null: nullpx
Desde Silicon Valley

Estos mexicanos programan un intercomunicador hogareño ultramoderno desde Colima

El sistema Nucleus es uno de los primeros aparatos que funcionan con órdenes verbales a través de Alexa, la asistente virtual de Amazon.
21 Sep 2016 – 12:23 PM EDT
Comparte
Default image alt
El equipo mexicano de Nucleus que lidera Juan José López (izq.) posa en Colima. Crédito: Nucleus

Colima es un estado pequeño en el oeste de México, con playas en el Pacífico y un volcán nevado que es su imagen más conocida. Es probable que nadie lo relacione con los últimos avances de la inteligencia artificial y las plataformas digitales.

Sin embargo, desde la ciudad de Colima, un pequeño grupo de programadores mexicanos trabaja a diario en desarrollar el software de un producto para ‘hogares inteligentes’ que acaba de salir al mercado: el Nucleus, un intercomunicador inteligente que conecta en video a los de una familia, estén en casa o no. El aparato es uno de los primeros en integrar a su sistema las funciones de Alexa, la asistente virtual por voz de Amazon, lo que permite a sus s controlar en voz alta funciones como las luces, la temperatura o la música de su casa.

Gran parte del código de software que permite que el Nucleus funcione nace en la oficina que dirige Juan José López, un programador de 25 años que se graduó de la Universidad de Colima y que lidera un pequeño equipo de cinco empleados locales.

“No es nada lujoso, simplemente un cuarto con aire acondicionado, una pequeña sala de juntas, muy sencillo”, dice López a Univision Noticias desde Colima. Lo importante es que, aunque está a 2,000 millas de Palo Alto, el lugar tiene el mismo ambiente que las startups de Silicon Valley: “no tenemos horarios, puedes jugar en el Xbox, tocar la guitarra, irte a comer y regresar cuando quieras. La atmósfera es la misma”.

Y la conexión a internet, por supuesto, es rápida. “Hacemos todo en la nube –dice–, por eso la oficina no necesita tanto”.

Empleado Número Tres
Luego de los dos fundadores, López fue el empleado número tres de Nucleus, una startup con sedes en Filadelfia y Nueva York y que fabrica sus productos en China en las plantas de Foxconn, la empresa que hace los iPhones de Apple.

Su historia es llamativa, pero con algunos rasgos típicos del mundo de las startups: conoció al jefe de tecnología de la empresa, Isaac Levy, a través de una plataforma para contratar programadores freelance. Lo ayudó en varios proyectos y, cuando Levy se asoció con Jonathan Frankel para fundar Nucleus, lo siguió. Todavía no se conocían en persona.

“Cuando estábamos empezando con fondos propios, teníamos poco dinero en el banco y estábamos buscando desarrolladores”, relata Frankel, CEO de la empresa. “Juan era una gran opción, más eficiente en costos y tan experimentado como alguien en Nueva York o San Francisco (...) Con el tiempo, demostró ser tan bueno técnicamente como cualquiera que hemos contratado en Estados Unidos y probablemente trabaja más”.

Esto llevó a la empresa a ampliar el equipo en Colima. Se fueron sumando Alexis Maturano, César Buenrostro, Luis Lugo, Sandra del Río Gudiño y Tomy Mendoza Robles.

“Decidimos redoblar la apuesta”, dice el CEO. “Son todos inteligentes, trabajadores y hablan inglés bien. Luego creamos un equipo de ingenieros en el noreste (de Estados Unidos), pero es un gran complemento hacer cosas aquí y allá”.

“Como Google y Facebook”
Hay otras empresas que aprovechan el talento y menor costo de programadores de países latinoamericanos para desarrollar sus productos de software. La mexicana Softtek y la argentina Globant han construido operaciones multinacionales en parte en base a esas ventajas. Y varias startups de América Latina – Bluesmart, Shoe Lovers, Nearsoft– tienen sus centros de desarrollo de software en la región mientras buscan generar clientes e ingresos en Estados Unidos.

Pero el caso de Nucleus es especialmente llamativo porque es una empresa estadounidense y por la ubicación de sus ingenieros mexicanos, en una ciudad tan pequeña como Colima. No están en Ciudad de México ni en Guadalajara, a dos horas de allí, donde hay un sector tecnológico creciente.

