Falsedades y posiciones extremas que definen el caos de la primera semana con el aborto desprotegido
El fin de la protección federal al aborto ha abierto la puerta a una serie de declaraciones políticas y judiciales que van desde la anticiencia a la amenaza sobre otros derechos conquistados como el matrimonio igualitario o el a los anticonceptivos.
Políticas republicanas, el exvicepresidente Mike Pence y uno de los jueces conservadores de la Corte Suprema Clarence Thomas han protagonizado las declaraciones más sonadas en esta primera semana tras el fallo histórico del 24 de junio.
Dudar de que tras una violación haya un embarazo
La nominada republicana por Virginia para la Cámara de Representantes, Yesli Vega, llegó a poner en duda que si a una mujer la violan pueda quedar embarazada.
Primero dijo que ella, en su más de una década como agente del orden, solo ha conocido un caso en el que una chica joven resultó embarazada tras una violación.
A raíz de ese comentario, en un encuentro preguntaron lo siguiente: "De hecho, he escuchado que es más difícil que una mujer se quede embarazada cuando ha sido violada, ¿has oído eso?".
Y Vega contestó: "Bueno, quizás es porque hay tanto pasando en el cuerpo. No sé. No he visto ningún estudio. Pero si proceso lo que me dices, no me sorprendería. Porque no es algo que esté ocurriendo orgánicamente. Es forzado".
Y siguió: " El individuo, el hombre, lo hace tan rápido... entonces puede ser que eso tenga su verdad. Es desafortunado".
Estas declaraciones las hizo en un evento de campaña semanas antes del fallo del Supremo, pero los ha publicado ahora el portal Axios.
Pide perdón por decir que la mujer "puede controlar la entrada de semen"
Otra republicana, la legisladora estatal en Utah Karianne Lisonbee, ha tenido que salir a retractarse de un comentario que hizo sugiriendo que las mujeres pueden controlar el semen que entra en su cuerpo durante el coito.
La frase surgió a raíz de un comentario que recibió sobre la rendición de cuentas de los hombres por los embarazos no deseados.
"Recibí un mensaje que decía que debería controlar las eyaculaciones de los hombres y no los embarazos de las mujeres", dijo, según la prensa local.
Y añadió: "Confío lo suficiente en las mujeres para controlar cuando permiten a un hombre eyacular dentro de ellas y para controlar esa entrada de semen".
Tras el fallo del Supremo, salió a desdecirse de sus comentarios: "Las mujeres no tienen elección cuando las violan y tienen protecciones bajo la ley gatillo de Utah (temporalmente bloqueada por la justicia)".
Pánico ante las delaciones y el uso de datos menstruales
El fallo del Supremo ha generado un clima de sospecha y temor ante las posibles delaciones de ciudadanos provida que, bajo leyes como la que fue aprobada en Texas antes del fallo de la Corte Suprema, pueden conseguir una recompensa por avisar de un intento de aborto.
Legisladoras demócratas y organizaciones de defensa de los derechos reproductivos y la privacidad salieron de inmediato a la palestra para advertir a las mujeres estadounidenses de que sus aplicaciones de seguimiento del ciclo menstrual acumulan datos que podrían quizás comprometerlas en caso de decidir abortar en un estado donde esté prohibido.
"La diferencia entre ayer y la última vez que el aborto era ilegal en Estados Unidos es que vivimos en una era de vigilancia en línea sin precedentes", escribió en Twitter Eva Galperin, directora de la ciberseguridad de la ONG Electronic Frontier Foundation (FFF).
"Si las empresas tecnológicas no quieren que los datos se transformen en ratoneras (...), deben dejar de recolectar esos datos ahora. No deben venderlos ni tenerlos cuando lleguen los requerimientos judiciales", agregó.
Google y Meta (Facebook, Instagram, Messenger) rastrean a los s para vender a los anunciantes espacios publicitarios ultrapersonalizados. Aunque esa información se "anonimiza", sigue siendo accesible para las autoridades con una orden judicial.
El juez más conservador: contra las vacunas y otros derechos
En una Corte Suprema escorada a la derecha, el juez Clarence Thomas, destaca por sostener las posiciones ultraconservadoras más extremas.
El juez volvió a desmarcarse este viernes del resto de magistrados del Supremo, que rechazaron un caso por el que un grupo de sanitarios pedía anular el mandato de vacunación impuesto en Nueva York basándose en consideraciones religiosas.
Mientras que la mayoría de la Corte desestimó el caso, Thomas aseguró que los sanitarios se oponen "por motivos religiosos" a todas las vacunas contra la covid-19 disponibles porque "se desarrollaron utilizando líneas celulares derivadas de niños abortados".
Thomas también fue el único juez que, en el fallo del aborto, apuntó directamente a otros derechos que se basan también en la privacidad, como el matrimonio homosexual y el derecho a usar anticonceptivos.
"No debemos descansar hasta la prohibición total"
El exvicepresidente Mike Pence, referente de los provida, dijo el mismo viernes del fallo del Supremo que los de ese movimiento "no deben descansar" hasta que el aborto se prohiba en todos los estados del país.
"Habiendo sido dada esta segunda oportunidad para la vida, no podemos descansar hasta que la santicidad de la vida sea restaurada en el centro de la ley estadounidense en cada estado", dijo en una entrevista con el medio de extrema derecha Breitbart News.
Pence fue el adalid de los provida en la Casa Blanca de un Donald Trump que en 1999 se declaraba "muy proaborto" pero que tuvo claro desde la campaña que necesitaba conquistar a los provida para liderar el Partido Republicano de este siglo.
Trump, del que al principio recelaban los provida, les acabó dando la mayor conquista: el fin a medio siglo de protección constitucional del aborto y una puerta abierta a dinamitar otros derechos conquistados.
