El sueño de MLK y la igualdad para Puerto Rico
El 15 de enero los puertorriqueños disfrutaron como todos los años del único día feriado del mes, la gran mayoría aun sin energía eléctrica, unos en la playa y otros en familia. El trasfondo de dicha celebración debe ser motivo de reflexión profunda para todos: el natalicio de Martin Luther King Jr. El Dr. King se hizo famoso en la historia por liderar el movimiento de derechos civiles en Estados Unidos y luchar en contra de la discriminación contra la comunidad afroamericana. Hace 55 años, el 28 de agosto de 1963, el activista afroamericano de los derechos civiles pronunció en Washington DC su famoso discurso "I have a Dream" ("Tengo un sueño") ante un público de más de 250,000 personas, en el que plasmó su visión de una sociedad sin barreras raciales.
El Dr. King nos enseñó con su lucha que no hay obstáculo que no se pueda vencer cuando existe un movimiento organizado de base (“grassroots”) con propósito para ejercer presión a las estructuras gubernamentales y lograr el cambio. Su marcha icónica en Washington es considerada una de las más grandes manifestaciones en la historia del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos. La estrategia de King era sencilla: la llamada "rebelión suave". Con manifestaciones, sentadas y acciones de boicot logró romper paradigmas y traer libertad y derechos a un sector de la sociedad discriminado y oprimido. El movimiento liderado por King, quien además es ganador del Premio Nobel, logró entre otras cosas la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964 que prohibía la discriminación por motivos de raza, color, religión, sexo y origen nacional, y la Ley de Derecho al Voto en 1965.
Desde 1898, por virtud del Tratado de Paris, Puerto Rico ha sido posesión-colonia de Estados Unidos, sufriendo de dos males que el Dr. King hubiese condenado de inmediato: la discriminación territorial y la falta de igualdad.
El Sueño del Dr. King seguirá vivo para Puerto Rico mientras continuemos con un estatus político indigno que solo promueve la injusticia y la desigualdad. No tengo dudas de que el Dr. King hubiese favorecido en principio la reciente creación de la Comisión de la Igualdad –designada por el Gobernador Ricardo Rosselló– que establece la formación de una delegación congresional para continuar la lucha por la igualdad plena para todos los puertorriqueños. A los críticos del costo de dicho movimiento, el Dr. King les diría que la lucha por la igualdad no tiene precio, al ser parte de la lucha por la dignidad del ser humano como principio inalienable.
El Sueño de King y su consejo para los 3.3 millones de ciudadanos de la isla al día de hoy es sencillo: Como yo –diría–, no tengan miedo de enfrentar lo que parece una lucha imposible de ganar, organícense y marchen como yo lo hice, luchen en contra de la discriminación territorial y política, apodérense del Congreso a través del poder cívico, ejerzan presión y derroten finalmente a los enemigos de la igualdad para Puerto Rico en Washington como yo derroté a los enemigos de la discriminación en contra de nuestras comunidades en la década de los sesenta.
Como dijo el Dr. King en su icónico discurso: “Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: ‘Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales’”. Es hora de que Puerto Rico siga el ejemplo de la lucha y el legado del Dr. King y luche sin miedo hasta la últimas consecuencias por la igualdad plena como ciudadanos estadounidenses que solo se alcanzará a través de la estadidad.
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