Sin 'El Chapo' al frente y con 'El Mayo' prófugo, el cartel de Sinaloa sigue siendo un negocio próspero

Dos semanas antes de que el primero de 13 testigos presentados por la Fiscalía hablara en contra del capo sigue moviendo droga a través de la frontera entre México y Estados Unidos.
"El cartel de Sinaloa mantiene la huella más expansiva en Estados Unidos”, alerta dicho informe, el cual describe que esa organización criminal continúa traficando grandes cantidades de narcóticos por casi todas las garitas fronterizas (desde California y hasta el oeste de Texas) y almacena dichas sustancias en sus principales centros de distribución: Los Ángeles, Phoenix, Denver y Chicago.
Y el 31 de enero, el mismo día en que se escuchó la última audiencia del proceso judicial de Guzmán, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) informó que había descubierto casi 254 libras de fentanilo ocultas en un camión que transportaba pepinos y que trataba de pasar un punto de control en Nogales, en Arizona, una de las rutas que por años ha usado el cartel de Sinaloa.
Este cargamento valorado en unos 3.5 millones de dólares, suficiente para elaborar 100 millones de dosis letales, es el más grande que han incautado las autoridades de EEUU. El vehículo también llevaba casi 400 libras de metanfetamina, que se habrían vendido en $1.1 millones en el mercado negro.
Se trata de dos ejemplos claros de que, a pesar de la convicción de ‘El Chapo’ Guzmán este martes, el trasiego de droga no se ha detenido en la frontera. En el inicio de su juicio por narcotráfico, lavado de dinero y uso de armas, por el cual fue declarado culpable este martes, la Fiscalía federal afirmó que el cartel de Sinaloa introduce la mitad de los narcóticos que se consumen en este país.
Como consecuencia, la ausencia de este capo del mundo del narcotráfico no ha revertido la tendencia ascendente de muertes por sobredosis en este país, ni la de asesinatos en México.
En EEUU, en promedio 174 personas fallecieron cada día por sobredosis de narcóticos en 2016, dando un total de 63,632 muertes por el abuso de sustancias ilícitas, un máximo histórico. Mientras que México cerró el año 2018 con un récord de 33,341 asesinatos, varios de estos ocurridos en territorios disputadas por carteles, como Tijuana, donde hasta hace unos años mandaba ‘El Chapo’.
“El juicio de Guzmán fue puramente un ‘espectáculo’ destinado a demostrar el poder estadounidense. El gobierno de Estados Unidos sabe muy bien que nada ha cambiado y nada cambiará con la convicción de #elChapo”, criticó por medio de un tuit Eduardo Balarezo, quien dirigió al equipo de abogados del capo.
De acuerdo con la DEA, el cartel de Sinaloa no ha perdido fuerza porque controla las actividades de tráfico de droga en varias regiones de México, particularmente a lo largo de la costa del Pacífico. Esto le permite recibir cargamentos de cocaína de organizaciones criminales sudamericanas y químicos provenientes de Asia que utiliza para la elaboración de narcóticos, como la metanfetamina.
“Además, mantiene la huella internacional más expansiva en comparación con otros carteles mexicanos”, señala la dependencia federal, refiriéndose a que sus tentáculos le permiten importar enormes cantidades de droga hasta Europa, África, Oceanía y Asia.
El efecto ‘Mayo’ Zambada
Hay otro factor que se mencionó en casi todas las audiencias del juicio a ‘El Chapo’: las riendas del cartel las sigue teniendo su antiguo socio, Jesús Alfredo, quienes siguen fogueándose en ese negocio.
De acuerdo con varios testigos de la Fiscalía que hablaron en la corte de Brooklyn, tanto Guzmán como Zambada se comunicaban todo el tiempo para hablar sobre operaciones de trasiego de droga y se repartían las ganancias de manera equitativa. Jamás salieron mal. De ello se puede deducir que, a pesar de la ausencia de ‘El Chapo’, su “compadre” mantuvo los os para mover droga por el mundo.
Asimismo, un pleito interno del cartel tras la extradición de Guzmán aparentemente se solucionó con el arresto y condena de un exoperador financiero del grupo, Dámaso López Núñez, alias ‘El Licenciado’, quien testificó en la corte, y la detención de su hijo ‘El Mini Lic’ en una garita de California.
“’El Mayo’ todavía es considerado el jugador principal en la mesa”, dijo a la agencia AP, Will Glaspy, un agente a cargo de la oficina de la DEA en Houston. El funcionario mencionó que
“su red de distribución está bien establecida en Estados Unidos”, a pesar de los cambios en la dirigencia del grupo criminal.
‘El Mayo’ y los hijos de ‘El Chapo’ ahora enfrentan una guerra contra el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el grupo que una vez fue el brazo armado que atacó a los sanguinarios Zetas. Eso ha quedado en el pasado. Actualmente, es considerado el de más rápido crecimiento en ambos lados de la frontera.
