Cuando él la considera una "enloquecida" "perra" y "escoria", a quien reconoció haber contratado solo porque decía "grandes cosas" de él. Crédito: Reuters
"Adoro al general Flynn; "él es un tipo duro e inteligente"; "un hombre increíble"; "alguien a quien yo respeto"; "uno de los grandes tipos que vendrá a la Casa Blanca". Trump se embriagó en halagos para el general durante los meses de campaña. En enero de 2017 lo nombró asesor de Seguridad Nacional. Pero duró menos de 20 días en la posición hasta que se vio forzado a renunciar tras un informe de The Washington Post que reveló os con el embajador ruso en DC que supuestamente no informó ni a Trump ni a Mike Pence. Crédito: Getty Images
Rob Porter, el exsecretario de gabinete de la Casa Blanca. En febrero de este año estalló un escándalo debido a que dos exmujeres de Porter la presión obligó a Porter a renunciar. Luego de su aparatosa salida, Trump dijo a los periodistas: "Él dijo que es inocente y creo que tienen que recordar eso". "Le deseamos una carrera maravillosa". Crédito: AP Photo/Evan Vucci
El pasado 5 de julio, Scott Pruitt renunció como jefe de la Agencia de Protección Ambiental (EPA). ¿Por qué? Hubo varios informes que indicaban irregularidades de diversa índole en su gestión. Denuncias de que gastó tres millones de dólares de dinero estatal en seguridad, tres veces más que su predecesor y fue señalado por tratar de usar su posición de poder para facilitarle un negocio a su esposa, y se ha gastado más de $105,000 en vuelos de primera clase. Además Pruitt fue considerado un aliado cercano al sector de los combustibles fósiles que trabajó en la EPA para favorecer a esas industrias y no para cuidar el medio ambiente. Trump, sin embargo, lo defendió en numerosas ocasiones por el "gran trabajo" que ha hecho.
Crédito: The Associated Press
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Anthony Scaramucci apenas estuvo 10 días en la Casa Blanca como director de Comunicaciones. En julio de 2017, Trump nombra a Scaramucci, un hombre al que el presidente llamaba "killer" (matador) uno de sus halagos preferidos. El desembarco de Scaramucci, hombre en el que muchos veían simulitudes gestuales con Trump, provocó que el exvocero, Sean Spicer, dimitiera. Pero luego de 10 días, Scaramucci dejó su cargo a pedido del entonces nuevo jefe de gabinete John Kelly, debido a que consideraba su personalidad disrruptiva para una Casa Blanca que buscaba salir del caos de las constantes renuncias y despidos. Crédito: NICHOLAS KAMM/Getty Images
Tom Price, el exsecretario de Salud, fue llevado al gobierno por Trump, en buena parte, para socavar Obamacare debido a que él era un férreo opositor de la ley de salud. A pesar de que fue elegido como "el mejor" para el puesto, estuvo apenas meses en el cargo. Renunció en septiembre tras denuncias de que había gastado injustificadamente al menos 400,000 dólares de dinero público en numerosos vuelos en aviones privados para viajes de trabajo y personales. Crédito: Getty
Sebastian Gorka fue nombrado asistente de la Casa Blanca. ¿Sus credenciales? No muy destacadas. Gorka era una figura 'marginal' de la derecha que escribía en Breitbart (sitio del que Steve Bannon era editor) con cuestionables credenciales en política exterior y en seguridad. Aconsejaba a Trump sobre seguridad nacional, pero sus responsabilidades eran bastante indefinidas. Entre otras cosas, reportes señalan que Gorka llevaba una Vitézi Rend, una medalla honorífica de un grupo húngaro al que el Departamento de Estado vincula con la Alemania nazi y crímenes contra la población judía. Él afirmó que solo llevaba la medalla para honrar a su padre y ha negado acusaciones de antisemitismo. Según reportes, Gorka fue 'invitado' a retirarse por Kelly. Crédito: Getty Images