Las ciudades son de Clinton, el resto es de Trump: así se dividió el voto en la elección

El polémico colegio electoral estadounidense puede estar organizado en torno a los estados, pero su economía está organizada en torno a las áreas metropolitanas. Las áreas metropolitanas de Estados Unidos albergan más de un 85% de la población del país y generan un 90% de su producción económica. Tan sólo las diez mayores áreas metropolitanas representan más de una cuarta parte de la población de Estados Unidos y más de un tercio de la producción económica nacional.
¿Cómo votaron dichas áreas metropolitanas en las elecciones de 2016? Los resultados de las elecciones normalmente no se clasifican por área metropolitana, pero los resultados a nivel de condado están disponibles. Mis colegas del Instituto Martin para la Prosperidad ( MPI) alinearon los datos a nivel de condado de los Resultados de las Elecciones Generales Presidenciales de 2016 de Dave Leip con las más de 350 áreas metropolitanas de Estados Unidos. Aunque todavía hay algunos recuentos de votos por certificar, es poco probable que las proporciones totales de la votación al nivel de las áreas metropolitanas cambien mucho en este punto. Y, debido al gran número de áreas metropolitanas individuales, cualquier cambio imprevisto en el recuento final no cambiará de forma significativa este análisis.
Dicho todo esto, Donald Trump ganó muchas más áreas metropolitanas, 259 a 122, que Hillary Clinton. Pero Clinton capturó una mayor proporción del voto de las áreas metropolitanas, un 51%, frente a un 44% para Trump. Las áreas metropolitanas representaron un 85% del total de los votos, 110 millones de los aproximadamente 130 millones de votos totales.
Tamaño de Área Metropolitana | Porcentaje de Clinton | Porcentaje de Trump | Porcentaje de votación nacional | Porcentaje de población | Porcentaje de producción económica |
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1 o más millones de personas | 56% | 40% | 54.7% | 56.0% | 65.6% |
De 500,000 a 1 millón de personas | 46% | 48% | 12.1% | 12.0% | 10.4% |
De 250,000 a 500,000 personas | 43% | 52% | 8.9% | 8.7% | 7.0% |
Menos de 250,000 | 38% | 57% | 9.2% | 9.0% | 6.8% |
Clinton ganó las áreas metropolitanas más grandes. Derrotó a Trump con 55%, en comparación con el 40% de los votos en las áreas metropolitanas con más de un millón de personas, y ganó ocho de las diez mayores áreas metropolitanas. Estas áreas metropolitanas representaron más de la mitad de los votos y generan dos tercios de la producción económica de Estados Unidos.
Trump ganó el resto. Triunfó en las áreas metropolitanas entre 500,000 y un millón de personas con un 48%, comparado con un 46% de Clinton; las de 250,000 a 500,000 personas con un 52%, contra un 43% de Clinton; y aquellas con menos de 250,000 personas con un 57%, contra un 38% de Clinton.
El área metropolitana promedio que favoreció a Clinton es hogar de casi 1.4 millones de personas, tres veces más que el área metropolitana promedio que favoreció a Trump, que es de alrededor de 420,000. Y fuera de las áreas metropolitanas, Trump venció a Clinton por un 61% contra un 33% en las áreas micropolitanas, y por un 67% contra un 29% en las zonas rurales , como ha calculado Jed Kolko.
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¿Qué factores económicos y demográficos están detrás de estos resultados?
Para llegar a esto, mi colega Charlotta Mellander realizó un análisis básico de correlación entre el porcentaje de votos de áreas metropolitanas para Trump y Clinton y las características de las áreas metropolitanas como el tamaño y la densidad, la educación, los ingresos, y otros indicadores de clase socioeconómica. Luego comparamos los resultados de las elecciones de 2016 con los de 2012. Como de costumbre, señalo que las correlaciones apuntan a asociaciones entre variables y de ninguna manera implican causalidad.