Después de varios meses de protagonizar tiroteos en las calles de Tijuana la balanza se inclinó hacia los pistoleros de Rubén Oseguera Cervantes, alias ‘El Mencho’, líder del CJNG. Por esa razón, este violento grupo extendió su presencia en California. Se cree que ya domina en Los Ángeles, San Diego y San Francisco , aunque allí su competencia es más bien comercial.
Las garitas, el método más efectivo
“El juicio ha sido un espectáculo, en parte fue diseñado por la Fiscalía para mostrar que están atacando las raíces del problema, para que ‘El Chapo’ sea usado como ejemplo”, expone David Shirk, experto en narcotráfico y profesor de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de San Diego (California).
“Pero cuando caen grandes capos, como ‘El Chapo’ Guzmán, el efecto es que hay una guerra interna en la organización y contra sus rivales. Al final causa un grave efecto negativo y no resuelve ni el problema de la producción y el consumo de droga, ni evita tantas muertes”, advierte el catedrático.
Este martes, poco después de que se diera a conocer el veredicto de culpabilidad, la vocera de la Casa Blanca, Sarah Sanders, lo volvió un asunto político alertando a través de un tuit que “la amenaza de los violentos carteles de la droga es real, debemos asegurar nuestras fronteras”.
Sin embargo, varios reportes del gobierno señalan que la mayoría de los cargamentos de droga cruzan por las garitas, no por las zonas fronterizas donde hay poca vigilancia o no hay barda.
El primer testigo clave de la Fiscalía, Jesús ‘Rey’ Zambada, hermano de ‘El Mayo’, explicaba que el método más efectivo del cartel para traficar narcóticos es ocultar hasta 50 kilos en compartimentos secretos en autos particulares y poner toneladas en camiones de carga.
“Es más difícil para las autoridades detectarlo porque cruzan miles de vehículos al día. Y si mandan 10 carros (con 20 kilos de droga) son 200 kilos. Si pierdes uno (en un decomiso) pierdes 20, no es mucho. Es una operación hormiga”, describió en su testimonio a mediados de noviembre.
Cifras del Departamento de Estado indican que el 90% de la cocaína que se vende en Estados Unidos entró desde México, ya sea por lanchas, avionetas, túneles, “mulas”, coches, trenes o camiones.
A flote, sea quien sea el jefe
Otros testigos cooperantes presentados por la Fiscalía, como Edgar Galván, describieron a detalle las funciones de los operadores del cartel en EEUU, encargados de almacenar en bodegas clandestinas los cargamentos y de entregarlos a quienes los venden en las calles, generalmente pandilleros.
La DEA señala que la Mafia Mexicana (Eme), la Mara Salvatrucha (MS-13), los Latin Kings y hasta la banda de motociclistas Hells Angels hacen tratos directos con mafiosos los sinaloenses.
El cartel también colabora con distribuidores independientes, algunos de los cuales reciben narcóticos de organizaciones antagónicas. Al final, la preocupación una vez que la droga cruza la frontera es que se entregue y se pague a tiempo; las peleas a balazos se libran principalmente en México.
El capo colombiano Alex Cifuentes, quien vivió al lado de Guzmán en la sierra, contó al jurado que él se encargaba de supervisar los envíos de droga que llegaban hasta Nueva York. Un tiempo, relató, los recibía un mafioso dominicano identificado como “Antonio”. Entre 2008 y 2010 le entregaron cada una o dos semanas cargamentos de entre 20 y 50 kilos de cocaína. Cada kilo costaba 40,000 dólares.
Todo se controlaba por teléfono desde las montañas, aseguró Cifuentes, quien era responsable de “estar pendiente 48 horas antes de que llegara el cargamento a Nueva York, tener el teléfono para coordinar a las personas que recogieran la droga, recogieran el carro y después el dinero”.
Mientras que el testigo Edgar Galván, un narco de bajo perfil, relató en el tribunal que una de sus funciones era guardar narcóticos en casas de seguridad en El Paso, Texas, y luego llevarlos en coche hasta Georgia, Illinois y Florida. Esa tarea básica es la que mantiene a flote al cartel, sea quien sea el jefe.
Tymothy Massino, portavoz en Los Ángeles de la DEA, aseguraba hace unos meses que en esa metrópoli hay una cantidad "estremecedora" y "alarmante" de operadores del cartel de Sinaloa y sus rivales. Esa agencia señala que sus 23 divisiones locales tienen al menos una investigación local vinculada con el grupo que ‘El Chapo’ Guzmán y su compadre ‘El Mayo’ fundaron a finales de la década de 1980.
Una de esas células fue desmantelada en octubre pasado. La Policía de Ventura, en el sur de California, le siguió la pista a un decomiso de fentanilo y terminó arrestando a 15 personas que recibían la droga directamente de Sinaloa. Les decomisaron miles de dólares que iban a ser enviados a México. Cuando ese operativo concluyó ‘El Chapo’ Guzmán llevaba casi dos años confinado en una prisión de Manhattan.