Elizabeth Holmes, fundadora de Theranos, fue acusada de estafar a inversionistas, médicos y pacientes

Fiscales federales presentaron cargos criminales contra la fundadora de Theranos Inc., Elizabeth Holmes, y el ex ejecutivo número 2 de la compañía de análisis de sangre, alegando que estafaron a cientos inversionistas por millones de dólares y también defraudaron a doctores y pacientes.
Las acusaciones contra Holmes y Ramesh "Sunny" Balwani, ex presidente y director de operaciones de Theranos, y novio de Holmes, son la culminación de una investigación de 2 años y medio realizada por la oficina del fiscal estadounidense en San Francisco, luego de que artículos publicados en The Wall Street Journal generaron preguntas sobre la tecnología y las prácticas de la compañía.
Tanto Holmes como Balwani, que se rindieron el viernes ante el FBI, fueron liberados con una fianza de $ 500,000 cada uno y se les ordenó que entregaran sus pasaportes en la comparecencia, a la que asistieron los padres de Holmes.
En algún momento la empresa Theranos, que opera en el corazón de Silicon Valley, estuvo valorada en 9,000 millones de dólares y aseguraba que estaba cerca de desarrollar una nueva manera de realizar pruebas de sangre.
Se les acusa de participar en un plan multimillonario para defraudar a los inversionistas, y en un plan separado para defraudar a médicos y pacientes. Ambos esquemas involucraron esfuerzos para promover a Theranos al exagerar enormemente la capacidad tecnológica de las máquinas de análisis de sangre de Theranos, así como las perspectivas de ingresos de la compañía y las relaciones contractuales comerciales, de acuerdo con los fiscales federales. Holmes y Balwani enfrentarán hasta 20 años de prisión si son declarados culpables.
La Fiscalía en el norte de California dijo que Holmes y Balwani atrajeron y convocaron a médicos y pacientes para que usaran los análisis de sangre de Theranos, "aunque los acusados sabían que Theranos no era capaz de producir de forma consistente resultados precisos y confiables para ciertos análisis de sangre".
La acusación añade que Holmes y Balwani también hicieron "numerosas tergiversaciones a potenciales inversionistas sobre la situación financiera de Theranos y sus perspectivas de futuro". Esas mentiras incluían alegar que la compañía usó analizadores fabricados por Theranos para pruebas de pacientes cuando en realidad usaba dispositivos de terceros que estaban disponibles comercialmente.
Además de eso, Holmes y Balwani afirmaron que Theranos "tiene una relación comercial rentable y generadora de ingresos con el Departamento de Defensa de los Estados Unidos y que la tecnología de Theranos se había desplegado en el campo de batalla", dijo la oficina. En realidad, Theranos tiene "ingresos limitados de contratos militares y no fue desplegado en el campo de batalla", según los fiscales.
Los cargos criminales se producen tres meses después de que Holmes recibiera una demanda civil en marzo por parte de la Comisión de Bolsa y Valores que alegaba un "fraude masivo" por parte de ella y Theranos. La acusación asegura que tanto Holmes como Balwani elaboraron "numerosas declaraciones falsas y engañosas en presentaciones a inversionistas y demostraciones de productos y artículos" sobre sus dispositivos tras lo cual recaudaron "más de $700 millones de esos inversores a través de un elaborado fraude que duró años y en el que exageraron o hicieron declaraciones falsas sobre la tecnología de la compañía, sus negocios y desempeño financiero", según detalló la acusación de la SEC.
Holmes, que vestía y se asemejaba a Steve Jobs, cofundador de Apple, era una mujer mimada por los medios. Ella dejó su carrera en la Universidad de Stanford para lanzar Theranos en 2003 con un plan para ofrecer alternativas más económicas y eficientes a las pruebas médicas tradicionales. Les prometió a los pacientes la capacidad de evaluar condiciones como el cáncer y la diabetes con solo unas pocas gotas de sangre.
Sin embargo, los dos ejecutivos de Theranos sabían que el analizador de sangre tenía "problemas de precisión y confiabilidad, realizaba un número limitado de pruebas, era más lentos que algunos de los dispositivos de la competencia y, en algunos aspectos, no podía competir con las máquinas más convencionales", dijeron los fiscales.
El ascenso y la caída de Theranos se han convertido en un símbolo de los excesos del boom tecnológico actual, y la compañía cobró un doloroso costo financiero y personal. Un bioquímico británico que trabajó en Theranos durante ocho años se suicidó en 2013 después de haberse angustiado por su cultura de miedo y secreto y su falta de progreso con su tecnología, según su viuda contó a The Wall Street Journal.