Los resultados coinciden con mi anterior análisis de los resultados de las elecciones a nivel estatal. En lugar de ser una importante ruptura con el pasado, la elección de 2016 refuerza las divisiones más profundas de Estados Unidos: entre las áreas metropolitanas más grandes, más densas, más ricas, más educadas, más basadas en el conocimiento, y más diversas del país; y sus áreas metropolitanas más pequeñas, menos favorecidas, menos educadas y menos diversas. La elección de 2016 parece haber reforzado estas antiguas divisiones.
Lo primero que salta a la vista, también está en línea con el patrón a nivel estatal, es que a pesar de los muy diversos resultados —la victoria de Trump en comparación con la victoria de Obama en 2012— los patrones de votación básicos están estrechamente alineados. A través de las áreas metropolitanas, los votos por Clinton estuvieron muy estrechamente correlacionados con los de Obama en 2012 (.94), y los votos por Trump estuvieron igualmente estrechamente correlacionados con los votos por Romney en 2012 (.90).
Clase
La clase sigue siendo una característica constante de las divisiones de las grandes áreas metropolitanas de Estados Unidos.
La primera dimensión de la clase es el ingreso. El apoyo a Clinton se concentró en áreas metropolitanas con mayores ingresos y salarios, mientras que el apoyo a Trump se concentró en áreas metropolitanas con menores ingresos y salarios. Estas correlaciones aumentaron ligeramente desde 2012.
Clinton | Trump | Obama | Romney | |
---|---|---|---|---|
(Ingreso per cápita) | 0.40 | -0.42 | 0.38 | -0.38 |
Salario Promedio | 0.58 | -0.60 | 0.50 | -0.51 |
La educación es una segunda dimensión de la clase social. El apoyo a Clinton provino de áreas metropolitanas con mayor porcentaje de graduados universitarios, mientras que el apoyo a Trump apoyo provino de áreas metropolitanas con menores porcentajes de graduados universitarios. Estas correlaciones son sustancialmente mayores que en 2012.
Clinton | Trump | Obama | Romney | |
---|---|---|---|---|
Graduados universitarios | 0.53 | -0.60 | 0.42 | -0.44 |
Clase creativa | 0.49 | -0.54 | 0.40 | -0.41 |
Clase obrera | -0.51 | 0.53 | -0.45 | 0.46 |
Clase de servicio | 0.04 | -0.02 | 0.11 | -0.11 |
El tipo de trabajo que hacemos es un tercer indicador de clase socioeconómica. El apoyo a Clinton se concentró en las áreas metropolitanas donde los trabajadores de las clases del conocimiento, profesional y creativa representan una mayor proporción de la fuerza de trabajo, mientras que el apoyo a Trump se asoció negativamente con esto. Por el contrario, el apoyo a Trump fue mucho mayor en las áreas metropolitanas con una proporción mayor de clase obrera, y el apoyo a Clinton se asoció negativamente con esto.
La mayoría de los análisis de las divisiones estadounidenses yuxtaponen estas dos clases, la nueva clase del conocimiento y la antigua clase obrera. Pero pocos analizan la clase más grande —la clase de servicio—que se compone de cerca de 70 millones de trabajadores estadounidenses, un 45% de la fuerza laboral que persiste en empleos precarios mal remunerados en tiendas, oficinas, trabajos istrativos, y servicios de comida.
La proporción de mano de obra en estos empleos de servicios mal remunerados no estuvo significativamente asociada con el apoyo a Clinton o Trump esta elección (estuvo muy débilmente asociada de forma positiva con el apoyo a Obama y débilmente asociada de forma negativa con el apoyo a Romney en las áreas metropolitanas en 2012). En lugar de intentar volver a cultivar el voto de la clase obrera, que se ha inclinado sólidamente hacia el partido republicano, parece que tiene más sentido para los demócratas atraer a esta clase de servicios mucho más grande, más multiétnica y peor pagada.