Cuando salió a buscar gente para su equipo, López encontró que no era tan fácil convencer a los programadores mexicanos de que esta empresa naciente valía la pena renunciar a otros trabajos.

“La gente no me creía que fuera verdad que era posible trabajar desde casa”, dice. “No me creían que trabajamos como Google y Facebook. Era muy difícil convencer a gente con expertise alto de que dejara su trabajo en empresas grandes”.

Finalmente, buscó a algunos de los mejores compañeros que había tenido en la universidad: “Los é y los fui sacando uno por uno de su trabajo. Estuvo difícil”.

El lanzamiento
Nucleus puso en agosto su dispositivo a la venta en Amazon y en 500 sucursales de las tiendas Lowe’s. Cuesta 249 dólares por aparato y también hay paquetes de dos (por 398 dólares), tres (597 dólares) y más.


Según Frankel, las primeras partidas se agotaron de inmediato. Así como hubo “muchos clientes felices”, también hubo reportes de fallas y la empresa debió salir a contratar encargados de servicio al consumidor. ( La mayoría de los comentarios en Amazon son positivos, pero también hay varias críticas).

La ventaja sobre aplicaciones de videollamadas como Skype y FaceTime, según Frankel, es que una conversación por Nucleus es más simple, incluso cuando la otra persona está en otro país. “La llamada de Skype en general viene después de la llamada por teléfono, se convierte en un proceso de preparación de cinco minutos”, dice. “Nosotros tenemos mucha menos fricción”.

El Nucleus permite hablar entre varios aparatos y también con smartphones que usen su aplicación. Tiene cámaras que capturan un ángulo amplio a su alrededor y altavoces estéreo. Promete facilidad de instalación y de uso y, gracias a la integración con Alexa, la posibilidad de manejarlo con la voz. De hecho, todas las funciones del Amazon Echo, el aparato que ‘contiene’ a Alexa, están disponibles a través del Nucleus: noticias, clima, tráfico, control de dispositivos del hogar y más.

“No solo puedes ver qué hacen tus hijos desde cualquier lado o hablar con tu familia mientras lavas la ropa, sino también todo lo que haces con Echo”, dice Frankel, que le envió uno de los aparatos a su abuela en Toronto, Canadá: “Mi hijo de tres años puede llamar a su bisabuela”.

El socio perfecto
Amazon no solo ha sido una plataforma de ventas y un socio clave de inteligencia artificial para el Nucleus.

Este miércoles, la startup anunció que recibió una ronda de inversión de 5.6 millones de dólares, liderada por el fondo Alexa Fund, de la empresa de Jeff Bezos. También participaron otros inversionistas influyentes de Silicon Valley: Greylock Partners, FF Angel y SV Angel, además de la fabricante china Foxconn.

Con la nueva ronda, la compañía ya recibió 10 millones de dólares en inversiones.

“Esperamos ayudar a la compañía a continuar su trayectoria de crecimiento impresionante”, dijo en un comunicado Steve Rabuchin, vicepresidente de Amazon a cargo de Alexa. “Estamos impresionados por el entusiasmo de los consumidores con Alexa y las nuevas funciones que el equipo de Nucleus agrega en forma continua”.

Esas funciones, muchas veces, están programadas desde Colima, por el equipo que lidera López en constante comunicación virtual con Estados Unidos, por email, Skype, Hangout o Slack. “Juan ha sido clave para la compañía", dice Frankel. "Para llegar donde estamos hoy”.

"Ni yo me la creo"
López finalmente conoció a Levy dos años después de que empezaron a trabajar juntos. “Fuimos a Nueva York y nos conocimos en persona y pudimos saludarnos propiamente”, dice. “Lo que pasa con Isaac es que es de ascendencia israelí, entonces es un extranjero y otro extranjero”. Por eso, confío en los programadores mexicanos. Después de todo, agrega, a la hora de crear software “no importa la nacionalidad ni el idioma”.

Aunque el mexicano está en la vanguardia de los dispositivos digitales, dice que su familia no sabe exactamente qué es lo que hace.

“No son muy adentrados en esto del IT –comenta– y les cuesta un poco de trabajo (entender) que algo así de grande se está haciendo aquí en Colima y que yo sea parte de él”.

“Le digo a Isaac: ‘Ni yo me la creo que estemos haciendo algo para tanta gente'”.

Comparte
RELACIONADOS:Software