Congresistas republicanos tal vez no reconozcan la victoria de Biden antes del 6 de enero: te explicamos por qué
Los estadounidenses que esperan a que los legisladores republicanos reconozcan a Donald Trump.
La fecha límite safe harbor (puerto seguro) para que los estados certifiquen sus elecciones, considerada en algún momento como clave para que los republicanos reconociesen a Biden, pasó sin pena ni gloria este martes 8 de diciembre. Y la próxima fecha límite del 14 de diciembre para que el Colegio Electoral efectúe sus votos probablemente genere felicitaciones de escasos republicanos para Biden.
Cada vez más congresistas republicanos sostienen que la votación prevista en el Congreso el 6 de enero para aceptar los votos del Colegio Electoral puede ser el momento en el que obtenga carácter oficial la victoria en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre. El jefe de la bancada republicana en el Senado, Mitch McConnell, ha asegurado que el 20 de enero es la fecha cuando la nación "tendrá la toma de posesión del próximo presidente".
Esta espera arriesgada no tiene precedentes en la historia estadounidense. La renuencia a aceptar los escrutinios amenaza con debilitar a la confianza de los votantes, restarle legitimidad a la presidencia de Biden y transformar normas cívicas en maneras aún por definir.
Pero algunas voces dentro del Partido Republicano ven esta tardanza en reaccionar como la mejor respuesta a votantes enardecidos que votaron por Trump y no pueden creer que cayó derrotado en toda regla ante Biden.
"El país necesita entender que, al menos, fue injusto", dijo el congresista republicano Alex Mooney.
El legislador agregó que votantes en su distrito le insisten para entender por qué nadie está ayudando al presidente, por lo que él decidió presentar un proyecto de resolución que exhorta a Trump y a Biden a no reconocer la victoria de su rival hasta que hayan concluido todas las investigaciones en curso.
Momento clave
"El fin será cuando ocurra la votación nominal de los congresistas", dijo refiriéndose al voto que celebrará el Congreso el 6 de enero.
Trump envió a su partido por una senda desconocida al denunciar las elecciones como fraudulentas y los dirigentes de esa tolda política exacerbaron las dudas con el silencio que guardaron durante el último mes. Ahora, la noción de unas elecciones disputadas ha cobrado una vida propia que el propio partido tal vez no pueda controlar, incluso si las impugnaciones interpuestas por Trump fracasan, como ya ha ocurrido.
Los republicanos dicen que contradecir a Trump significa exponerse a la ira de los votantes en sus propios distritos y esperan conservar la mayoría en el Senado imponiéndose en las dos elecciones de segunda vuelta previstas en Georgia el 5 de enero.
Si bien algunos congresistas republicanos han reconocido la victoria de Biden, la mayoría se ha mantenido en silencio para permitir que las impugnaciones transcurran de una manera "orgánica" hasta enero.
Pero expertos electorales advierten sobre la posibilidad de causarle daños duraderos al irado sistema estadounidense.
"Claramente debilita la confianza en las elecciones", dijo el republicano Trey Grayson, el exsecretario de Gobierno de Kentucky y expresidente de la Asociación Nacional de Secretarios de Gobierno.
"Mi esperanza" es que para el 14 de diciembre "haya algunas voces más, pero mi intuición indica que no será sino hasta el 6" de enero.
Explicación legal
Edward Foley, un experto en elecciones y profesor de derecho constitucional en la Universidad Estatal de Ohio, dijo que ciertamente el ganador de la elección no es oficialmente el presidente electo hasta que el Congreso lo declara con su votación el 6 de enero para aceptar los resultados del Colegio Electoral.
"Me preocupa menos cuándo ocurre, más me preocupa que ocurra", indicó.
Para que los estadounidenses confíen en las elecciones, el bando perdedor tiene que aceptar la derrota.
"Es muy, muy peligroso que el bando perdedor no pueda hacer eso", señaló. "Es esencial para los partidos regirse por esos valores. Incluso si un individuo, Trump, no puede hacerlo, el partido tiene que hacerlo".
"Lo que es más perturbador sobre la dinámica que ha surgido desde el día de la elección es que el partido ha sido incapaz de enviar ese mensaje porque está siguiendo la pauta de Trump", agregó.
La espera se ha manifestado de maneras diversas en ambas cámaras legislativas mientras que algunos legisladores se promocionan para beneficiarse del caudal de votantes de Trump mientras que otros buscan amplias reformas electorales.
El senador republicano Corte Suprema itía una impugnación a las elecciones en Pennsylvania, él estaba preparado para intervenir ante el máximo tribunal.
La Corte Suprema rechazó el pasado martes esa solicitud republicana para revertir la certificación de la victoria de Biden en ese estado.
El representante republicano Mo Brooks interviene a diario en el pleno de la Cámara Baja y prepara objetar formalmente los resultados electorales durante la sesión bicameral prevista el 6 de enero.
"Otros se me sumarán", dijo en una entrevista.
Incluso los republicanos, encabezados por McConnell, en la comisión bicameral que organiza la toma de posesión rechazó el pasado martes una propuesta demócrata para anunciar públicamente que los preparativos están en marcha.
La comisión ha organizado la ceremonia desde 1901 y adelanta precauciones sanitarias y de seguridad para el 20 de enero.
El presidente de la comisión, el republicano Roy Blunt, dijo que "no es la labor de la comisión adelantarse al proceso electoral y decidir quién tomará posesión".
Hasta entonces, su partido busca motivar a los votantes de Trump en Georgia aún cuando el presidente objeta la victoria de Biden en ese estado.