Donald Trump: un presidente atípico

No sé cuántas palabras ha pronunciado en su vida, ni cuántas en sus discursos de campaña, pero las que dijo el Presidente en su discurso de juramentación son en extremo preocupantes. Con esas palabras borró toda la historia de prosperidad de Estados Unidos e intensificó su guerra contra la prensa que no actúa como él quiere. La prensa, a la que él odia y desprestigia cada vez que abre la boca o escribe sus mensajes en twitter. Guardo el discurso porque quiero ver hasta donde llega con sus promesas. Aunque, por lo que hizo en su primera semana de gobierno, debemos esperar sorpresas cada día. Sus decisiones no han tenido el juicio y la prudencia requeridos para mantener una relación en paz con su pueblo y con otros pueblos.
Donald Trump quiso en alguna época de su vida hacer creer que era demócrata. En otra, la más cercana, ha hecho creer a muchos que es republicano. Lo que en realidad creo es que es “trumpista”. Es su propio partido con un solo ideólogo, él.
Si los periodistas nos dejamos amedrantar por la verborrea, el poder y las amenazas del Presidente, el gran perdedor será el país, reconocido hasta ahora como el más poderoso del mundo. Así como tenemos luz verde para destacar las cosas buenas que haga, también debemos tenerla para destacar las malas. Mi hermano Oskar me dijo que ojalá el presidente nos ponga a votar su reelección en cuatro años con las cosas buenas que haga. Todo es posible. Me encantaría que así fuera, por el bien del país.
Pero no podemos callar cuando el hombre “elegido” (no por la mayoría) para guiar los destinos de la nación, utiliza las redes sociales para despotricar, amenazar, mentir y hasta cancelar citas con otros presidentes.
Tras leer varias veces su discurso encuentro muy preocupantes muchas de sus frases:
“Nosotros, los ciudadanos de Estados Unidos, estamos unidos … para reconstruir nuestro país”. No puede ser cierto porque NO estamos unidos, por cuenta de los políticos y del propio Trump. Y porque el país no está destruido.
“Juntos trazaremos el rumbo de Estados Unidos”. Nada de eso; el rumbo lo están trazando el presidente y un grupo de políticos sin tener en cuenta a todos los ciudadanos.
“Durante mucho tiempo … el establishment se protegía a si mismo, pero no a los ciudadanos”. “Y mientras ellos festejaban en la capital de nuestra nación, las familias esforzadas, a lo largo y ancho de nuestro país, han tenido poco que celebrar”. Hasta ahora no hemos visto que esto haya cambiado con el nuevo gobierno.
“El juramento de investidura que presto hoy es un juramento de lealtad a todos los estadounidenses”. La lealtad no se pregona, se demuestra. Comencemos por pedirle que no se siga negando a publicar sus declaraciones de impuestos.
“Hemos permitido el agotamiento tristísimo de nuestras fuerzas armadas mientras subsidiamos ejércitos de otros países”. ¿Qué pensarán los valientes integrantes de nuestras fuerzas armadas? ¿Tenemos un ejército agotado?
“Defendemos otras fronteras y nos negamos a defender las nuestras”. ¿Entonces esas mismas fuerzas armadas están violando la constitución con esa negativa?
“La riqueza de nuestra clase media ha sido arrancada de los hogares y redistribuida por todo el mundo”. No señor, la han acumulado unos cuantos atropellando a esa clase media, haciéndole promesas falsas, vendiéndole propiedades con mentiras y … mucho más.
“Lucharé por ustedes y nunca, jamás, los decepcionaré”. Ya hay millones decepcionados.
“No aspiramos a imponerle nuestro modo de vida a nadie”. Hagámosle la pregunta a cualquier mexicano.
“Debemos expresar nuestros pensamientos abiertamente, debatir nuestros desacuerdos honestamente”. ¿Y entonces por qué impedir que los periodistas y los opositores hablen? Mi colega Jim Acosta debe estar aterrado con esta frase.
“No debe haber miedo”. Hay mucho miedo.
“Ya no aceptaremos políticos que son puras palabras y nada de acción”. Fueron los primeros en rodear y ofrecer sus servicios al presidente en la Casa Blanca. Son los mismos que despotricaron en su contra durante la campaña.
La frase más impactante y comprometedora del presidente Trump en su primer discurso como gobernante es esta: “Uniremos al mundo civilizado contra el terrorismo extremista islámico, que erradicaremos totalmente de la faz de la tierra”. ¿Lo logrará?
Hasta aquí llego por ahora.
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