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    Melissa Lucio

    Caso Melissa Lucio: qué es la técnica Reid, la polémica estrategia con que la policía logra confesiones

    Melissa Lucio fue condenada a muerte después de que acabara confesando luego de más de cinco horas de interrogatorio. ¿Puede una persona inocente declararse culpable? Sí. Y las estategias que usan los policías en sus interrogatorios tienen mucho que ver.
    Publicado 21 Abr 2022 – 09:10 AM EDT | Actualizado 21 Abr 2022 – 09:10 AM EDT
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    Melissa Lucio está en el corredor de la muerte. Su condena por el fallecimiento de su hija Mariah, de 2 años, se basó en su confesión. Por más de cinco horas los policías le preguntaron, entre gritos y amenazas, cómo la golpeó, además de mostrarle fotos del cadáver de la niña y los moretones en su cuerpo. Con esa estrategia los agentes lograron que la madre dijera: "Supongo que lo hice, supongo que lo hice".

    Pero antes de esa isión, la hispana había dicho más de 100 veces que no había herido a su bebé. La presión a la que fue sometida por los interrogadores, junto al shock y el dolor por la pérdida de su hija, la llevaron a afirmar algo que sus abogados actuales consideran una confesión falsa. Sin más pruebas ni testigos, con una autopsia hecha en circunstancias dudosas y sin un análisis de las circunstancias que la llevaron a incriminarse, Lucio fue declarada culpable y su ejecución está prevista para el 27 de abril.

    ¿Puede una persona inocente confesar un crimen que no cometió? La mayoría de nosotros pensaría que nadie itiría algo que no hizo. Pero lo cierto es que ocurre, y mucho.

    Según The Innocence Project, que trabaja para liberar inocentes y prevenir condenas erróneas, de más de 360 exoneraciones conseguidas gracias al uso de técnicas de reconocimiento de ADN, 29% incluían confesiones falsas.

    Como señaló John Oliver en una reciente edición de su programa de HBO: “La noción de que alguien se quiebre bajo excesiva presión y acabe confesando algo que no hizo no debería ser tan difícil de entender”.


    Desde los más antiguos sistemas de justicia, la confesión ha sido considerada la más irrefutable prueba de culpabilidad. Por eso, para conseguirla, se podía recurrir a cualquier tipo de tormento. Y aunque afortunadamente los policías del país ya no pueden aplicar la tortura (inconstitucional desde 1936), sí se han desarrollado técnicas de interrogatorio muy eficaces para lograr confesiones: de culpables pero también de inocentes.

    En los años 50, John E. Reid, psicólogo y expolicía de Chicago, desarrolló una metodología que llegó a convertirse en el estándar de los interrogatorios policiales: pasó a la historia como la “técnica Reid”. Pese a lo controvertida que resulta, muchas agencias todavía la usan.

    En qué consiste la técnica Reid

    John E. Reid y Asociados ofrece entrenamiento sobre una técnica que, explican, se compone de tres elementos: el análisis de los hechos, la entrevista investigativa y, “solo cuando es apropiado”, los nueve pasos del interrogatorio Reid.

    El análisis de los hechos sirve para determinar a quién entrevistar: víctima, testigos y potenciales sospechosos.

    La entrevista, no acusatoria ni confrontacional, busca obtener información y determinar la credibilidad del sujeto con “preguntas provocadoras de comportamientos”. Según los desarrolladores de Reid, los mentirosos suelen responder de una manera muy diferente a quienes dicen la verdad.

    Cuando la información de la entrevista y la subsecuente investigación determinen que alguien es el probable autor, entonces entra en juego el interrogatorio y sus nueve pasos, dicen que siempre con empatía, entendimiento, razón y lógica para encontrar la verdad.

    Empieza por la “confrontación positiva”, en la que se le dice al sospechoso que hay pruebas en su contra para observar su comportamiento. Luego se pasa a “desarrollar el argumento” según su respuesta inicial y el perfil psicológico: se puede hacer simpatizando con el sujeto a través de minimizar la gravedad de los hechos o buscar contradicciones y mentiras.

