Cuatro razones por las que las modelos nunca sonríen en pasarela
Durante la semana de la moda de París parece sorprendernos la fuerza de los años 70 o el regreso de los looks de los 90, pero casi nadie, a fuerza de estar acostumbrados a que es así, se pregunta por qué las modelos no sonríen en la pasarela.
Hubo épocas, sobretodo antes de los 90, en los que las modelos bailoteaban con su mirada entre el público, sonreían y hasta contoneaban las caderas, pero todo cambió con una industria más masiva que dejó de hacer de las modelos verdaderas musas de belleza. Entonces ¿por qué las modelos lucen tan impenetrables? Incluso al punto que los niños cuando ven sus rostros en los catálogos los vinculan con muerte, tristeza, embriaguez como lo demostró este experimento.
Estas son algunas de las razones de peso para que la sonrisa no se asome a la pasarela.
1. Relacionamos las caras impenetrables con personas con estatus
Durante siglos la aristocracia europea hizo eco de su sangre azul y su linaje luciendo en los retratos que hacían los pintores de ellos serios, firmes y arrogantes. A fuerza de ver imágenes de importantes señores y damas siempre con la boca contenida y la nariz elevada la sociedad heredó ideas de que un look impenetrable estaba directamente relacionado con las clases sociales altas. Las pruebas de esto no solo están en lo cientos de cuadros que expuestos en museos nos muestran la imperturbabilidad del rosto de aquellos privilegiados que posaban (solo los ricos accedían a tener su propio retratista), sino que estudios más recientes, encuentran que las marcas de lujo usan en su publicidad modelos serias porque efectivamente aún vinculamos esa expresión a alguien que es superior en estatus.
2. Si llevas un atuendo descabellado y sonríes ¿qué pensará el público?
La moda es desafiantes, disloca las proporciones, se inventa muchas maneras de que lo bello se vea raro y poco convencional. Sin embargo, cuando vemos a las modelos salir sobre la pasarela tan convencidas de lo que llevan puesto, tan seguras de si mismas, sin hacer os visuales buscando aprobación, sin sonreír, esos diseños quedan legitimados. Si una modelo sonriera usando uno de los trajes de Agatha Ruiz de la Prada o de Rei Kawakubo más de uno nos veríamos tentados a pensar que lo que lleva puesto es un chiste, un disfraz.
3. Sonreír sería una expresión de personalidad y las modelos deben evitar esto a toda costa
De lo que se tratan las pasarelas, ese invento que está vigente desde 1894 cuando Charles F. Worth se las invitó, es hacer que las clientas y compradoras observen la ropa antes de adquirirla, por eso al principio esta exhibición se hacía sobre maniquíes, luego, se dieron cuenta de que en cuerpos reales con movimiento la ropa podía apreciarse mejor y así cautivar a más antojadas. Pero la función de la modelo sigue siendo la misma, la de un cuerpo anónimo, sin personalidad ni expresión propia que sirve para un fin, hacer que la ropa y la impronta propia del diseñador se vea.
4. “ No estoy buscando tu aprobación” parecen decir las modelos
Una sonrisa es universalmente una señal de que puedes crear una interacción o una conversación pero las modelos y más que ellas, los diseñadores no quieren someter su ropa a ese escrutinio, así con sus caras las modelos te están manteniendo alejado. Ellas impávidas, serias, con la mirada posada estrictamente al frente parecen llenas de confianza sobre lo que llevan puestas y se mantienen al margen de las expresiones, cuchicheos y señalamientos del público, al fin y al cabo, modelar es un trabajo.
