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Relaciones Personales

La ansiedad del ser (americano)

El problema: con grandes sueños, vienen grandes ansiedades y se calcula que 30% de la población sufre ansiedad.
16 May 2016 – 01:40 PM EDT
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Sin importar lo que pienses de Trump, su discurso político pone el dedo en la llaga: “hacer a Estados Unidos grande de nuevo”. El problema: con grandes sueños, vienen grandes ansiedades. Y se calcula que 30% de la población sufre ansiedad. Crédito: Getty Images

Es cierto, el anhelado American Dream ha ido evolucionando con el paso de los años y se ha ido adaptando a una sociedad que cada día es más demandante. Si bien todo comenzó como un gran sueño de igualdad y la promesa de una mejor calidad de vida en otro continente, así como la constante búsqueda del progreso en pos de una mejora social, los estándares bajo los cuales se vive hoy en día se están convirtiendo en una pesadilla de la cual no es fácil despertar.

De hecho, la ansiedad es algo que todos sentimos en algún momento en cantidades controlables, el problema viene cuando estos miedos y agobios adquieren tanto peso en nuestras vidas que es simplemente imposible el funcionamiento correcto. Por lo general, la ansiedad se puede dividir en tres bloques: desorden de ansiedad generalizada, ataques de pánico y ansiedad interpersonal (o ansiedad social). Y, aunque no siempre se puede controlar, una parte importante está en nuestras mentes.

Por lo general, los ataques de pánico (la revelación más común de la ansiedad) parecen llegar sin una causa certera; sin embargo, en la mayoría de los casos y con la ayuda de un especialista se puede encontrar la raíz del problema y tratar para que no vuelvan a aparecer.


Efecto Atlas

Razones no faltan para creer que el mundo que nos rodea es abrumador y que el peso del planeta entero cae sobre nuestras espaldas (llamémoslo Efecto Atlas). No por nada, el Xanax –medicina recetada para combatir la ansiedad– es una de las drogas más prescritas en el país, mientras tanto, la tasa de suicidios también va aumentando con los años. De hecho, es una enfermedad tan común que 18.1% de los adultos en la población la sufren y esto es solamente mencionando aquellos casos que han buscado ayuda, por lo que se estima que el número real puede alcanzar al 30% de la población.

Las presiones de vivir dentro de una sociedad sumamente consumista radican en que conforme uno tiene más, las exigencias son mayores y, al centrar gran parte de los logros personales en ganancias monetarias, el dinero se ha transformado en uno de los principales generadores de estrés. Desde necesitar un auto nuevo (aunque el que tenemos actualmente funciona de maravilla) y estar a la vanguardia con el último aparato tecnológico, hasta endeudarse por años para poder asistir a la universidad o deber la hipoteca de una casa, el dinero agobia a un alarmante 72% de los norteamericanos. La constante presión económica se ha mantenido como la principal causa de agobio en la población durante los últimos 7 años, según el estudio realizado por la Asociación Americana de Psicología. Además, la brecha del estrés causado por temas monetarios entre casas con bajos ingresos y aquellas con más recursos también ha aumentado.


Aunque en muchas ocasiones se trata de una condición médica que necesita la ayuda de un especialista, otras puede ser controladas con algunos simples pasos. Primero que nada, la ansiedad muchas veces viene de una falta de perspectiva: perder la información del celular, por más trágico que parezca, es una crisis temporal y fácilmente superable; respira y recuerda que no es el fin del mundo. Otras veces, la ansiedad puede provenir de una saturación de redes sociales, (principalmente para los millennials) la constante búsqueda de aprobación en forma de “likes” y “retweets” genera inestabilidad emocional y una sensación de soledad que se sustituye fácilmente conviviendo con algún ser cercano (en vivo). Finalmente, cambios simples en la rutina pueden convertirse en la gran diferencia: hacer ejercicio constantemente, rodearse de gente positiva, pasar menos tiempo en redes sociales e intentar ver el vaso medio lleno, son sólo algunos.


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