La obsesión por las pestañas

Por Jimena Guarque
Tal parece que esa parte de nuestra anatomía, que sirve para proteger a nuestros ojos de la luz y el polvo, vuelve a ser la obsesión de las mujeres. En la primavera del 2015, las modelos aparecieron en las pasarelas con pestañas muy provocativas: máscara en exceso, que hace que se les peguen como si fueran muñecas al estilo Bety Boop (Jill Stuart, Emilio Pucci), rímel que alcanza a pintar la piel de la parte inferior del ojo para dar un look de chica mala (Roberto Cavalli), brillos de colores que simulan gotas de agua (Carolina Herrrera) y un punto o adorno en la parte central inferior del ojo (Rochas y Mary Katrantzou). Las pestañas empezaron a ponerse de moda, de nuevo.
También llegó la fiebre de los rímeles de colores: el blanco y el morado predominaron en las miradas de las musas de Christian Siriano, Guy LaRoche y Alexander McQueen, y vimos pestañas exageradas en la parte superior e inferior (Nannette Lepore, Moschino). Algo tienen en común todas estas propuestas y es que las pestañas vuelven a tomar importancia en el look tal como lo hicieron en los 60, cuando la modelo Twiggy las puso de moda. Pero ya no tenemos que conformarnos con las tiras falsas que se pegaban a la base del párpado. Actualmente, la tecnología para tener pestañas largas supernaturales abunda, así que es casi un crimen no aprovecharla.
Estas son algunas de las opciones:
1. Extensiones de pestañas
La nueva adicción, luego del gelish de las uñas, son las extensiones de pestañas. Muchas mujeres ya no pueden vivir sin ellas porque lucen espectaculares y puedes elegir el look que quieras. Desde uno natural (aproximadamente 80 pestañas por ojo), hasta abanicos integrados, tipo Kim Kardashian (120 pestañas por ojo para parecer una diva). El precio va de 140 a 200 dólares por aplicación, y el retoque de 45 a 200 dólares, dependiendo cuántas pestañas necesites (entre más pase el tiempo, más necesitarás).
— ¿Cómo es el procedimiento?
Se trata de pestañas sintéticas de mink (las más naturales), seda o fibras especiales que se ponen encima de tus pestañas reales. El proceso es un poco tedioso, pues se tardan unas dos horas para ponértelas y debes mantener los ojos cerrados sin parpadear –cosa que es difícil cuando estás pensando en no hacerlo–, pero puedes aprovechar para hacerte las uñas mientras tanto. Si las cuidas tendrás pestañas increíbles por dos a tres semanas.
Debes seguir algunas reglas que pueden ser tediosas si no eres delicada: no despintarlas con desmaquillante de aceite, no dormir sobre ellas, no tallarlas fuerte, no exponerlas directamente al chorro del agua, etcétera.
Los pequeños cabellos se pegan uno por uno a tus pestañas originales con un pegamento super potente que no daña a tus ojos. Lo increíble es que se van cayendo como si fueran pestañas naturales y van dejando huecos que puedes tapar con una cita de retoque a las dos o tres semanas de ponértelas (esta tarda como una hora).
— ¿Eres candidata?
Estas extensiones van sujetas de tus pestañas y nunca tocan tu piel, así que debes tener unas de al menos 3 mm de longitud para usarlas (sin embargo, no es factible su uso para pacientes en quimioterapia, por ejemplo). Si tienes ojos sensibles quizá no seas candidata, pues el adhesivo puede hacer que tus ojos lagrimeen durante el proceso y que te dé comezón. No debes usar lentes de o al momento de ponértelas.
— Tu look ideal
Encontrarás pestañas de distintas longitudes (8mm a 15mm) y grosores (0.15 mm a 0.25 mm). También tendrás que elegir entre una curva en forma de C, para que luzcan siempre rizadas, o una más abierta y natural. Hay locales que ofrecen pestañas con puntas de colores, o aplicación de plumas o brillos. Una vez que te las pongas, siempre estarán rizadas y tendrán un color intenso, así que no tendrás que usar rímel ni rizador; de hecho no se recomiendan porque pueden hacer que se caigan más rápido.
2. Serum para pestañas
Si no te ves yendo al salón durante una o dos horas cada cierto tiempo, los serums son otra manera de obtener pestañas impresionantes. Estos productos, empacados en un estuche tipo mascara con un pincel que contiene un líquido transparente, contienen sustancias como complejo de hexateina, extractos botánicos y vitaminas que ayudan a que tus pestañas crezcan más rápidamente.
El primero de ellos fue Latisse, pero se obtiene sólo bajo receta médica ya que contiene Bimatoprost o la prostaglandina (bajo el nombre de Isopropyl Cloprostenate o Prostaglandin I.C), un medicamento utilizado para tratar el glaucoma con un efecto secundario serio: puede oscurecer el iris del ojo convirtiendo los ojos verdes o azules en cafés, por ejemplo. Si quieres evitar este efecto, asegúrate de que tu serum no contenga este componente en la receta.
Hay infinidad de serums para pestañas en el mercado, pueden costar desde 50 hasta 150 dólares y requieres ponértelos una vez al día diariamente en la mañana o en la noche en el crecimiento de las pestañas (algunos pueden ser irritantes para la piel). Las más afortunadas comienzan a notar que crecen sus pestañas después de una semana de uso, pero el promedio tiene que esperar más tiempo.
Los resultados tardan de tres a cuatro semanas pero una vez que lo hacen, es posible que te pregunten si traes pestañas postizas (Claire Danes, por ejemplo, dijo que le crecieron tanto que tuvo que recortárselas). Cada serum te dura unos tres meses.
Como se sigue tratando de tus pestañas, es importante que las rices y las pintes para sacarle el máximo provecho a tu nueva mirada.
3. Rizador térmico
Este invento ha fascinado a millones de mujeres porque sirve para darle el último toque a tus pestañas. Se trata de un cepillito que se calienta emitiendo una temperatura muy suave diseñada para enchinarlas después de aplicarles la mascara (puedes o no usar el rizador tradicional antes de peinarlas).
Simplemente aplicas el calor en la base de las pestañas y lo deslizas hasta las puntas para conseguir un efecto duradero al tiempo que las peinas. Usa una pila AAA y lo puedes conseguir en farmacias y tiendas de belleza por un precio razonable de entre 15 a 25 dólares.