El apoyo a Clinton también fue mucho mayor en las áreas metropolitanas con una mayor concentración de empresas "startup", inversiones de capital de riesgo, e industrias de alta tecnología, mientras que el apoyo a Donald Trump se correlacionó negativamente con cada uno de ellas. Estas correlaciones son más fuertes para las elecciones de 2016 de lo que fueron en 2012.
Clinton | Trump | Obama | Romney | |
---|---|---|---|---|
Empresas startup | 0.49 | -0.51 | 0.40 | -0.40 |
Capital de riesgo | 0.41 | -0.43 | 0.28 | -0.29 |
Alta tecnología | 0.46 | -0.49 | 0.35 | -0.35 |
Tamaño y densidad
El tamaño y la densidad son características clave en la división política estadounidense.
El apoyo a Clinton se asoció positivamente con el tamaño de las áreas metropolitanas y más aún con su densidad, mientras que el apoyo a Trump se asoció negativamente con ambos. Estas correlaciones nuevamente son ligeramente mayores que para Obama y Romney en 2012.
Clinton | Trump | Obama | Romney | |
---|---|---|---|---|
Población | 0.44 | -0.42 | 0.34 | -0.33 |
Densidad | 0.59 | -0.63 | 0.51 | -0.51 |
Porcentaje que conduce solo | -0.48 | 0.55 | -0.38 | 0.40 |
Transporte público | 0.48 | -0.49 | 0.44 | -0.44 |
Por otro lado, el apoyo a Trump se asoció positivamente con la proporción de personas que conducen solos al trabajo, un indicador aproximado de la expansión urbana, mientras que el apoyo a Clinton se asoció negativamente con ello. El apoyo a Clinton fue también mayor en las áreas metropolitanas donde un mayor porcentaje de la fuerza laboral utiliza el transporte público, mientras que el apoyo a Donald Trump se asoció negativamente con el uso del transporte público.
El tipo de vivienda que vivimos y cuánto cuesta es otra dimensión de la división política estadounidense. El apoyo a Trump se asoció positivamente con la proporción de residentes que son dueños de sus casas, mientras que el apoyo a Clinton se asoció negativamente con ello. Estas correlaciones aumentaron sustancialmente en comparación con 2012 y, más aún, en comparación con 2008. Los precios de la vivienda también desempeñan un papel importante. El apoyo a Clinton fue mayor en las áreas metropolitanas con viviendas más caras, mientras que el apoyo a Trump fue negativo. Esta correlación fue también un poco mayor que en 2012.
Raza y diversidad
Se ha hablado mucho sobre el papel de la raza en la elección. La siguiente tabla muestra la correlación de raza, etnia y otros indicadores de diversidad.
Clinton | Trump | Obama | Romney | |
---|---|---|---|---|
Porcentaje de blancos | -0.39 | 0.30 | -0.22 | 0.21 |
Porcentaje de hispanos/latinos | 0.31 | -0.29 | 0.17 | -0.17 |
Porcentaje de asiáticos | 0.46 | -0.46 | 0.37 | -0.38 |
Porcentaje de negros | 0.14 | -0.02 | 0.07 | -0.04 |
Nacidos en el extranjero | 0.54 | -0.52 | 0.37 | -0.37 |
Índice LGBT | 0.65 | -0.64 | 0.51 | -0.53 |
Como muchos comentaristas han señalado, el apoyo a Trump estuvo muy concentrado entre los blancos. Las áreas metropolitanas con mayores porcentajes de blancos apoyaron a Trump, y más aún se opusieron a Clinton. El apoyo a Clinton fue mayor en las áreas metropolitanas con mayores porcentajes de residentes hispanos y latinos, mientras que el apoyo a Donald Trump se correlacionó negativamente con el porcentaje hispano y latino de la población. Todas estas correlaciones aumentaron en comparación con la contienda de 2012 entre Obama y Romney.
