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Elecciones 2016

El fantasma de Florida 2000 : mis recuerdos de la elección más cerrada de la historia de EEUU

Desde las boletas mariposa y los papelillos colgantes en las boletas hasta la denominada Protesta de los Brooks Brothers. Noviembre de 2000 quedó en el recuerdo de todos. ¿Podría suceder de nuevo?
4 Nov 2016 – 11:56 AM EDT
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El juez Robert Rosenberg, miembro de la junta de distrito electoral del condado de Broward, examina una papeleta en el recuento de las elecciones presidenciales de 2000. Crédito: Getty Images

MIAMI, Florida.- El 8 de noviembre es una fecha que trae malos recuerdos, especialmente para los votantes de Florida y los demócratas de todo el país. Fue hace 16 años que los votantes despertaron y se enteraron que un día después de haber acudido a las urnas todavía no se había dado resultado alguno. De hecho, el resultado era tan cerrado que tendría que haber un recuento.

Esa mañana mi editor en el St Petersburg Times me llamó por teléfono a mi casa para decirme que parecía haber un problema en el condado de Palm Beach. Los votantes se estaban quejando de problemas con boletas difíciles de leer y las máquinas de votación estaban teniendo dificultades para leerlas también.

Pasé las siguientes dos semanas viajando de un lado para otro de la I-95 entre Miami y Palm Beach, observando a los funcionarios examinar cuidadosamente las boletas, a veces hasta con lupas, intentando detectar si se había realizado un voto ilegítimo.

Los resultados oficiales mostraban que el candidato republicano George W. Bush aventajaba al demócrata Al Gore por 1,784 votos, dentro del margen del 1% que automáticamente generaba un recuento. Los votos de los 25 Colegios Electorales de Florida (esa cifra se ha elevado a 29 en 2016) decidirían la presidencia, pues Al Gore había ganado 262 votos electorales y Bush 246 votos electorales, y se necesitan 270 votos para ganar la presidencia.

Llegué a la oficina del Supervisor Electoral del Condado de Palm Beach y encontré un tumulto en el exterior. Fue desconcertante al principio. He olvidado exactamente cuándo escuché por primera vez las tristemente célebres palabras "boletas mariposa" y " papelillos colgantes en las boletas", desde entonces grabadas en la memoria de todos los floridanos, si no es que de todo el mundo.

Antes de ese momento, nadie había prestado atención alguna a la boleta dividida del Condado de Palm Beach y cómo podía confundir a los votantes, especialmente a los de mayor edad, a quienes se les dificultaba encontrar el orificio de perforación adecuado. Hasta 2,000 de ellos terminaron votando accidentalmente por el candidato del Partido de la Reforma, Pat Buchanan, en lugar de por el demócrata Al Gore.

Los funcionarios explicaron que el diseño de la boleta fue en realidad una iniciativa bien intencionada por parte del supervisor del Condado de Palm Beach, quien pensaba que haría la atestada boleta - había 10 candidatos presidenciales - más fácil de leer para las personas mayores.

Tampoco nadie consideró que si una boleta no se perforaba con suficiente fuerza no contaría. Aquellas donde no quedó bien perforado el pequeño cuadradito de papel - o "papelillo" - dieron pie a lo que fue conocido como los "papelillos colgantes", con variaciones según quedaban unidos por 1, 2 ó 3 esquinas. Según lo anterior fueron llamadas boletas de "puerta colgante", de "puerta giratoria" y de "tres papelillos". Otras que sólo tenían una marca o una impresión, pero cuyos papelillos no quedaron colgando, se denominaron "con hoyuelos" u "obsoletas" y desechadas.

En total 29,000 boletas fueron desechadas, alrededor del 4% de los votos del condado.

Afuera, pequeños grupos de manifestantes, en su mayoría simpatizantes de Al Gore, portaban pancartas y gritaban consignas. Algunos llevaban camisetas con la imitación de una boleta de Florida sobre el pecho. Las camisetas mostraban un laberinto de líneas que se conectaban a cada candidato y la leyenda: "Siga la flecha y presione el punto adecuado".

Las circunscripciones predominantemente afroestadounidenses y judías - bastiones demócratas - fueron las más afectadas. Los líderes negros y judíos estaban indignados, recordándole a cualquiera que quisiera escucharlos la historia racial del condado.

Tanto las comunidades afroestadounidenses como judías tuvieron que superar prejuicios raciales. En la década de 1960, Boca Raton era una "ciudad restringida" extraoficial, donde a los judíos se les mantenía fuera del mercad inmobiliario y los clubes de golf.

Sentado en el tocón de un árbol fuera de McCray's, un restaurante familiar especializado en barbacoa para llevar, el reverendo Herman McCray me mostró una ordenanza de 1956 que prohibía a los afroamericanos disfrutar de las playas a las que acudían los blancos.

