California busca reparar maltrato histórico a japoneses estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial

En 1942, el gobierno de EEUU ordenó a más de 110,000 hombres, mujeres y niños japoneses estadounidenses que abandonaran sus hogares y los retuvieron en campamentos remotos de estilo militar.
El Centro de Reubicación de Guerra de Manzanar, California, 218 millas al norte de Los Ángeles fue uno de los diez campamentos donde los ciudadanos japoneses estadounidenses y los extranjeros japoneses residentes fueron encarcelados durante la Segunda Guerra Mundial.
Casi cuatro décadas después, activistas japoneses estadounidenses han marcado el 19 de febrero como un día para reflexionar sobre uno de los capítulos más oscuros en la historia de esta nación. Lo hacen en el cementerio histórico nacional de Manzanar, donde miles de japoneses estadounidenses fueron encarcelados. Y el gobernador Gavin Newsom está a punto de reparar la deuda moral con ellos.
Expulsión forzada y encarcelamiento
El 19 de febrero de 1942, el presidente Franklin D. Roosevelt firmó la Orden Ejecutiva 9066, que otorgó al Ejército de EEUU la autoridad para retirar a los civiles de las zonas militares establecidas en Washington, Oregón y California durante la Segunda Guerra Mundial.
Esto llevó a la expulsión forzada y al encarcelamiento de más de 120,000 personas de ascendencia japonesa que vivían en la costa oeste, quienes tuvieron que abandonar sus trabajos, sus hogares y sus vidas para ser enviados a uno de los diez campos de concentración dispersos en regiones remotas y desoladas del país. Ningún japonés estadounidense fue acusado, y mucho menos condenado, de espionaje o sabotaje contra EEUU.
“Este año, recordamos no solo nuestro pasado y las injusticias impuestas a los japoneses estadounidenses, sino que miramos hacia el futuro y, a través de la educación, prometemos no repetir los errores cometidos hace décadas”, dijo el asambleísta Al Muratsuchi.
Pasado de injusticias en California
El próximo jueves, la Asamblea de California hará más que solo recordar aquella afrenta. Se espera que, con el respaldo del gobernador Gavin Newsom se ofrezca una disculpa formal a todos los estadounidenses de ascendencia japonesa por el papel que jugó el estado en las pol´íticas que culminaron con su encarcelamiento masivo.
El proyecto de ley HR 77, presentado por el asambleísta Al Muratsuchi y otros seis coautores explica con detalle la herencia antijaponesa de California.
Menciona la Ley de tierras de extranjeros de California de 1913, que hizo ilegal la propiedad de la tierra para inmigrantes japoneses, así como una resolución conjunta de 1943 de la Asamblea y el Senado estatal que pedía la pérdida de la ciudadanía estadounidense por parte de residentes que también eran ciudadanos de Japón.
También, señala al general del ejército estadounidense John L. DeWitt por decirle a los políticos de California, poco después del ataque de Pearl Harbor, que "los japoneses en este país tienen más [armas y municiones] en su posesión que nuestras propias fuerzas armadas, para convencerlos de encerrar a los japones estadounidenses.
La ley HRR 77 Y HR 77 también conecta esta historia con el presente.“Dados los eventos nacionales recientes, es aún más importante aprender de los errores del pasado y garantizar que tal ataque a la libertad nunca vuelva a sucederle a ninguna comunidad en los Estados Unidos”, dijo Muratsuchi.
El legislador dijo a la Liga de Ciudadanos Americanos Japoneses que presionó por el proyecto de ley porque quería que "California [lidere] con el ejemplo ... mientras que la capital de nuestra nación está dividida irremediablemente según las líneas del partido y el presidente Trump está poniendo a las familias y niños inmigrantes en jaulas".
En 2006, el senador estatal Joe Dunn se disculpó formalmente por el papel del Senado de California en la repatriación forzada de más de 1 millón de inmigrantes mexicanos y ciudadanos mexicoamericanos a México durante la Gran Depresión.
Tres años después, la Asamblea estatal hizo lo mismo por la gran cantidad de retórica anti-china en California, que condujo a la Ley de Exclusión China de 1882, que prohibió la inmigración china durante más de 60 años.
El año pasado, el gobernador Gavin Newsom firmó una orden ejecutiva disculpándose formalmente por la "violencia, maltrato y abandono" de los nativos americanos de California a lo largo de su historia, llamando a ese tratamiento un “genocidio”.