Agentes antinarcóticos le hicieron creer al candidato presidencial de Guatemala, Mario Estrada, que estaba negociando con un representante de la facción del Cartel de Sinaloa que entonces lideraba el narcotraficante Ismael ‘El Mayo’ Zambada. A cambio de un supuesto soborno de 12 millones de dólares, el político prometió que, si ganaba las elecciones, le daría libre al cartel en puertos y aeropuertos de su país.