De las calles a las aulas: esta maestra hispana transformó la adversidad en una herramienta para ayudar a los más pequeños

Crédito: Miguel Astudillo
A sus 20 años, Stephanie Estrada ha vivido mucho. En un punto en su vida, incluso tuvo que vivir en la calle. Pero sus profesores la ayudaron a salir adelante en la escuela, lo que despertó una pasión por la enseñanza que ahora siente día a día. Hoy es maestra en el Centro Comunitario de Mission, o Mission Neighborhood Center, en San Francisco, California, un centro donde el 95% de los estudiantes son hispanos.
“Todas mis experiencias me hicieron quien soy hoy”, comenta Estrada. “He aprendido que no debería avergonzarme quien soy o de dónde vengo. De niña, viví en albergues y en garajes también, y aprendí que las cosas materiales no definen quién soy, pero pueden ser la plataforma que me ayuda a transformarme en mi yo verdadero”.
Estrada empezó temprano en su formación como docente. Ella participó en Jumpstart, un programa de apoyo para maestros, y durante su primer y segundo año de universidad formó parte de la Práctica Temprana de Jumpstart de la Universidad Estatal de San Francisco, o SFSU Jumpstart Early Practicum en inglés.
La maestra dice que su experiencia en esta práctica fue el catalizador que la hizo querer unirse al programa PATH, o Promoviendo el Éxito a Través de la Educación Superior, de SFSU. Esto fue lo que la ayudó a conseguir sus metas académicas y profesionales como maestra, dice ella.
Según lo describen en su página web, PATH ( Promoting Achievement Through Higher Education en inglés) fue “diseñado específicamente para romper las barreras dentro de las instituciones de educación superior y entre estas, para construir una infraestructura que facilite obtener diplomas y desarrollarse profesionalmente dentro del campo de la educación temprana”.
PATH es una guía para los profesores de educación temprana de San Francisco que buscan avanzar en su campo. Les proveen a programas y tutorías basadas en la comunidad, manejan los casos de cada docente de manera individual, nutren habilidades para triunfar en la universidad, proveen estrategias para fortalecer la auto-suficiencia y para pasar de institución a institución sin contratiempos.
Los compañeros y mentores de Estrada en Jumpstart la nominaron como uno de Nuestros Maestros excepcionales: “La historia de Stephanie es una historia de determinación, esperanza y perseverancia. Su actitud hacia la vida y su compromiso con la profesión de la educación temprana son respetables y contagiosos. Stephanie es un ejemplo maravilloso, positivo y dinámico del futuro de la fuerza de trabajo en la educación temprana”.
Conversamos con Estrada para conocer más sobre su camino y su historia.
-¿Cuándo y por qué decidiste convertirte en maestra?
Decidí ser maestra cuando estaba en la escuela secundaria. Todos mis maestros me decían que un día yo iba a ser maestra, y yo pensaba: "No tengo idea de nada de eso". Me di cuenta de que quería lograr cambios para las personas y ayudarlas a alcanzar sus aspiraciones.
Por ejemplo, cuando estaba en el último año de la escuela secundaria y me di cuenta de que no podía pagar la universidad, me vine abajo. Busqué a mi maestra y lo único que podía hacer era llorar mientras ella me escuchaba. Me dijo: "Stephanie, vas a ir a la universidad".
Ese día ella comenzó una campaña de GoFundme y recibimos 24,000 dólares en 24 horas para mi primer año en la Universidad Estatal de San Francisco. El dinero lo donaron una maestra que tuve en el kindergarten, directores, amigos y familiares. Quiero ser un rayo de esperanza para los estudiantes como lo es mi mentora Laura Bricca para mí.
-Cuéntanos la historia de tu padre. ¿Él influyó en tu decisión de ser maestra?
Solo quiero comenzar diciendo lo increíblemente orgullosa que estoy de mi padre, él es la persona más fuerte que conozco. Cuando yo era una niña pequeña, mi padre comenzó a abusar de las drogas y, en última instancia, mi madre se convirtió en tanto madre como padre para mis hermanos y para mí.
Más tarde descubrí que mi padre padece de esquizofrenia, trastorno bipolar y depresión. Me duele ver cuántas medicinas toma para mantenerse estable. Pero eso no define quién es mi padre, él se asegura de que eso no lo defina. Mi papá es una persona ocupada, es voluntario en el Centro para Personas Mayores en East Palo Alto y asiste a reuniones en grupo semanales para su salud.
Mi padre contribuyó en gran medida a hacerme quien soy porque vi una perspectiva diferente de la vida a una edad tan temprana. Esto también me mostró cuánto respeto siento por mi madre por cuidar tres niños sola sin la ayuda de nadie. Volviendo a mi padre, veo tanta fuerza en sus ojos y espero tener ese fuego dentro de mí. Es tan resistente y siempre nos ha dicho a mis hermanos y a mí cuánto nos quiere y que vive por nosotros.
