Puerto Rico y la doble moral republicana

Volví a Puerto Rico a resolver asuntos pendientes tras la debacle ocasionada por el huracán “María”. Salí de la Isla en noviembre tras casi dos meses de vía crucis por la falta de luz, agua y servicios básicos. Regresé la semana pasada y lamentablemente poco ha cambiado.
Casi 40% de los residentes de la Isla permanecen sin luz, muchos otros sin agua, y sigue igual el Lamento Borincano por la falta de estos y otros servicios, por los semáforos sin luz, la falta de recogido de basura y de escombros, la ola criminal, el desempleo y los frágiles servicios médicos.
Por eso me indignó que este pasado fin de semana, en medio del tranque presupuestario que provocó el cierre parcial del gobierno federal, los republicanos se lamentaran de que los demócratas “antepusieran” a los dreamers sobre millones de ciudadanos, en alusión a los esfuerzos por legalizar a estos jóvenes como parte del mismo plan que garantiza fondos federales para diversos programas, incluyendo el que parea los fondos estatales para proveer cobertura médica a familias con niños (SCHIP).
Los republicanos se pintaron como paladines de los ciudadanos estadounidenses, con la salvedad de que esos ciudadanos tienen que residir en los Estados Unidos continentales, porque los que viven en Puerto Rico, una colonia de Estados Unidos desde 1898, son considerados ciudadanos de quinta categoría.
Solo piense qué pasaría en cualesquiera de los estados de cualquier ciudad de Estados Unidos si 40% de sus ciudadanos estadounidenses no tuvieran energía eléctrica cuatro meses después de un desastre natural. ¿Qué harían los representantes y senadores de ese estado? ¿Qué haría el presidente? ¿Cómo reaccionarían los propios ciudadanos? ¿Habría disturbios? ¿Cómo reaccionaría la prensa de esos estados? ¿Habría desistido de seguir cubriendo el asunto porque ya pasó el tiempo aunque la crisis continúe?
Solo analice que, a cuatro meses de un huracán, la gran potencia que se jacta de defender los derechos humanos y civiles posea un territorio con ciudadanos estadouniudenses viviendo en condiciones precarias.
Y todavía la Casa Blanca de Trump y el Congreso republicano se atreven a acusar a los demócratas de anteponer indocumentados a ciudadanos en la batalla presupuestal.
Se les ve la costura. Para esta Casa Blanca y para la mayor parte de los republicanos no hay distinción entre un indocumentado y un ciudadano, si ese ciudadano es hispano y habla español; si ese ciudadano vive en una Isla caribeña de 100x35 que primero sufrió vejaciones como colonia española y las sigue sufriendo como colonia de Estados Unidos.
Y que no me vengan a decir los promotores de la estadidad que es por eso que Puerto Rico tiene que ser estado. Abran los ojos. Abran su mente. No los quieren. Los republicanos del Congreso no quieren un estado hispano con poco más de tres millones de residentes con mayor inclinación hacia los demócratas.
Este fin de semana la senadora demócrata de Illinois Tammy Duckworth, una veterana que perdió ambas piernas en Irak, declaró que no iba a recibir sermones sobre las necesidades de la milicia de un presidente que evadió el servicio militar en Vietnam en cinco ocasiones.
Como ciudadana estadounidense me rehúso a aceptar que Trump y los republicanos se pinten como defensores de los ciudadanos estadounidenses cuando maltratan a los más de tres millones que residen en Puerto Rico. Su doble moral es asqueante.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.