¿Por qué había un hogar de Siria en una de las tiendas de IKEA?
Los esfuerzos de las ONG, los activistas y los medios por mostrarle a la gente la realidad de Siria y los refugiados apelan a las emociones a través de todo tipo de estrategias, pero parecen no ser suficientes. Por muchos retweets y shares en Facebook que hayan acumulado el niño Aylan o el pequeño de la ambulancia, día tras día siguen muriendo personas en una guerra devastadora sin que nadie le ponga fin. Desde enero de 2014, más de 23,000 personas han fallecido a causa de los ataques y sus consecuencias.
El nuevo intento viene de la mano de IKEA. Junto a sus habitaciones perfectamente decoradas, la tienda de muebles instaló la reproducción de un hogar casi destruido de Damasco que los visitantes de la sucursal de Slependen (Noruega) pudieron visitar en persona durante el mes de octubre.
Las paredes de cemento a medio terminar, un colchón hecho de espuma desgastada en el suelo y los huecos tapados con plástico a modo de ventanas contrastaban con la versión de ensueño que se vende en los catálogos de IKEA.
"IKEA es un lugar para hacer planes: de un nuevo hogar, de la llegada de un nuevo miembro a la familia, de una nueva cocina; para planear tu futuro. Pero, ¿y si ese futuro que habías planeado te fuera arrebatado?", dice el video promocional de la iniciativa. Realizado en colaboración con la Cruz Roja de Noruega y la agencia de publicidad POL, el proyecto ha sido visitado por 80,000 personas —según datos de la organización— y ha logrado recaudar 26 millones de dólares.
La casa está inspirada en el hogar de Rana y los nueve familiares que viven con ella, entre ellos sus cuatro hijos. Las únicas fotografías que hay como decoración son retratos de vidas y proyectos perdidos; y las etiquetas de los productos en lugar de indicar las características de fabricación relatan historias reales de las víctimas de la guerra. La lucha por conseguir medicamentos, la dificultad de encontrar comida y la incertidumbre de no saber si vivirán para ver el día siguiente, hacen que preocuparse por encontrar el color correcto de un sofá se convierta en un problema de dimensiones muy menores.
"En un lugar donde vienes a pensar en el futuro", dijo la agencia, "el apartamento servía de recuerdo físico sobre lo afortunados que somos".
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