entre 2.5 billones y 2.9 billones, una notable reducción con respecto a la semana anterior, según dijeron al Post bajo anonimato tres personas con conocimiento del tema.

    Biden también se reunió esta semana con moderados, pero no con Manchin ni Sinema, las dos piedras en su zapato. Un funcionario de la Casa Blanca dijo al Post que con estas reuniones el mandatario busca construir un consenso entre los demócras más allá de ambos senadores que, en caso de alcanzarse un acuerdo, se verían presionados a dar su aprobación, a riesgo de quedar expuestos frente a sus electores como los únicos obstáculos para concretar una importante victoria para el partido.

    Desacuerdos

    Pero a pesar de los claros acercamientos, todavía quedan mucho diálogo por delante para encontrar solución a una larga lista de desacuerdos entre ambas facciones del Partido Demócrata, que están impidiendo que el presidente pueda llevar a cabo sus planes, entre los cuales figura la mayor inversión social de los últimos tiempos.

    Además de las diferencias en el presupuesto para el plan social, que se han reducido notablemente en las últimas jornadas, hay otros temas que siguen siendo un problema a la hora de ponerse de acuerdo.

    Un ejemplo de ello es la llamada 'Enmienda Hyde', que prohíbe el uso de fondos federales para financiar Elizabeth Warren, opinan lo contrario, alegando que de incluirse afectaría de forma desproporcionada a las mujeres de más bajos ingresos.

    Manchin también ha insistido en que como parte del Programa de Desempeño de Electricidad Limpia, de $150,000 millones, que forma parte del proyecto de ley de reconciliación, se incluyan subvenciones al gas natural, algo que han criticado los ecologistas y progresitas, en particular la producción de electricidad a partir del gas natural sin el uso de tecnología de captura de carbono, la cual califican como improductiva para detener el calentamiento global, informó The Hill.

    En la misma línea, el conservador rechaza que se le imponga un impuesto al carbono, como han propuesto otros compañeros de partido, ya que, según él, eso podría eliminar puestos de trabajo en la industria del carbón, muy importante en su estado.

    ¿Cómo reducir el plan?

    Mientras la líder del caucus progresista da señales de acceder a una reducción del presupuesto del plan social, y Manchin anuncia que no descarta aprobar una subida, está claro que el proyecto final será menor a los iniciales $3.5 billones previstos.

    Otra pregunta que promete discrepancias es cómo reducir entonces el gasto dentro del plan para reajustarse al nuevo presupuesto. Entre los beneficios que incluye el llamado plan social de la actual istración está la ampliación del Medicare, las guarderías gratuitas y el Community College gratuito, entre otras importantes subvenciones.

    Una de las propuestas del presidente Biden para lograr reducir el gasto ha sido el evaluar los ingresos de las personas y dar los beneficios a los grupos más necesitados. Pero Jayapal planteó un enfoque distinto: dar todos los beneficios de forma universal, pero con una fecha de expiración.

    Pero aunque queda un largo camino para solucionar o encausar sus divisiones internas, los demócratas parecen coincidir en que no lograr sacar adelante la agenda de Biden sería un verdadero descalabro para el partido ante las elecciones de medio término del año 2022.

    Tras el fracaso en la votación del plan en la Cámara Baja la semana pasada, su presidenta, Nancy Pelosi, fijó el fin de octubre como el nuevo plazo para que los representantes voten el plan de infraestructura de $1.2 billones (trillion en inglés), el otro gran proyecto de Biden. Las próximas semanas serán claves para lograrlo.

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