"50,000 dólares por persona y nos regresamos", la inusual petición de un grupo de migrantes al gobierno de EEUU
TIJUANA, México.- “Queremos entrar a Estados Unidos, si Estados Unidos no quiere, entonces le pedimos, no una indemnización, sino que nos apoyen económicamente para que podamos regresar en condiciones de dignidad”.
Fueron las palabras de Alfonso Guerrero Ulloa, migrante hondureño que se autodenomina representante de un grupo de migrantes, luego de haber entregado una carta al Consulado de Estados Unidos en Tijuana en la que se pide “el libre ingreso” al país, o en su caso, se les otorgue una cantidad de 50,000 dólares para regresar a sus países de origen.
La petición generó cierta incertidumbre entre la ciudadanía e incluso en los propios migrantes, pero que ese mismo día, ya de regreso en El Barretal, el líder migrante aclaró que “son 50,000 dólares por cada persona”, cantidad que se decidió en una asamblea que realizaron en días anteriores, para poder darle certezas a toda la situación e incertidumbre por la que han estado pasando los migrantes centroamericanos.
“Es lo justo y lo que nos merecemos”, compartió Giovani Morales, uno de los 200 migrantes hondureños que integraron la caminata desde el albergue hasta las instalaciones consulares estadunidenses, a quienes les pusieron también un plazo de 72 horas para recibir una respuesta.
“Nosotros no sabemos qué es lo que pueda pasar luego de las 72 horas de plazo, será la asamblea la que lo decida”, acudió a responder Guerrero Ulloa, luego de que se le preguntara sobre las medidas que se tomarían en caso de que sus peticiones no fueran resueltas.
Desconocen la petición
Por la tarde del martes, otro grupo de migrantes encabezado por Irineo Mujica, de la asociación Pueblo Sin Fronteras, también marchó de las instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INM) hacia el Consulado de Estados Unidos en Tijuana, pero ellos fueron detenidos por una barricada de Policías Federales.
Xóchitl Castillo, originaria de Nicaragua e integrante de este grupo, dijo desconocer la anterior petición que había hecho el otro grupo encabezado por Guerrero Ulloa, incluso dijo no tener idea de la conformación de otros grupos atendiendo a que ellos son un éxodo y están todos juntos.
Esta comitiva aclaró que no comparten esa petición y recalcaron que la suya solamente fue para pedir que de 50 personas que están recibiendo al día las autoridades migratorias para las peticiones de asilo, se incremente a 300 personas por día en las garitas de San Ysidro, y así poder agilizar un poco más el cruce.
“No, lo único que pedimos es que se agilicen los trámites”, dijo la migrante nicaragüense, quien ante la pregunta sobre una posible división al interior de la caravana, respondió que “no sabría responder esa pregunta porque aquí somos un éxodo y no sé realmente lo que está pasando, nosotros igual que ustedes estamos sorprendidos de eso”.
Petición fuera de lo racional
Algunos activistas que se han pronunciado en torno a esta situación, han resaltado el hecho de que ante la vulnerabilidad, la desesperación y hasta cierta crisis al interior de la caravana, ha dejado expuestos a los migrantes, quienes ante la falta de información y respuestas, han sido víctimas de supuestos líderes que han llegado para aprovecharse de su condición.
Personajes que en nombre de la caravana realizan este tipo de peticiones “fuera de lo racional”, considerando que desde un principio Donald Trump dejó en claro que no pasarían en caravana a territorio estadunidense, mucho menos ahora vendría a cumplir lo que hasta cierto punto representaría una “amenaza”.
Este es el caso de Alfonso Guerrero Ulloa, de quien en horas posteriores a este suceso ha salido a relucir información de que este supuesto líder no venía con la caravana, pues según una petición de Change.org, esta persona llevaría al menos 30 años fuera de su país tras haber sido acusado de un atentado en Honduras en 1987.
En esta petición Guerrero Ulloa comparte que fue “acusado falsamente” de ser actor material de un atentado en el restaurant China Palace, de la Ciudad de Comayagua, Honduras, en donde resultaron heridos seis marines de la Base Militar de Palmerola.
“Ello me llevó al exilio, son ya 30 años lejos de mi patria y familia, viviendo miserablemente. Creo tener derecho a una justa indemnización y mi retorno a mi patria”, explica en el mismo texto, la misma persona que después de la marcha resaltara que “en la vida debemos tener una actitud positiva frente a todo, el hombre ha sido capaz de romper todos los muros, todos”.
“Una caravana no otorga derechos especiales”
A través de un comunicado, Katie Waldman, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés), compartió que sobre la exigencia para que su país pague los 50,000 dólares para regresar a su país de origen, no será posible, porque como lo ha mencionado la secretaria Kirstjen Michele Nielsen, “ser miembro de una caravana no les otorga derechos especiales para ingresar a este país”.
En dicho texto resalta que la gran mayoría de los de la caravana “no son solicitantes de asilo legítimos”, y que si lo fueran, buscarían refugio en el primer país seguro al que ingresaron, en este caso México, sin embargo, señala que “como era de esperar, rechazaron la generosa oferta de México en busca de oportunidades económicas o de reunificación familiar en los Estados Unidos”.
Waldman resalta también que la oportunidad económica o la reincorporación familiar no es una base o sustento para el asilo bajo ningún sistema, lo cual a su parecer han entendido algunos migrantes, quienes saben que “existe el compromiso de la istración Trump de hacer cumplir el estado de derecho y su propia falta de un reclamo legítimo de asilo”, lo cual es un claro mensaje hacia los migrantes de que “deben regresar a casa”.