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Inmigrantes indocumentados

"Lo que queremos es irnos": el aumento de las extorsiones frena y deja varados a más migrantes a las puertas del Darién

Migrantes como la venezolana Karla Berturichi no pueden pagar a las organizaciones irregulares las tarifas que suman para dejarles cruzar el último trayecto antes de entrar en la selva del Darién. Ella y más personas quedan así a expensas de más violencia.
Publicado 17 Oct 2024 – 11:52 AM EDT | Actualizado 18 Oct 2024 – 10:54 AM EDT
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Cruzar en lancha desde la población costera de Necoclí hasta Acandí, en Colombia, para luego adentrarse en la peligrosa selva del Darién le cuesta a cada migrante 350 dólares, reportó la Defensoría del Pueblo de ese país. No todos pueden pagar ese monto, así que quedan varados en playas de la zona por semanas hasta poder reunir el dinero. En la espera, son víctimas de agresiones.

La Defensoría narra las historias de un grupo de migrantes en esa situación. Una de ellas es la de Karla Berturichi, una mujer transgénero venezolana que escapó de su país hace cuatro años tras sufrir acoso y maltrato. Contó a las autoridades que un grupo de personas de Necoclí la agredió: "Me pegaron a mí y a mi pareja, me partieron la nariz (...) Nos agarraron el teléfono y nos lo dañaron, nos robaron".

El también migrante venezolano Damián Marín contó a la Defensoría del Pueblo que hay familias con niños, enfermos, personas con discapacidad y bebés de meses en la misma situación. "No nos quieren más en la playa, nos viven corriendo. Nos viven sacando. Lo que queremos es irnos", declaró.

Marín explicó a las autoridades que el problema para salir de la zona es que les venden únicamente el pasaje completo, que incluye el traslado al otro lado del golfo de Urabá —a las poblaciones de Acandí o Capurganá—, el derecho de albergue y la guía hasta un punto fronterizo de la selva entre Colombia y Panamá.

En un reporte conjunto de las oficinas de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Colombia y Panamá que evaluó el movimiento migratorio desde julio de 2022 a enero de 2023, ya se explicaba que las rutas que atraviesan Colombia para llegar a la selva del Darién confluyen en esta costa de Antioquia, la de Necoclí. En este punto, los migrantes usan rutas marítimas operadas por empresas de transporte con dirección a Acandí para poder seguir su camino hacia el norte.

Pero con el aumento de intermediarios en la zona, explicó ACNUR, los migrantes ya no logran comprar los pasajes directamente a las empresas, sino a redes que han establecido monopolios.

"Desde el inicio del recorrido se enfrentan a un posible naufragio por el uso de rutas marítimas no controladas. Además, se ven frecuentemente obligados a recurrir a redes de trata y de tráfico de personas como su único medio para trasladarse buscando 'protección y guía', o caen en redes exponiendo su vida e integridad", describe la agencia al describir el cúmulo de riesgos que sufren los migrantes a lo largo de toda la ruta que los lleva al Darién.

Y una vez que se adentran en la selva del Darién las condiciones no mejoran. Un monitoreo hecho por la agencia de la ONU en Panamá revela que 38% de las personas entrevistadas experimentó algún tipo de maltrato en ese trayecto, 37% sufrió robos y 18% sufrió amenazas físicas. Eso sin contar el subregistro de casos de personas que son víctimas de violencia sexual y no hablan del tema.

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Inmigrantes en Texas relatan peligros de la selva del Darién, tras reporte de Human Rights Watch

La selva

El trayecto desde Acandí, en Colombia, hacia Bajo Chiquito, en Panamá, como el que esperaban hacer Berturichi o Marín, puede durar de tres a cinco días. Fue considerado por ACNUR como la ruta más utilizada por los migrantes desde noviembre de 2022 hasta enero de 2023.

ACNUR explica en su reporte que la duración de estas rutas es menor para quienes viajan solos. Pero quienes viajan en familia, con niños, adultos mayores o personas con enfermedades crónicas, pueden tardar hasta 15 días en la selva.

