Puerto Rico ha pedido ser el primer estado hispano, es tiempo de que el Congreso actúe
De acuerdo con los últimos datos censales hay cerca de 3.3 millones de ciudadanos estadounidenses que viven en la isla de Puerto Rico y más de 5 millones que residen en estados continentales como Florida, New York, New Jersey, Connecticut y Pennsylvania, muchos de los cuales llegaron después de Irma y María, los catastróficos huracanes que azotaron la isla y pusieron de nuevo en la conversación nacional el tema del estatus de Puerto Rico.
En la isla, el tema está muy avanzado. El 6 de Noviembre de 2012 los puertorriqueños emprendieron el camino hacia un nuevo capítulo de su historia política: la estadidad. Desde 1952 su actual estatus –Estado Libre Asociado, ELA– nunca había sido cuestionado y derrotado en evento electoral alguno.
Ese día, los electores conformaron una mayoría de 970,910 puertorriqueños (estadistas, independentistas, soberanistas y descolonizadores), que representaba un 54% de los votos y que, fuera de líneas partidistas, derrotó al estatus político actual. Además, 834,191 electores (61.11%) eligieron la estadidad como opción de cambio por primera vez en nuestra historia.
Estos resultados aunque cuestionados por algunos –en su mayoría del partido de centro en la isla–, representan un mandato de cambio avalado por Washington, tanto por la Casa Blanca demócrata en el 2012 como por el Comité Nacional Republicano en 2016.
El Programa del Comité Nacional del Partido Republicano aprobado en 2016 urge a la actual istración a cumplir con dicho compromiso programático: “Respaldamos el derecho de los ciudadanos estadounidenses de Puerto Rico a ser itidos completamente a la Unión como un estado soberano… Una vez el voto local a favor de la estadidad sea ratificado, el Congreso debe aprobar una Ley de isión para la futura isión de Puerto Rico como el Estado 51 de la Unión”.
El 11 de junio de 2017 los puertorriqueños –en un quinto e histórico plebiscito celebrado en la isla– le ratificaron no solo al Partido Republicano sino a Estados Unidos y al mundo su deseo de descolonización, cambio e integración a los estados de la Unión. Los electores escogieron la estadidad con un 97% de los votos.
Dichos resultado provocó un cambio en la postura histórica del Partido Demócrata de Estados Unidos hacia Puerto Rico. A los pocos días, el Presidente del Partido Demócrata, el exsecretario del Trabajo de origen latino Tom Pérez, anunció su apoyo para que Puerto Rico se convierta en un Estado de la Unión.
En agosto 2017 el Comité Nacional Demócrata, en una reunión llevada a cabo en Las Vegas, Nevada, se unió a dicho reclamo y apoyó de manera unánime una resolución en apoyo a la estadidad para Puerto Rico.
Con un claro apoyo bipartidista y ante el contundente reclamo del pueblo de la isla, el gobierno de Puerto Rico, a través de su gobernador Ricardo Rosselló, representado por su Comisionada Residente en Washington, Jenniffer González Colón, presentó el Acta de isión del 2018 para convertir a Puerto Rico en el estado número 51 de la Unión Americana.
El gobernador Rosselló, quien se reunió recientemente con el presidente Donald Trump: “Veo a Puerto Rico como un sitio para trato igual. Casi todas las personas que están sentadas aquí, todos los gobernadores son gobernadores de estados, excepto yo. Yo soy el gobernador de un territorio y es importante, señor presidente, que usted sepa que nuestra gente, la gente de Puerto Rico, ha votado en dos ocasiones en los últimos cinco años que no queremos ser un territorio. Queremos ser un estado”.
Luego de esta petición, solo hará falta la voluntad de la mayoría republicana en Washington para actuar y llevar a votación dicha medida, que ya tienen un claro mandato en su plataforma para favorecer la estadidad para los puertorriqueños.
La comunidad latina de Estados Unidos debe mirar el caso de Puerto Rico muy de cerca. En la lucha común por adelantar la agenda de nuestra comunidad, nos une algo más que un simple idioma: la necesidad de alcanzar una reforma migratoria integral, mejores empleos, educación y calidad de vida para los latinos. El caso de Puerto Rico es un asunto que no puede ser ignorado por nuestra comunidad.
Como Estado, Puerto Rico tendría alrededor de cinco representantes y dos senadores en el Congreso, lo que representaría siete voces latinas adicionales para impulsar y adelantar los asuntos que nos afectan día a día como comunidad.
Con casi 60 millones de latinos en Estados Unidos, Puerto Rico –como el primer Estado hispano– puede convertirse en un portavoz y una poderosa fuerza política para adelantar la agenda de nuestra comunidad en Washington. Además, pudiera servir como puente oficial entre Estados Unidos, el Caribe y Latinoamérica.
No hay duda de que habrá opositores dentro y fuera del Congreso que tratarán de desviar la atención de este importante asunto o dirán que lidiar con el estatus de Puerto Rico debe esperar como resultado de la imposición de la nueva Junta de Control Fiscal y la crisis la isla luego del paso de los huracanes Irma y María.
Finalmente, hay que recordarle al Congreso de Estados Unidos que la lucha por el trato igualitario y los derechos civiles en Puerto Rico, más allá del estatus económico, lo que busca es reivindicar la dignidad de los 3.3 millones de ciudadanos estadounidenses que hay en la isla, que ya han pagado el precio y merecen ser tratados con igualdad.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.