El gobierno de Reino Unido se tambalea tras una ola de dimisiones por el acuerdo del Brexit
Dos ministros del gobierno de Gran Bretaña, uno de ellos clave, presentaron su renuncia este jueves por su oposición al acuerdo de divorcio forjado entre la primera ministra, Unión Europea, un importante revés a su autoridad y su capacidad para que el Parlamento apruebe el pacto.
Esta situación provocó que un legislador conservador británico, el euroescéptico Jacob Rees-Mogg, pedirá un voto de censura contra May.
La dimisión más sonora ha sido la de Dominic Raab, secretario del Brexit (como se le llama al proceso de salida de Reino Unido de la Unión Europea), quien en una carta a May expresó: "No puedo respaldar en buena conciencia los términos propuestos para nuestro acuerdo con la UE”.
La ministra de Trabajo y Pensiones, Esther McVey, también presentó este jueves su dimisión por su disconformidad con el proyecto. En su cuenta de Twitter, McVey publicó su carta de dimisión en la que señaló: "El acuerdo que puso usted ayer frente al gabinete no honra el resultado del referéndum" de 2016, en el que un 52% de británicos votaron por salir de la Unión Europea.
Las dimisiones, que se produjeron menos de un día después de que el ejecutivo respaldó colectivamente el borrador del acuerdo, debilitan la posición de May y podría dar alas a sus rivales en el Partido Conservador. La formación discute abiertamente un desafío a su liderazgo.
Raab es el segundo secretario del Brexit que abandona a May tras la marcha de David Davis, quien como Raab respaldó el Brexit en el referéndum de permanencia en la UE celebrado en junio de 2016, en julio de este año.
Las renuncias, a las que se sumaron varios subsecretarios, son un nuevo indicio de que muchos partidarios del Brexit no respaldarán a May en el parlamento.
La más llamativa fue la de la secretaria de Estado británica del Brexit, Suella Braverman, quien manifestó: "He llegado a un punto en el que siento que estas concesiones [hechas a Bruselas] no respetan la voluntad del pueblo".
Políticos proBrexit manifestaron que el acuerdo, que incluye una relación comercial estrecha entre el país y Bruselas, convertiría a Londres en un vasallo de Bruselas, vinculado a unas normas comunitarias sobre las que no tendrá poder de decisión.
May explicó más tarde en la cámara los términos del acuerdo, la culminación a año y medio de negociaciones entre las dos partes.
Antes de que el parlamento británico vote la propuesta, los líderes comunitarios deben darle el visto bueno. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, convocó antes el jueves una cumbre comunitaria el próximo 25 de noviembre donde se refrendaría el acuerdo forjado antes esta semana.
Los partidarios de May alegaron el jueves que las alternativas, abandonar el bloque sin un acuerdo o una segunda consulta sobre el Brexit, no eran realistas.
"Que no haya acuerdo no es bonito (...) Un segundo referéndum seria divisivo pero no decisivo”, señaló el secretario de Salud, Matt Hancock, en declaraciones a BBC Radio 4.
Los partidos de la oposición, especialmente el Partido Laborista, señalaron que votarán en contra del pacto cuando tengan ocasión, probablemente en diciembre. Esto es determinante ya que el gobierno conservador de May no tiene escaños suficientes para sacarlo adelante por sí mismo y depende del respaldo del Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte, que también se mostró en contra.