El cierre de USAID y la salida de EEUU de la OMS ponen en riesgo millones de vidas y la seguridad nacional
En su primer día en el cargo, el 20 de enero de 2025, el presidente Donald Trump inició una remodelación drástica del papel de Estados Unidos en la salud mundial como parte de las primeras 26 órdenes ejecutivas de su nuevo mandato.
Inició el proceso de retirar a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que trabaja para promover la salud global, como lo intento en 2020 durante su primer mandato. También ordenó a los del personal de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) que cortaran todas las comunicaciones con los representantes de la OMS.
En su primera semana, Trump también emitió una orden para que se suspendieran los trabajos de una revisión de 90 días.
Muchos expertos ven esto como un primer paso hacia el desmantelamiento de la organización, que facilita los esfuerzos globales para mejorar la salud y la educación y aliviar la pobreza. La medida radical dejó a los trabajadores humanitarios y a las personas que dependen de ellos en pánico e interrumpió docenas de ensayos clínicos en todo el mundo.
La orden ejecutiva del presidente Trump provocó que organizaciones internacionales presentaran demandas conta el gobierno, lo que resultó en que un juez federal ordenara un alto temporal al congelamiento de la ayuda exterior por parte de la istración. Al final, esa acción legal no tuvo éxito.
Soy la directora ejecutiva del proyecto Global Health Impact, una organización que tiene como objetivo mejorar el a medicamentos esenciales, en parte mediante la evaluación de sus consecuencias para la salud en todo el mundo, y también soy una investigadora centrada en la salud global y la ética y las políticas de desarrollo.
En mi opinión y en la de muchos otros académicos de la salud pública, el cierre de USAID pondrá en peligro nuestra seguridad nacional y pondrá en riesgo millones de vidas.
20 millones de personas con VIH son tratadas bajo programa de USAID
USAID trabaja tanto con organizaciones no gubernamentales como con empresas privadas para ayudar a distribuir medicamentos y vacunas en todo el mundo. La agencia también ayuda a mejorar las políticas gubernamentales e invertir en investigación y desarrollo para contener y abordar epidemias y pandemias.
A partir de finales de los años 1960, por ejemplo, USAID ayudó a liderar el esfuerzo para eliminar la viruela y también ha ayudado a combatir la polio y otras enfermedades devastadoras durante las últimas seis décadas.
La pandemia de viruela fue una de las peores de todos los tiempos: mató a un tercio de las personas infectadas y causó entre 300 y 500 millones de muertes en todo el mundo durante el siglo XX. Por el contrario, el covid-19 mató a menos del 1% de los infectados.
Estos esfuerzos han traído inmensos beneficios financieros y de salud a Estados Unidos y al resto del mundo. Algunos economistas estiman que la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Polio, creada en 1988, ahorró al mundo más de 27,000 millones de dólares en 2017, y que ahorrará de 40,000 millones a 50,000 millones de dólares para 2035.
USAID también desempeña un papel importante en la promoción de la equidad sanitaria mundial. La agencia trabaja para aumentar el a la atención primaria de salud, combatir el hambre y fortalecer los sistemas de salud, salvando en última instancia vidas.
Además, la agencia ha proporcionado una gran cantidad de fondos para combatir enfermedades infecciosas como la malaria, la tuberculosis y el VIH. Por ejemplo, el Plan de Emergencia del presidente de Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR, por sus siglas en inglés) proporciona tratamiento a 20 millones de personas que viven con el VIH en África. El congelamiento de la ayuda federal por parte de Trump ha detenido la financiación del proyecto PEPFAR.
Si bien la exención limitada bajo la cual la agencia debe operar ahora significa que algunas actividades del PEPFAR eventualmente podrán reanudarse, muchas ahora se quedan sin financiamiento federal por tiempo indefinido. A menos que otra organización llene el vacío, millones morirán sin la ayuda de USAID.
La USAID cometió errores en el pasado
A pesar de los alcances positivos de sus programas, esto no significa negar que USAID haya cometido algunos errores graves a lo largo de su historia. Por ejemplo, USAID proporcionó importantes fondos a la República Democrática del Congo durante el régimen asesino de Mobutu Sese Seko, que estuvo en el poder de 1965 a 1997.
Pero las acciones positivas de la agencia también han hecho un inmenso bien. Por ejemplo, ha ayudado a contener la epidemia de ébola en la República Democrática del Congo desde 2018. El trabajo de USAID para prevenir la propagación de epidemias ayuda a personas de todo el mundo, incluso en Estados Unidos.
En todo caso, existe un fuerte argumento a favor de aumentar la financiación de USAID.
China ha invertido mucho en Asia y África a través de su iniciativa ‘Belt and Road’, que es un intento de recrear antiguas rutas comerciales invirtiendo en carreteras, trenes y puertos. Algunos investigadores sostienen que esto ha cambiado las relaciones diplomáticas a favor de China.
Los expertos creen que si Estados Unidos no realiza inversiones similares y, en cambio, recorta la ayuda exterior, afectará su capacidad para lograr sus objetivos de política exterior.
Expertos ven la salida de EEUU de la OMS como una mala decisión
De manera similar, hay un fuerte argumento para aumentar el apoyo económico de Estados Unidos a la OMS en lugar de retirarse de la organización.
La orden de Trump cita como justificación lo que él considera fracasos de la organización a la hora de abordar la pandemia del covid-19. Pero la OMS ayudó a liderar los esfuerzos para acelerar el desarrollo y la distribución de vacunas, e informes retrospectivos afirman que se podrían haber evitado aún más muertes con una mayor cooperación internacional.
Si bien el desmantelamiento de USAID causará un daño irreparable a la salud global, es probable que estas acciones tomadas en conjunto asesten un golpe devastador a los esfuerzos por proteger a los estadounidenses y a todos los demás en el mundo de la enfermedad y la muerte.
*Nicole Hassoun, profesora de Filosofía de la Universidad de Binghamton.
*Alyssa Figueroa, estudiante universitaria de la Universidad de Binghamton, contribuyó a este artículo.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Si desea leer la versión en inglés puede encontrarla en el siguiente enlace.
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