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Elecciones 2016

Lecciones de democracia para Trump: los candidatos que mejor han reconocido la derrota

El candidato republicano a la Casa Blanca se niega a decir que aceptará el resultado de las elecciones. Estos son los aspirantes a presidente que supieron reconocer la victoria del otro en momentos clave.
20 Oct 2016 – 12:30 AM EDT
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El discurso de John McCain tras su derrota en 2008 Crédito: AP

El momento clave y más peligroso del tercer debate presidencial fue la negativa de Donald Trump a decir que aceptará el resultado de las elecciones. Su jefa de campaña, Kellyanne Conway, dijo después que lo hará porque va a vencer el 8 de noviembre.

La democracia, de Estados Unidos o de cualquier país, se basa en la confianza en el proceso electoral y el reconocimiento pacífico de la derrota. La tradición estadounidense, de buena retórica y cortesía, nos deja buenos ejemplos de perdedores que supieron aceptar la victoria del otro con respeto e incluso grandeza.

El discurso de John McCain en 2008

Es uno de los más importantes en elecciones recientes.

El senador republicano sabía de la importancia de legitimar sin la menor duda la victoria del primer presidente afroamericano en un país donde las conspiraciones racistas siguen vivas. Ya entonces había un movimiento para cuestionar que Obama tuviera derecho a presentarse a la Casa Blanca.

McCain, que no es especialmente conocido por sus discursos, dio uno de los mejores de su vida. No dejó que hablara Sarah Palin, su candidata a vicepresidenta y más beligerante, y reconoció el momento histórico con un toque emotivo y una mención a la abuela de Obama, que murió unas horas antes de las elecciones y que era la única persona entre las que le criaron que le quedaba al candidato demócrata.

“El senador Obama ha conseguido una gran cosa para él y para su país. Le aplaudo por ello y le ofrezco mis condolencias porque su querida abuela no haya vivido para ver este día, aunque nuestra fe nos asegura que ella está en paz en la presencia de su Creador y orgullosa del buen hombre que ayudó a educar”.

“Les pido a todos los estadounidenses que me han apoyado que se unan a mí no sólo para felicitarle, sino para ofrecer a nuestro presidente nuestra buena voluntad y nuestro esfuerzo para encontrar formas para unirnos, para encontrar los compromisos necesarios, para hacer de puente entre nuestras diferencias y ayudarnos a restaurar nuestra prosperidad, defender nuestra seguridad en un mundo peligroso y dejar a nuestros hijos y a nuestros nietos un país mejor, más fuerte del que heredamos”.

La carta de George H. W. Bush a Bill Clinton en 1993

Aunque ahora parezca un juego de niños, la campaña de 1992 también fue dura, con acusaciones personales entre los candidatos y mucha tensión en una carrera a tres bandas en la que también estaba el empresario Ross Perot.

Bush y Clinton se harían amigos años después, pero entonces tenían una relación de disgusto mutuo. Aun así, Bush le dejó a Clinton una carta de ánimo en la Casa Blanca que se ha vuelto a compartir en los últimos meses de tanta agresividad política.

“Serás nuestro presidente cuando leas esta nota”, decía Bush subrayando la palabra “nuestro” en su misiva fechada el 20 de enero de 1993, el día de la toma de posesión de Clinton. “Te deseo todo lo mejor. Le deseo todo lo mejor a tu familia. Tu éxito ahora es el éxito de nuestro país. Te estoy animando mucho. Buena suerte, George”.


El discurso de Al Gore en 2000

La legitimidad estaba en cuestión en aquellas elecciones que decidió por un voto el Tribunal Supremo, cuando dictaminó que Florida no seguiría con el recuento. Tras semanas de incertidumbre, el 14 de diciembre, el candidato demócrata anunció que reconocía la derrota frente a George W. Bush sin cuestionar más el resultado en Florida o en el resto del país.

“Le digo al presidente electo Bush que dejemos de lado lo que quede del rencor partidista y que Dios bendiga su liderazgo en este país. Ni él ni yo anticipamos este camino largo y difícil. Ninguno de los dos quería que esto pasara. Pero pasó, y ahora que ha terminado, se ha resuelto, como debía, a través de las honorables instituciones de nuestra democracia”.

“Aunque estoy fuertemente en desacuerdo con la decision del Tribunal, la acepto. Acepto este resultado… Por la unidad de nuestra gente y la fortaleza de nuestra democracia, reconozco mi derrota”.

Gore ofrecía su ayuda al presidente y pedía a todos los estadounidenses que se unieran “detrás de él”. “Ahora es el momento de reconocer que lo que nos une es más de lo que nos separa”.

Recordó también la frase del senador Stephan Douglas cuando perdió contra Abraham Lincoln: “Los sentimientos partidistas deben ceder al patriotismo. Estoy contigo, señor presidente, y Dios te bendiga”.

Hillary Clinton en las primarias de 2008

Tras las primarias demócratas más largas y tensas de la historia del partido, la ahora candidata reconoció su derrota en junio de 2008 y pidió el voto para su rival Barack Obama. Ella, su marido y su equipo lucharon con fuerza contra la campaña de Obama.

En particular, la relación entre Bill Clinton y Barack Obama quedó tocada durante años. Pero en público Hillary ofreció entonces su respaldo incondicional al rival que consideraba le había arrebatado su momento. Su discurso sirvió para unir al partido y conseguir la victoria de Obama en noviembre.

“He visto su fuerza, su determinación, su gracia y su tenacidad”, dijo Clinton. “Pido el voto por él y pongo todo mi apoyo en marcha para él”. “Os pido que trabajéis tan duro para Barack Obama como lo habéis hecho para mí”, reclamó a sus seguidores.

Adlai Stevenson en 1952

El reconocimiento de su derrota ante Ike Eisenhower fue uno de los primeros discursos de buen perdedor.

Fue corto, pero contenía algunas de las frases que después se utilizarían en otros discursos. “Lo que nos une como ciudadanos americanos es mucho más que lo que nos divide como partidos políticos... Votamos como muchos, pero rezamos como uno. Como un pueblo unido, con fe en la democracia”.


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