La política de asilo, la víctima detrás del acuerdo que evitó los aranceles con los que Trump amenazaba a México
La amenaza lanzada por Donald Trump de imponer aranceles a todos los productos mexicanos que entran a Estados Unidos a partir del 10 de junio logró desmontarse este viernes al cabo de tres diás de negociaciones entre la delegación mexicana y la estadounidense en Washington.
Ambos gobiernos lograron un acuerdo de cuatro puntos con el que tratarán de regular el flujo de migrantes centroamericanos que atraviesan México para buscar asilo en EEUU y que ha generado en la frontera lo que el gobierno de Trump ha calificado de emergencia humanitaria y de seguridad.
Sin embargo, el acuerdo amenaza con ser una nueva zancadilla a la política de asilo, quizás el último recurso legal vigente que asiste a toda persona que huye para salvar su vida y la de sus familias.
“Se les puede otorgar estatus de refugiados o asilo a las personas que han sufrido persecución o que temen que se les persiga por razones de raza, religión, nacionalidad, y/o por pertenecer a un cierto grupo social u opinión política”, se lee en uno de los documentos de la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS) publicados en su página digital.
La agencia federal agrega que “el estatus de refugiado es una forma de protección que puede otorgárseles a las personas que satisfacen la definición de refugiados y que constituyen una inquietud humanitaria especial para Estados Unidos”.
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Y señala además que, “generalmente los refugiados son personas que están fuera de sus países que no pueden o no están dispuestos a volver allí porque temen daños personales graves”.
Para el gobierno de Trump estas definiciones, que regularon en asilo durante casi 40 años y que fueron aprobadas por el Congreso, ya no tienen la misma validez que al principio. “El Muro está en construcción y avanzando rápidamente a pesar de todas las demandas radicales de los demócratas liberales. ¿Qué piensan ellos cuando nuestro país está invadido por tanta gente (ilegales) y cosas (Drogas) que no queremos? ¡Haz que América sea grande otra vez!”, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter el 2 de junio.
Trump ha utilizado la crisis de la frontera para defender su política migratoria de ‘tolerancia cero’. Y este viernes se apuntó una nueva victoria. México cedió a las presiones de Washington y se comprometió a aceptar a “aquellos que crucen la frontera sur de Estados Unidos para solicitar asilo, quienes serán retornados sin demora a México, donde podrían esperar la resolución de sus solicitudes de asilo”.
Pero la pregunta sigue siendo la misma que prevalecía antes de la guerra de los aranceles. ¿Quiénes son los migrantes que huyen de sus países y llegan a la frontera sur de Estados Unidos en busca de asilo? ¿Criminales? ¿Traficantes de drogas? ¿Delincuentes?
Te explicamos qué esconde la estrategia lanzada por el presidente de Estados Unidos a México y por qué.