Plantar árboles ayuda a reducir el crimen, de acuerdo a un estudio realizado en Bogotá

La importancia de los árboles al entorno urbano parece ser obvio: en áreas conocidas por su contaminación, su congestión y su lejanía a la naturaleza, es normal que los seres humanos tengan antojo de un poco de vegetación. Y es un trocito conocido de sabiduría que la naturaleza nos hace feliz. Pero, de acuerdo a una nueva investigación de la Universidad de los Andes en Bogotá, también existiría un efecto menos conocido: los árboles urbanos pueden reducir las tasas de crimen.
El estudio, realizado por los investigadores Fernando Carriazo y Jorge Tovar, es el primero sobre este tema que se ha realizado en un país en desarrollo en todo el mundo (ya existen estudios similares en países desarrollados en Norteamérica y Europa). La investigación indica una relación negativa entre el número de árboles sembrados en una cuadra determinada y el número de hurtos cometidos en esa cuadra.
El estudio se llevó a cabo entre el primer trimestre de 2008 y el primer trimestre de 2014. Los investigadores dividieron a Bogotá en unos 42,596 bloques de 100 metros cuadrados (aproximadamente 328 pies cuadrados). Controlaron por variables como la cercanía de un bloque a un CAI (una estación de policía pequeña), a estaciones de autobús, a hoteles y a otros edificios que podrían llamar mucho tráfico peatonal, bajo la hipótesis de que con mayor actividad urbana, mayor número de hurtos.
Luego hicieron dos análisis diferentes: analizaron directamente el número de hurtos en los 6,590 bloques en donde se sembraron nuevos árboles en el período de la investigación, para saber cuál es el impacto directo de plantar árboles en el comportamiento de los hurtos. Luego analizaron todos los 42,596 bloques cuadrados, revisando el promedio de hurtos en cada uno comparado con el promedio de árboles en cada una. Así se pudo analizar el efecto de la presencia de los árboles en cada bloque, y también en los bloques adyacentes.
Los resultados fueron claros: sembrar árboles en un área reduce la incidencia de hurtos. Un aumento de un 10% de árboles en los 6,590 bloques en donde se plantó se relacionó con una reducción de 1.34 hurtos por bloque en cada trimestre del año. Es más, el efecto parece mantenerse hasta seis meses después de sembrar el árbol (después de ese tiempo pareció estancarse). Y quizás lo más impresionante es que el efecto se propagó a los bloques adyacentes. Es decir, bloques cercanos a los que tuvieron nuevos árboles también experimentaron una disminución en hurtos, en este caso de un 0.173%.
Una región que necesita más verde y menos delincuencia
Todo esto puede ser realmente significante para América Latina, la región más urbanizada del mundo, con 80% de su población viviendo en ciudades. El crimen es un gran problema para la región y la sensación de peligro en las calles urbanas hace que la gente tenga miedo de disfrutar y compartir de los espacios públicos. En Argentina, por ejemplo, un 23.6% de la población dice tener miedo de salir a la calle por las tasas de crimen.
Es más, las ciudades de Latinoamérica muchas veces no tienen suficiente vegetación, especialmente en áreas pobres. De acuerdo a este estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, Curitiba es una de las únicas ciudades de Latinoamérica que alcanza los niveles de follaje que existe en países europeos. En CityLab, antes hemos publicado historias sobre la mala moda de podar árboles que es tan popular en Latinoamérica, que los mata o los deja deformes. Hay varios grupos e individuos por todo el región combatiendo este tipo de malas prácticas.
Como dijimos antes, el estudio realizado en Bogotá corrobora varios que se han hecho en Estados Unidos y Europa en las últimas décadas. Pero el tema no ha sido tan claro en esta región: hay intensos desacuerdos entre la comunidad de expertos urbanos sobre el efecto exacto de vegetación en las tasas de crimen urbano. Una investigación de 2001 en Washington DC encontró que los ladrones de autos muchas veces dirigen sus crímenes a áreas con mucha vegetación, ya que pueden evitar que la gente los vea. Otro estudio de 2001 fuera de Chicago encontró que mientras más vegetación exista alrededor de un edificio, se reporta menos crimen.
CityLab antes ha escrito sobre este conflicto, y reportó sobre aún otro estudio fuera de Baltimore que parece explicar los resultados opuestos de investigaciones previos: parece que la vegetación baja y densa fomenta el crimen, mientras que las cubiertas altas de follaje lo reducen. Pero, más allá de esto, queda claro que América Latina necesita invertir en vegetación.