-¿Qué camino tomaste para convertirte en maestra? ¿Fuiste por la ruta tradicional?
Después de la escuela secundaria, solicité mi ingreso a la universidad y puse a la Universidad Estatal de SF como mi primera opción. Luego, estuve en un programa llamado Metro CAD para el Desarrollo del Niño Adolescente. Metro apoya a los estudiantes universitarios de primera generación y les da un sentido de comunidad, por lo que estamos en las mismas clases con las mismas personas durante dos años. Metro brindaba tutoría, controles y personas que realmente se preocupaban por sus alumnos.
Después de mis dos años en Metro, solicité el programa PATH, que es una especie de división superior de Metro. Actualmente estoy en mi segundo semestre de PATH. Este programa me permite trabajar a tiempo completo e ir a la escuela por la noche y un día completo los sábados cada dos semanas. También brinda un apoyo que nos ayuda mucho a mis compañeros y a mí porque trabajamos y vamos a la escuela a tiempo completo.
-Según tu experiencia, ¿cuál ha sido el aspecto más gratificante de enseñar?
Sinceramente creo que el aspecto más satisfactorio es saber que estoy enseñando a la próxima generación, y no puedo pensar en un trabajo más gratificante. Enseñar no es ningún chiste y la gente debería irarlo más. Estoy con mis alumnos 8 horas al día e intento cerciorarme de dar lo mejor de mí. El hecho de que estoy construyendo relaciones con estos chicos y sus familias es beneficioso porque tuve algo que ver con su educación.
Como nota al margen, me encanta cuando mis antiguos estudiantes pasan a visitarme y sigo siendo testigo de cuánto están evolucionando y convirtiéndose en quiénes son. Enseñar viene del corazón. Mis estudiantes significan todo para mí porque cada día aprendo algo nuevo sobre mí y es gracias a ellos, porque ellos contribuyeron a definir quién soy actualmente.
-¿Por qué crees que es importante tener maestros latinos, como tú, en las aulas?
Es extremadamente importante porque los niños necesitan tener educadores que se parezcan a ellos, porque les da una sensación de comodidad y un sentido de sí mismos.
Por ejemplo, yo vivía en East Palo Alto, pero gracias al programa TINSLEY pude ir a la escuela en Palo Alto. En Palo Alto, mis maestros eran fantásticos, pero había cierto nivel de incomodidad. La forma en que puedo describir este sentimiento es como cuando vas a un evento y no conoces absolutamente a nadie, pero entonces ves a una señora latina, vas hacia ella y comienzas a hablar.
En Palo Alto, no tenía un entorno familiar porque no me veía reflejada en ninguno de mis profesores, porque eran completamente diferentes a mí.
En la universidad, tomé un curso sobre latinos y la profesora era hispana, así que me vi muy reflejada en ella, comencé a reflexionar y me dije, tal vez pueda ser profesora, si ella puede hacerlo, yo también puedo. Tener maestros latinos envía un mensaje: les dice a los niños que pueden hacerlo y que es posible perseguir sus sueños.
-¿Qué has aprendido siendo maestra? ¿Qué has aprendido de tus alumnos?
Como maestra, aprendí que todavía me estoy moldeando, porque cada año escolar recibo niños diferentes y aprendo algo nuevo sobre mí cada vez. Por ejemplo, he aprendido cuánta paciencia tengo para enseñar a los niños.
También he aprendido a no asumir algo sobre otra persona, como cuando estoy enseñando algo y mis alumnos no entienden. No es culpa de ellos, sino mía, así que quizás deba dar un paso atrás y volver a pensar cómo estoy presentando este material.
También he aprendido que no todo está escrito en piedra. Mis alumnos de preescolar me mantienen alerta. Tengo un hermoso programa que implementar y apenas va según lo planeado algo cambia, y eso está bien, porque me encanta ver cómo toman algo que yo hago y lo hacen suyo.
En este campo, creo que es importante tener una mentalidad de crecimiento y no una mentalidad cerrada. Tener una mentalidad cerrada es difícil porque demuestra que no estás abierto a ver algo bajo una luz diferente. Mientras que, si tienes una mentalidad de crecimiento, tomas la crítica constructiva como una oportunidad de aprendizaje. En general, todavía estoy aprendiendo más y más sobre mí y eso es genial porque me estoy acercando más a mi yo verdadero.
Para aprender más sobre la importante labor de los profesores latinos en nuestras comunidades, visita nuestro proyecto en conjunto con Pearson, Nuestros Maestros.