La paz en Colombia no se gana con desprecio y bofetadas

En estos días fui invitado por un grupo de personas para intercambiar ideas acerca del plebiscito que busca refrendar el pacto suscrito en la Habana entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, para poner fin al conflicto armado que vive esa gran nación desde hace más de cinco décadas. La mayoría de invitados, incluyéndome, contamos nuestras historias sobre por qué tuvimos que salir del país. Otros, como las familias Monsalve y Plata, que viven desde hace más de 40 años en Miami, añoran que sus nuevas generaciones regresen a la patria. Entre el grupo estaba John Jairo Hoyos, hijo de uno de los diputados del Valle del Cauca, que fueron secuestrados y masacrados en cautiverio por esa guerrilla comunista, él junto a otros familiares que perdieron a sus seres queridos en este largo conflicto armado a manos del grupo insurgente se reunieron en la Habana, Cuba, con los delegados de esa guerrilla para pedirles cuentas.
Hoyos, el hijo del asesinado diputado Jairo Hoyos, del Partido Conservador, contó con detalles cómo las familias de las víctimas los enfrentaron con dureza y sin mirarlos a los ojos. Les tendieron su mano y algunos no querían soltársela, se les veía el rencor en sus rostros. John Jairo Hoyos contó que el ejercicio de hablar frente a frente con los delegados de las FARC resultó muy reparador para todas las familias de los 11 diputados, quienes pudieron expresar sus sentimientos de rabia y dolor, tras el secuestro y asesinato de los dirigentes políticos. Hoyos, quien estará el 26 de septiembre en Cartagena de Indias en la firma de la paz, que será el "Día D" para el inicio del periodo de dejación de armas y desmovilización de las FARC, dijo que al final del encuentro, que duró más de cuatro horas, los familiares de los dirigentes políticos del Valle “aceptan y perdonan pero advierten que no permitirán que se olviden esas muertes y exigirán honrar la memoria de sus seres queridos como los héroes que sacrificaron su vida por Colombia”.
Antes del encuentro, según Hoyos, los familiares recibieron ayuda sicológica y espiritual para poder soportar una jornada que se convirtió en un “llanto común“, en el que recordaron y revivieron todo lo que pasó durante los cinco años de secuestro de los diputados, y su posterior desaparición en medio de un hecho violento.
John Jairo Hoyos contó que en su encuentro con las FARC, las víctimas pidieron que “más que pedir perdón, hay que reivindicar la memoria de estos hombres que durante cinco años y medio clamaron y rogaron por un acuerdo humanitario y por una salida de paz dialogada; ellos murieron con el último soplo en su boca de aire pidiendo una salida humanitaria para la situación que vivían ellos y los demás secuestrados en Colombia“.
Según Hoyos, esta “paz no es para su padre que está en la tumba; la paz es para sus hijas que quieren crecer al lado de su padre“. El hijo del diputado Jairo Hoyos reconoció que hubo una buena respuesta por parte de los dirigentes de las FARC en el encuentro que sostuvieron. “Fue una actitud muy humilde, ellos escucharon con gran atención, lo hicieron con enorme respeto, nunca interrumpieron a ninguno de los familiares, nunca hubo una voz de reproche o defensiva, y una vez terminaron los familiares, tomaron la palabra para pedir perdón por los hechos ocurridos, ratificar que esto no debió haber ocurrido y que fue un error que cometieron“, relató.
Según los familiares, hallaron verdad en las palabras de los jefes guerrilleros: “sentimos que había honestidad en las palabras de los dirigentes máximos de las FARC; las familias se descargaron contra ellos y ellos tuvieron la paciencia de escucharlos, y la tranquilidad para pedir el perdón y para decir esas palabras que las familias estaban esperando“.
Sin embargo, dijo que seguía siendo importante para ellos, esclarecer hasta el último responsable de los hechos. “En mi caso reclamé que debía traerse al ‘Grillo’, al captor de mi padre, y un hombre que los maltrató, que los amarró, que los amenazó de muerte con armas en la cabeza, que los torturó durante cinco años y medio y que después dio la orden de matarlos con 150 disparos, nueve de los cuales atravesaron la humanidad de mi padre“, subrayó.
“Se comprometieron con nosotros a que la verdad será el centro de la paz, que habrá verdad para todos los secuestrados y todos los asesinados en esta guerra y que habrá verdad para las familias que todavía esperan que los jóvenes que salieron de sus hogares y que tomaron la opción de la guerra“, manifestó.
John Jairo recordó que todavía hay “mucho dolor en nuestro país, todavía hay muchas heridas abiertas, y este proceso de paz para que se haga realidad debe sanar esas heridas y deben encontrarse victimarios y víctimas y debe dárseles la oportunidad a las víctimas de expresar su dolor y enfrentarse con quien fue afectado“.
Tanto el gobierno como las FARC-EP han declarado su voluntad de someterse al resultado del plebiscito del próximo dos de octubre. Este es un mecanismo de participación ciudadana convocado por el gobierno colombiano, para que, mediante votación, los ciudadanos decidan si apoyan o rechazan el acuerdo final de paz entre el gobierno y las FARC (Acuerdo Final para la terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera).
Para concluir, a este proceso se han sumado personajes internacionales, como el expresidente de Uruguay José “Pepe” Mújica, quien recientemente estuvo en Medellín para darle el respaldo al “Sí”, donde durante un acto señaló: “Lo imposible cuesta un poco más, si tu empiezas despreciando y odiando a quien tienes que convencer, jamás lo podrás ganar, porque no se gana con desprecio y con bofetadas, se gana con mucha paciencia, inteligencia y respeto”.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es). Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.