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Nuestro sueño, tu voto: el poder del voto boricua en Estados Unidos, para ayudar a la isla

“Los boricuas en la isla tenemos un deber de recordarles a nuestros amigos, familiares y hermanos boricuas en Estados Unidos, que disfrutan de la plenitud de derechos y otras oportunidades, que tanto el futuro de nuestra isla como el suyo dependen de su voto”.
Opinión
Presidente del Caucus Hispano de la Juventud Demócrata de Estados Unidos y abogado en Puerto Rico.
2016-09-27T12:12:23-04:00
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Bandera de Puerto Rico durante una manifestación contra Wall Street en Nueva York (archivo) Crédito: Spencer Platt/Getty Images

De acuerdo con los últimos datos censales los boricuas en la isla somos alrededor de 3.4 millones de ciudadanos estadounidenses que residimos en Puerto Rico y los boricuas en el continente son sobre cinco millones que residen en distintos estados incluyendo Florida, Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut, Nevada, Ohio y Pennsylvania, entre otros. Según estimaciones del gobierno de Puerto Rico, unas 1,000 familias llegan cada mes al área metropolitana de Orlando, donde ya viven casi 400,000 puertorriqueños.

Interesantemente, ante la crisis actual, muchos de nuestros hermanos puertorriqueños que toman la difícil decisión de dejar su isla y seres queridos para luchar por un mejor porvenir, adquieren inmediatamente, al aterrizar en los Estados Unidos, el preciado derecho y el poder que los boricuas en la isla no tenemos mientras residimos en ella: el voto presidencial en las elecciones generales.

El origen de este problema todos los conocemos: actualmente, Puerto Rico es un territorio no incorporado de Estados Unidos, adquirido de España mediante el tratado de Paris de 1898. Somos ciudadanos estadounidenses desde 1917, por virtud de la Ley Jones, pero no podemos votar por el Presidente de los Estados Unidos mientras residimos en la isla. Esto, a pesar de que la enmienda número 15 de la Constitución de los Estados Unidos establece que: “Ni los Estados Unidos, ni ningún otro Estado, podrán desconocer ni menoscabar el derecho de sufragio (voto) de los ciudadanos de los Estados Unidos por motivo de raza, color o de su condición anterior de esclavos”.

¿Cómo podemos resolver este problema? En estas elecciones presidenciales de Estados Unidos solo hay una candidata que ha demostrado ser la que más conoce, más ha visitado, más ha ayudado y más se ha comprometido con Puerto Rico. Su plan promete a los puertorriqueños desde su primer día en la Casa Blanca ayudar a eliminar las barreras de desigualdad que nos afectan en la isla, tales como el trato desigual, inconsistente e incoherente bajo las leyes y programas federales actuales y, sobre todo, darnos a los puertorriqueños en la isla el preciado derecho al voto presidencial.

Los puertorriqueños desde la isla le hemos dado recientemente dos consecutivas abrumadoras victorias ( 2008 y 2016) a Hillary Clinton, en los únicos eventos en los que podemos ejercer nuestro derecho al voto: en las primarias demócratas a la Presidencia, demostrando así nuestro interés en participar de este proceso democrático; pero, ¿y luego qué?

Después de las primarias, los puertorriqueños en la isla, limitados por la falta de derechos vinculada con nuestro estatus territorial actual, no podemos participar de la elección general y dependemos de que nuestros hermanos en el continente así lo hagan por nosotros. Por alguna razón, para los boricuas que se mudan a los Estados Unidos, ese amado deporte nacional que tanto nos apasiona en la isla, llamado política, y que nos hace salir a votar en masa, pierde algo de importancia cuando se mudan al continente. Eso se refleja en la baja participación electoral de los puertorriqueños en los comicios en los Estados Unidos. Es en ese momento que nosotros, los boricuas en la isla, tenemos un deber de recordarles a nuestros amigos, familiares y hermanos boricuas en Estados Unidos, que disfrutan de la plenitud de derechos y otras oportunidades, que tanto el futuro de nuestra isla como el suyo dependen de su voto.

Desde la crisis de salud del zika hasta lidiar con la implementación de la ley PROMESA para atajar la crisis fiscal en nuestra isla, tanto los boricuas en la isla como los que residen en los Estados Unidos necesitamos unirnos, registrarnos y salir a votar hoy más que nunca, junto con nuestra comunidad latina, para elegir a la única aliada que tenemos en la Casa Blanca para adelantar nuestra agenda: Hillary R. Clinton.

A menos de 45 días para la elección presidencial en los Estados Unidos, y a poco para las fechas límite para registrarse a votar en algunos estados con importante población puertorriqueña, aunque los boricuas en la isla no podemos votar sí podemos ayudar con una simple llamada, un email, un mensaje de texto, hasta una carta (para aquellos ‘old fashion’), recordándoles a nuestros hermanos boricuas en Florida, Pennsylvania y Texas que tienen hasta el 11 de octubre; en Nueva York, hasta el 14 de octubre; en Virginia, hasta octubre 17; en Nueva Jersey, Nevada y Ohio, hasta el 18 de octubre; Massachusets, hasta el 19 de octubre; Illinois, hasta el 23 de octubre; California, hasta el 24 de octubre, y Connecticut, hasta el 1 de noviembre, para registrarse a votar; para hacer la diferencia en las elecciones presidenciales del próximo 8 de noviembre y que con su voto en el continente no solo nos ayuden a lograr el sueño de votar de los que estamos en la isla sino que de su participación depende el futuro de todos los boricuas en la isla, en los Estados Unidos y, más importante aún, de toda nuestra comunidad latina.

Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.

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