Una vez que los migrantes pisan territorio panameño, las rutas se multiplican a través de una selva con trayectos irregulares, con lodo, ríos y acantilados, en medio de condiciones precarias. Llegan a territorios que pertenecen a comarcan indígenas, donde muchos son registrados en estaciones migratorias temporales para luego tomar autobuses que los conducen a las cercanías de la frontera norte con Costa Rica.

Según ACNUR, siete de cada 10 migrantes con los que conversaron en el Darién se había enterado de estas condiciones al ver videos en redes sociales como Tik Tok y Facebook: "Muchos reportaron que la información recibida no los preparó para los peligros y desafíos de la selva", se lee. Entre los mayores desafíos, mencionaron, ver cadáveres, niños abandonados, personas moribundas y ahogamientos de compañeros que transitaban con ellos en el mismo grupo.

¿Quiénes son los migrantes que más cruzan hacia el Darién?

De junio a agosto de 2024, el tránsito de extranjeros hacia Panamá por la frontera con Colombia había disminuido, según se ve en cifras del Gobierno de Panamá. Sobre todo el de venezolanos, que pasó de 23,509 personas en junio a 11,733 en agosto. Esta variación ocurrió después de que el país celebró unas elecciones presidenciales en las que la oposición anunció su victoria con más de seis millones de votos —frente a casi tres que aseguran logró Nicolás Maduro— respaldados en las actas emitidas por las máquinas de votación.

Pero el Consejo Nacional Electoral, cuyo presidente ha manifestado su apoyo al oficialismo, ratificó como ganador al mandatario Nicolás Maduro y con ello, la crisis política se acrecentó, así como la represión y el encarcelamiento de la disidencia.

En septiembre de 2024, tal como lo vaticinaban analistas, 19,800 venezolanos cruzaron de Colombia a Panamá para adentrarse en la copiosa y peligrosa selva del Darién. La cifra mensual representa casi 80% del total de personas de distintas nacionalidades que usaron este estrecho para su ruta migratoria. Y la crisis en el país sudamericano no ha terminado. Se espera que se profundice a partir de enero, cuando es bastante probable que Maduro asuma un nuevo periodo presidencial de seis años pese a los reclamos de fraude electoral.

En este video a continuación, puedes escuchar el testimonio de venezolanos que abandonaron recientemente su país:

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Venezolanos que cruzan El Darién cuentan por qué huyen de su país: "La situación se está poniendo peor"

Ante esta posibilidad, la Defensoría del Pueblo de Colombia ha recomendado establecer corredores humanitarios para facilitar un tránsito "controlado y seguro" y para reducir los riesgos para los migrantes. "Son seres humanos con derechos y merecen ser tratados con dignidad", dijo Sandra Fernández, encargada de un albergue en la zona.

La Defensoría explica que esta frontera está dominada por el grupo armado Autodefensas Gaitanistas de Colombia (EGC), también conocido como el Clan del Golfo, que impone las normas de comportamiento a quienes viven en la zona, pero también a quienes transitan en su paso migratorio. De allí en adelante, el trayecto de Panamá está dominado por distintas bandas delictivas que someten a los migrantes a distintas formas de violencia.

Después de los venezolanos (que suman 178,482 en lo que va de año), los migrantes que más han transitado por el Darién en 2024 son los colombianos (16,028), los ecuatorianos (15,034), los chinos (12,194) y los haitianos (11,654), según cifras de Migración del Gobierno de Panamá.

El nuevo presidente de Panamá, José Raúl Mulino, cerró algunos pasos en la selva fronteriza con alambres de púa y vigilancia de funcionarios militares. El ministro de Seguridad Pública de ese país, Frank Ábrego, aseguró que la medida se realizaba para encauzar el flujo migratorio por pasos humanitarios y mejorar la seguridad de los migrantes, además de disminuir el tránsito por la zona.

Las críticas a esta medida no tardaron. Entre ellas, de la organización Human Rights Watch. Juan Papier, subdirector para las Américas, dijo a la agencia AP que esto sólo hará que la gente tome riesgos mayores en otras rutas, que el Clan del Golfo se enriquezca aún más y que se dificulten los controles del tránsito de migrantes entre ambos países.


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