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Rock Clásico

Los Rolling Stones en Desert Trip: “Gracias por querer vernos todavía”

Durante el primer fin de semana del festival, la legendaria banda honró su trabajo de preservar el blues, inventar el rock y sentar las bases para nueva música.
8 Oct 2016 – 03:24 PM EDT
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Mick Jagger (L) and Keith Richards (R) of the Rolling Stones perform during the Desert Trip music festival at Indio, California on October 7, 2016. Desert Trip, which could be the most profitable music festival of all time, is bringing out six acts from the rock canon never seen before together led by the Rolling Stones and Paul McCartney. / AFP / Mark RALSTON (Photo credit should read MARK RALSTON/AFP/Getty Images) Crédito: MARK RALSTON/ Frazer Harrison / Kevin Winte/ AFP/Getty Images

No crecí escuchando a los Rolling Stones.

Para mí eran una de esas bandas empolvadas en la categoría de ‘rock de papás’, de las que interpretan las bandas de covers en el Hard Rock Café mientras te engulles un brownie con helado. No me identificaba con su música y mucho menos con su logo, el de la lengua, reproducido tantas veces como la cara del Che Guevara hasta desgastarse, vaciarse de significado y justificarse después.

Pero este viernes, presencié un concierto de los Stones que cerró un ciclo del rock como lo conocemos. Es probable que los Rolling Stones vayan a hacer muchas cosas épicas en los próximos años, hasta que el cuerpo les aguante. Pero es poco probable veamos a unos Stones como los que vimos el viernes en Coachella Valley.

Con una camiseta donde se dibuja el nuevo logo de la banda—la lengua azul del blues—Mick Jagger se movió como se movía en 1965. Ronnie Wood y Keith Richards destruyeron todo lo que jamás alguien quisiera hacer con una guitarra eléctrica, mientras Charlie Watts mantenía todo en un solo centro rítmico, como ha hecho desde el principio de sus días.

Era el primer fin de semana del festival Desert Trip, y los Stones demostraron nuevamente su habilidad de destruir y reconstruir su propio mito.

Esa noche, Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y Ronnie Wood abrazaron a tres generaciones de fans que los siguieron desde Italia, Alemania, Australia, México y Argentina para cerrar un momento en la historia. Ese momento en que el rock era joven.

“Estamos muy agradecidos de que todavía quieran venir a vernos”, exclamó Jagger después de hacer llorar a todo el mundo con ‘Wild Horses’. Esos son los Rolling Stones ahora, cuatro hombres llenos de canas (algunos las dejan visibles, otros no) honrando su propio trabajo de preservar el blues, inventar el rock y sentar las bases para la música que ha venido después.

En marzo, los Stones hicieron historia al presentarse frente a 500,000 personas en la Habana, Cuba, marcando una nueva etapa para la isla pero también para ellos. “ This is a new time”, dijo Jagger, seguido de un estruendo de miles de bocas vaciando rugidos eléctricos.

Con ese concierto comenzó una serie de momentos irrefutablemente históricos en cuanto al rock se refiere, culminando en el anuncio que hace unos días sacudió al mundo de la música: tras diez años sin nueva música, los Rolling Stones sacarán un disco a fines de año.

El disco, como la presentación del pasado viernes, es un agradecimiento a las raíces de la banda. Titulado Blue & Lonesome , el disco fue grabado durante tres años en Londres, y está compuesto de puras versiones a sus canciones favoritas de blues.

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Es una vuelta a ese disco de Muddy Waters que cargaba Jagger el día en que Richards lo reconoció entre una multitud en el metro, el día en que nacieron los Stones.

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