En Miami, durante los primeros días el recuento a máquina se desarrolló sin contratiempos, arrojando sólo un puñado de votos adicionales a favor de Gore. Pero cuando el comité de escrutinio anunció un recuento a mano del 1% de las boletas, los republicanos de Miami se pusieron furiosos.

Muy pronto comenzaron a llegar autobuses desde Texas y Georgia con activistas del partido. Estaban llenos de energía. Y bien vestidos. Como dijo el veterano observador local Dan Ricker, ambas partes llegaron a considerarlo una "lucha contra el imperio del mal".

En aquel entonces, algunos de mis colegas en el St Petersburg Times consideraban Miami un planeta alienígena. Yo vivía en Miami, pero mi puesto era el de corresponsal para América Latina. Eso tenía mucho sentido, bromeaban mis colegas, porque Miami, después de todo, era un país extranjero.

Para cuando concluyó el recuento de muestras el 15 de noviembre, se había registrado sólo un cambio de seis votos a favor de Gore, y el comité de escrutinio votó 2-1 contra hacer un recuento a nivel del condado. Los republicanos estaban alborozados. Los demócratas apelaron, argumentando que seis votos en un 1% de las circunscripciones podrían representar hasta 600 a nivel del condado, más que suficiente para alterar el resultado de las elecciones, junto con los nuevos votos de Gore que se encontraron en los condados de Broward y Palm Beach.

El 17 de noviembre, el comité de escrutinio llegó a un acuerdo, y se inició el recuento. Pero se habían perdido días valiosos.

Cuando los republicanos apelaron ante la Corte Suprema de Florida, ésta dictaminó que el recuento podía continuar, pero estableció una fecha límite para las 5 p.m. del 26 de noviembre. Faltaban sólo 24 horas para el día de Acción de Gracias y el fallo en efecto sólo dio dos días hábiles para contar 654,000 boletas.

Para la noche del 21 de noviembre, con 139 de los 614 distritos contados, Al Gore había ganado 157 votos. Al centro gubernamental de Miami estaban llegando refuerzos republicanos desde el cuartel general de Bush en Austin, Texas, y personal de campaña de otros estados armado con teléfonos celulares y walkie-talkies. Había incluso una sala de guerra móvil republicana -- una gran casa móvil adornada con letreros que decían "Sore-Loserman" (un juego de palabras con la frase sore loser, mal perdedor) burlándose de Gore y su compañero de fórmula, el senador Joe Lieberman.

Las estaciones cubanas de radio en Miami advirtieron a los oyentes que los demócratas intentaban robarse la elección. A los oyentes se les dijo que, al optar por no hacer un recuento manual completo, sus distritos fuertemente republicanos en la Pequeña Habana y Hialeah no serían incluidos.

Una multitud enfurecida se reunió frente al edificio de gobierno. Los demócratas corruptos estaban "intentando secuestrar esta elección", le dijo a la multitud el congresista republicano de Nueva York, John Sweeney. Le ordenó a su equipo de activistas republicanos que "la apagaran".

Se metieron a montones en los ascensores hasta llegar al piso 19, la sala de tabulación, mientras coreaban "fraude, fraude, fraude". Golpearon puertas y ventanas, a empujones echaron a un lado a los guardias de seguridad y acusaron a un observador del recuento por parte del Partido Demócrata de intentar robar boletas.


Pero al final lograron lo que querían. Claramente en estado de shock, los del comité de escrutinio se echaron atrás y votaron a favor de cancelar el recuento. Los funcionarios negaron que el miedo los hubiera hecho obedecer a los republicanos, argumentando que habían tomado la decisión porque se había agotado el tiempo para contar todas las boletas.

El portavoz del condado, Mayco Villafana, describió la escena como "una muestra un poco violenta y amenazante". Pero negó que hubiera afectado la decisión del comité. Bush pasaría a ser declarado ganador por 537 votos.

Desde entonces, los estudios han demostrado que Gore podría haber ganado la votación, pero sólo si todas las boletas cuestionables hubieran sido contabilizadas. Sigue habiendo un gran desacuerdo sobre qué norma debió haberse utilizado para verificar las boletas.

¿Podría ocurrir de nuevo? Por supuesto que es extremadamente improbable. Pero las elecciones posteriores en 2004, 2008 y 2012 han demostrado que la elección de de noviembre de 2000 no fue completamente una aberración.
Si se suman todas las personas que han votado para presidente en Florida en las últimas cuatro elecciones de 2000 a 2012, hubo 15,086,968 republicanos y 15,015,920 demócratas, según Steven Schale, un veterano consultor de Florida para el Partido Demócrata.

Ésa es una diferencia de sólo 71,048 votos en más de 31 millones de boletas, o un margen del 0.24%. "Bajo la ley de la Florida, eso sería un largo recuento. Así de cerca estamos", bromea Schale.

Univision Noticias ofrecerá los resultados en vivo de las elecciones presidenciales este martes a partir de las 07:00 pm ET.


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