La "confesión" del exembajador estadounidense Manuel Rocha a un agente encubierto del FBI: así consiguieron atraparlo
Un mensaje de WhatsApp y tres encuentros. Esta ha sido la estrategia desplegada por el el escrito de acusación.
Tras obtenerla, el FBI inició un acercamiento. Primero, a través de un intercambio de mensajes. Y más tarde, ya con encuentros en persona.
La persona encargada de liderar la investigación fue un agente especial que se hizo pasar por miembro de la inteligencia cubana. Utilizó un pseudónimo, le dijo que se llamaba ‘Miguel’. “Tengo un mensaje para usted de sus amigos de La Habana. Se trata de un asunto delicado”, este fue el primer mensaje que recibió Rocha del agente del FBI. Al que respondió, a través de WhatsApp: “No lo entiendo, pero puede llamarme”, tal y como figura en el documento judicial de la Corte del distrito sur de Florida.
El agente encubierto le llamó y grabó la conversación. Acordaron verse al día siguiente a las diez de la mañana en la Primera Iglesia Presbiteriana de Miami. Ese fue el primero de los tres encuentros en los que Rocha confesó sus actividades de espionaje para el Gobierno cubano, siempre según la acusación realizada por el Departamento de Justicia.
Manuel Rocha afronta una pena máxima de 60 años de cárcel
En esa primera toma de o, al agente del FBI le valió con asegurar que era “un representante encubierto”, que su misión era ar con Rocha y que quería “establecer un nuevo plan de comunicación”. A partir de ahí, se ganó la confianza del exdiplomático. Rocha afirmó “sí”, tras escuchar a ‘Miguel’, y entabló una “larga conversación” con él, en la que “describió y celebró repetidamente su actividad” como miembro de la inteligencia cubana.
En esos encuentros, el exdiplomático estadounidense repitió varias veces que seguía siendo un "compañero" del Gobierno cubano y explicó que en Estados Unidos se hacía pasar por "un hombre de ultraderecha" para no ser descubierto. En reiteradas ocasiones itió sus “décadas” de trabajo para Cuba, que llegan a extenderse casi “40 años”, según explicó a ‘Miguel’.
“Esto es un sacrificio enorme”, confesó Rocha sobre sus años de infiltración en la istración de EEUU. A preguntas de su interlocutor, le explicó cómo fue creciendo profesionalmente en el Departamento de Estado, donde estuvo trabajando entre 1981 y 2002: “Fue un proceso muy meticuloso, muy disciplinado”. El exdiplomático detenido llegó a participar en el Consejo de Seguridad Nacional de 1994 a 1995.
Años después, entre 2000 y 2002, fue nombrado embajador de Estados Unidos en Bolivia. Según develó, “la dirección” de la inteligencia cubana le “acompañó” a largo de todo este proceso. En el comunicado que hizo público el Departamento de Justicia se destaca el papel que tuvo Rocha entre 2006 y 2012, cuando fue asesor del Comando Sur de Estados Unidos, un equipo conjunto de las fuerzas militares de Estados Unidos cuya área de responsabilidad incluye a Cuba.
El Departamento de Justicia asegura que en estas reuniones, grabadas en audio y en vídeo, “Rocha se comportó como un agente cubano, refiriéndose constantemente a Estados Unidos como ‘el enemigo’, y utilizando el término ‘nosotros’ para referirse a sí mismo y a Cuba”. “[P]ara mí, lo que se ha hecho, ha fortalecido la Revolución”, llega a decir Rocha en sus conversaciones con el agente infiltrado
En su acusación, la istración de EEUU también destaca que el exdiplomático estadounidense “elogió a Fidel Castro como ‘el Comandante’, y se refirió a sus os en los servicios de inteligencia cubana como sus ‘camaradas”. Siguiendo esta línea, también explicó que su último viaje a Cuba fue en "2016 o 2017" y que entró a la isla mediante su pasaporte dominicano con previa escala en Panamá.
Rocha fue arrestado el viernes pasado. Con la apertura de esta causa judicial, afronta cargos por "actuar como agente ilegal de un gobierno extranjero (Cuba)", por conspiración y por "defraudar a Estados Unidos".
Está acusado, asimismo, de cinco cargos por fraude electrónico, tres por "hacer una declaración falsa en una solicitud de pasaporte", cuatro por "uso de un pasaporte obtenido mediante una declaración falsa" y uno por "declaraciones y representaciones falsas", según el documento de la acusación.
El juicio con jurado se celebrará a partir del 29 de enero. En este procedimiento, Rocha afronta una pena máxima de cárcel de 60 años si es hallado culpable.
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