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Debate Vicepresidencial Estados Unidos

Quién ganó el debate vicepresidencial entre Tim Walz y JD Vance

El gobernador demócrata y el senador republicano llegaron al escenario después de haberse enfrentado en los medios de comunicación con fuertes argumentos sobre su carácter, lo que llevó a muchos expertos a predecir un debate lleno de ataques personales. Sorprendentemente, nunca llegaron. Aquí te contamos el debate minuto a minuto.
Publicado 2 Oct 2024 – 01:36 AM EDT | Actualizado 2 Oct 2024 – 11:35 AM EDT
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Uno de los pocos momentos polémicos del debate vicepresidencial de este martes entre el gobernador demócrata Tim Walz y el senador republicano JD Vance fue cuando el primero le preguntó a su contrincante si el expresidente Donald Trump había perdido la elección presidencial de 2020.

No hubo respuesta. Un "Sí" lo hubiera metido en un problema con su compañero de fórmula, mientras que lo contrario habría estado a contracorriente de una versión que fue rechazada una y otra vez por jueces estatales por consideradas frívolas.

Los candidatos estaban respondiendo a la pregunta de las moderadoras sobre la amenaza a la democracia que representa no aceptar el resultado de las elecciones, como hizo Trump en 2020.


“Ese es el motivo por el que Mike Pence no está en este debate”, dijo Walz al referirse a la decisión del exvicepresidente de celebrar el acto de certificación de los resultados en contra de los deseos de Trump.

Un encuentro civilizado y hasta jovial en tono

Sin embargo, momentos como el descrito fueron pocos y muy separados entre sí en un debate que fue sorprendentemente civilizado y jovial y con más discusión de políticas y problemas que el encuentro presidencial sostenido en septiembre entre la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump, que careció de profundidad y contenido.

Normalmente, los debates vicepresidenciales tienen poca trascendencia en el contexto de una campaña presidencial, pero en 2024 las encuestas muestran una contienda sumamente cerrada en la que unos pocos votos en los estados péndulos podrían decidir la elección, creando una expectativa poco común sobre el debate.

Vance, un abogado graduado en la prestigiosa escuela de derecho de Yale, llegó al debate con la clara desventaja de ser el menos popular de los cuatro de las fórmulas presidenciales, empeorada por el hecho de que Walz es el más popular.

Muy similar en tono y estilo a su compañero de fórmula Donald Trump y con una clara afinidad con la base con la que ya contaba, Vance fue seleccionado cuando el expresidente tenía una cómoda ventaja contra su exrival, el presidente Joe Biden, y no sentía necesidad de aumentar su base de votantes.

Por el contrario, Walz fue precisamente elegido para complementar a Harris y cubrir sus deficiencias entre los votantes hombres blancos de clase obrera sin educación universitaria, uno de los grupos en que Harris es más débil.

Walz, un profesor de escuela y entrenador de fútbol americano que representó al primer distrito congresional de Minnesota en la Cámara de Representantes durante 12 años antes de convertirse en el gobernador 41 de ese estado por dos términos consecutivos, es en sí mismo, parte del grupo de votantes que Harris busca convencer.

Los esperados ataques que nunca llegaron

Los candidatos llegaron al escenario después de haberse enfrentado en los medios de comunicación con fuertes ataques sobre su carácter lo que llevó a muchos expertos a predecir un cara a cara lleno de insultos personales que nunca llegaron, a pesar incluso de preguntas de las moderadoras que parecían especialmente diseñadas para incentivar la polémica y el enfrentamiento.

Walz fue el primero de los candidatos en, visiblemente nervioso, hablar de manera entrecortada al responder una pregunta sobre los ataques de Irán sobre Israel, en franco contraste con un Vance que comunicaba confianza y dominio de los temas.

"La capacidad de Irán, o yo, eh, Israel, de poder defenderse es fundamental", dijo inicialmente Walz, como buscando tomarle el ritmo al debate.