    Esto se hará siempre “atajando toda negación” (impidiendo que insista en que no es el culpable); “superando las objeciones”, haciéndole notar al interrogado que no se escuchan sus argumentos de defensa; y “manteniendo su atención”, para estar seguro de que no se distrae, a través del o visual o preguntas hipotéticas. Además, hay que “manejar el ánimo pasivo”, mostrando a un interrogador compasivo e indicando que lo esencial es que confiese.

    El séptimo elemento consiste en “presentar alternativas”, el desliz o accidente y una grave monstruosidad; o la honra de confesar contra las repercusiones negativas de presentarse ante el juez sin hacerlo.

    En la última fase, el sujeto debe “relatar el delito con detalle” para resultar verosímil: la confesión debe venir acompañada de detalles que no son de conocimiento público y que sirven para corroborar los hechos. Finalmente, el interrogador debe “convertir la confesión oral en escrita” para ratificar así la declaración autoinculpatoria.

    Por qué es tan polémica la técnica Reid

    Los críticos de la técnica hablan de lo fácil que puede llevar a confesiones falsas. Por ejemplo, si el agente ejerce excesiva coerción o manipulación psicológica, o si “contamina” al interrogado con hechos que no son de dominio público pero que hacen que el sujeto, confundido, los incorpore en su relato y se autoinculpe.

    Gisli H. Gudjonsson, profesor emérito de Psicología Forense del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College London, revisó las grabaciones y transcripciones de las 5 horas y 22 minutos del interrogatorio —sin pausas— que hicieron cuatro detectives y un ranger de Texas justo después de la muerte de Mariah.

    Gudjonsson estima que los agentes usaron siete técnicas principales para "quebrar la resistencia y la persistente negación de Lucio" y para que se declarara culpable de los golpes que, decían, habían causado la muerte de la niña.

    Y específicamente identifica un momento en que uno de los policías aumenta considerablemente la presión centrándose en los supuestos utensilios para el consumo de drogas hallados en el apartamento, "usando técnicas de manipulación que incluyen la maximización de Reid".

    Además, sobre la confesión, cuando Melissa dice que supone que lo hizo, el especialista resalta la limitada credibilidad que tiene como evidencia dado que su "naturaleza incriminatoria es inadvertida".

    David Thomson, entrevistador forense certificado, agrega en la declaración jurada presentada como prueba pericial por los abogados de Lucio en su petición de clemencia, que la historia de abusos sufridos por la mujer a lo largo de su vida la convirtieron en una persona muy vulnerable a un interrogatorio con técnicas como la Reid.

    Sobre Reid, Thompson señala que especialmente en sujetos vulnerables aumenta el riesgo de obtener información falsa por su naturaleza coercitiva.

    Y el profesor Saul Kassin, de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, que ha estudiado y escrito sobre el caso de Lucio, le aseguró a Univision Noticias que "elementos de la técnica Reid fueron usados —y malempleados— en su interrogatorio".

    Por otra parte, el profesor de la Universidad de San Francisco Richard Leo se ha mostrado muy crítico con la creencia de que los investigadores pueden ser entrenados para discernir cuando alguien está mintiendo a partir de su lenguaje corporal.

    De hecho, según Leo, numerosos estudios demuestran que las personas son bastante malas a la hora de hacer juicios en ese sentido. Para el profesor, las señales que usan los policías para supuestamente detectar si alguien miente no son mejores que el mero azar.

    En el caso de Melisa Lucio, el ranger de Texas que participó en el interrogatorio dijo que la falta de o visual y sus posturas, con los hombros caídos, eran signos de culpabilidad. Que nada más entrar a la sala de interrogatorios, la actitud inexpresiva de la mujer (el día en que había muerto su hija de 2 años), le hicieron pensar que algo malo había hecho. Ahora está en el corredor de la muerte.

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