Aunque los votantes negros siguen siendo los componentes básicos de la coalición demócrata y votaron en grandes cantidades tanto por Clinton como por Obama, el porcentaje de población negra de las áreas metropolitanas está sólo tenuemente asociado con el apoyo a Clinton y no está significativamente asociado con el apoyo a Trump.
Los inmigrantes desempeñaron un papel mucho más importante. El apoyo a Clinton estuvo aún más estrechamente correlacionado con el porcentaje de residentes de áreas metropolitanas que han nacido en el extranjero, mientras que el apoyo a Trump estuvo aún más negativamente correlacionado con la población nacida en el extranjero. Esto también fue sustancialmente mayor en comparación con 2012.
El porcentaje de la población que se identifica como LGBT es otro indicador de la apertura, la diversidad y la tolerancia. Fue un factor clave en el apoyo a Clinton, y se correlacionó muy negativamente con el apoyo a Trump. Estas correlaciones se encuentran entre las más altas en nuestro análisis y han aumentado desde de 2012.
Desigualdad y segregación
Una suposición común es que la desigualdad inclinó el voto a favor de Trump, pero los datos indican que las áreas metropolitanas más desiguales votaron consistentemente a favor de Clinton. El apoyo a Clinton se asoció positivamente con la desigualdad en los ingresos y más aún con la desigualdad salarial, mientras que el apoyo a Trump se asoció negativamente con ambas.
Clinton | Trump | Obama | Romney | |
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Desigualdad de ingresos | 0.24 | -0.17 | 0.14 | -0.14 |
Desigualdad salarial | 0.42 | -0.42 | 0.29 | -0.29 |
Segregación económica | 0.47 | -0.44 | 0.32 | -0.31 |
Estados Unidos no sólo se ha vuelto más desigual, sino que se ha vuelto cada vez más ordenado y separado según las clases socioeconómicas. A Clinton no sólo le fue mejor en las áreas metropolitanas más desiguales, le fue mejor también en las más económicamente segregadas. Estas correlaciones también aumentaron desde 2012. Es importante recordar que tanto la desigualdad como la segregación son características de áreas metropolitanas más grandes, más densas, y más opulentas.
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La gran división en las áreas metropolitanas que identifiqué en 2012 cuando Obama ganó sólo se ha fortalecido y profundizado. Como dije en ese momento, Estados Unidos está dividido entre las ciudades de conocimientos y habilidades, y el resto. A los habitantes de estas ciudades del conocimiento no sólo les va económicamente mejor, sino que han viajado más, están mejor conectados a la economía global, y más abiertos a la diversidad. Quizás porque la labor de los centros metropolitanos del conocimiento se basa en el conocimiento, la creatividad, y el pensamiento abstracto, sus residentes tienden a ser más abiertos a la idea de que el gobierno puede ayudar a mejorar la economía, mejorar el medio ambiente, proporcionar servicios esenciales (como la salud), y proteger los derechos fundamentales de las personas desfavorecidas o los grupos discriminados.
Quienes viven fuera de estos lugares consideran los centros del conocimiento elitistas y mimados por el gobierno. Conocen bien la creciente brecha entre los privilegiados y desposeídos en las áreas metropolitanas, y saben que están perdiendo terreno. Les gustaría, de alguna manera, detener las fuerzas de cambio que los están dejando atrás y traer de vuelta los buenos viejos días cuando ellos y su visión más tradicional de Estados Unidos eran lo primero.
Con la elección de Trump y el control republicano de la Cámara de Representantes y el Senado, estas divisiones se profundizarán aún más. Hasta ahora, la entrante istración Trump parece estar singularmente desinteresada en abordar la creciente crisis de las viviendas asequibles y el aumento de la desigualdad. Si Trump cumple sus promesas de construir un muro fronterizo y detener el flujo de inmigrantes, puede también contener la apertura e innovación de las densas áreas metropolitanas de alta tecnología que actualmente están alimentando la economía estadounidense.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.