Pero, al igual que su compañera de fórmula en el debate de septiembre, Walz encontró su voz en temas que evidentemente lo animaron como el cuidado infantil, el aborto y la defensa de la democracia, venciendo sus nervios iniciales.

Pero si hay algo hay que destacar en este encuentro en TV es el hecho de que Vance hizo lo que Trump no pudo hacer al evitar en gran medida los errores verbales, los arrebatos escandalosos y afirmaciones descabelladas que caracterizaron la actuación del expresidente en su enfrentamiento con Kamala Harris hace tres semanas en Filadelfia. Vance pareció tener ventaja sobre Walz en términos de aplomo y dominio de la política.

Sin embargo, hubo momentos en el que Vance perdió su compostura como cuando hablando sobre el tema de la inmigración, describió como “ilegales” a los inmigrantes haitianos en la ciudad de Springfield, en Ohio, a los que Trump acusó de comerse las mascotas de sus vecinos.

“Sólo para aclarar”, dijo la moderadora Margaret Brennan: “Los inmigrantes haitianos en Springfield tienen estatus legal”, a lo que Vance respondió diciendo que “las reglas eran que no nos iban a verificar”.

Vance se vio visiblemente incómodo sobre el aborto, cuando Walz habló sobre las experiencias de varias mujeres que vieron comprometida su salud en estados donde se impusieron restricciones al aborto y a los servicios de medicina reproductiva después de la derogación de Roe V. Wade, incluyendo el de Amber Thurman, la mujer de Georgia que murió por complicaciones de salud después de un aborto del cual hubiera podido sobrevivir con un simple procedimiento que los médicos no se atrevieron a hacer para no violar la ley.

Vance itió que los republicanos tenían que "hacer un trabajo mucho mejor para recuperar la confianza del pueblo estadounidense en este asunto, porque, francamente, simplemente no confían en nosotros", dijo.

A pesar del tono civilizado del debate, los candidatos no dejaron de criticar al compañero de fórmula de su oponente. Vance se refería a Harris como si fuera la actual presidenta de Estados Unidos, mientras que el gobernador Walz no perdió la oportunidad para atacar a Trump en temas como la economía, el aborto y la supervivencia de la democracia.

Como bien destacan observadores de la política estadounidense, Vance fue elegido por Trump porque "pone carne ideológica en los huesos de su populismo" y justo -además- le puso una cara educada y humilde a la fórmula republicana a la Casa Blanca, un hecho raro en lo que va de esta campaña presidencial.

¿Quién ganó el debate?

El debate de casi dos horas de duración terminó sin un claro ganador.

De acuerdo a una encuesta instantánea de CNN realizada por SSRS entre votantes registrados que lo vieron, el 51% dijo que Vance hizo un mejor trabajo y el 49% eligió a Walz como el ganador. Eso en sondeos es considerado un virtual empate. Antes del debate, los mismos votantes le dieron una ventaja a Walz como el candidato que esperaban que tuviera un mejor desempeño, 54% contra 45%.

Todo lo que no se pensaba que ocurriría en el cara a cara vicepresidencial pasó. El enfrentamiento de ideas fue en líneas generales cordial, lleno de contenido y de políticas. Lo que sí se mantuvo en algunos pasajes fueron las afirmaciones sin base, como cuando Vance dijo que EEUU es la economía más limpia del mundo. La realidad dice que este país es el segundo emisor de gases de efecto invernadero, solamente por detrás de China.

O cuando Walz señaló que "Trump va a tener un registro de embarazos", algo que según dijo, hará más difícil que una mujer pueda tener a píldoras abortivas.

Vance mostró una cara más educada en este primer y único debate, pero al intentar justificar a su compañero de fórmula, no tuvo respuestas para defender a Trump o tuvo sencillamente que mentir.

Por su parte, Walz defendió poco a Kamala Harris cuando fue atacada por el candidato vicepresidencial republicano y se quedó corto a la hora de traer a la discusión las mentiras que ha propagado el propio Vance sobre la inmigración indocumentada o los logros económicos de Trump cuando fue presidente.

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